Majestades, Alteza, autoridades, señoras y señores, queridos vecinos de Sotres, ¡nos está encantando vuestro pueblo!
Hemos empezado en el mirador y es impresionante comprobar la belleza del entorno cabraliego que enmarcan los Picos de Europa. De Sotres he leído mucho, que es el último pueblo de Asturias, que es el más alto. Es un lugar precioso en el corazón del parque nacional, dentro de la reserva de la biosfera, y un espacio natural protegido. Pero es mucho más que eso: este pueblo sois vosotros, los vecinos que regresasteis hace décadas tras las aventuras ultramarinas y europeas y los más jóvenes que os habéis instalado más recientemente. Sois un ejemplo por vuestra capacidad para cuidar las tradiciones y para innovar. Y no es fácil.
Vivir en un pueblo de alta montaña es un desafío constante. Por los servicios que necesitáis y demandáis y por la gestión sostenible de vuestros recursos. Cuando terminó la actividad minera, potenciasteis la economía de la zona con el desarrollo del turismo natural y el senderismo. E hicisteis muy bien esa transición. Habéis recuperado caminos y senderos antiguos, y todo viajero que venga a Sotres sabe que estará a gusto, que dormirá cómodo y que le prestará por la vida saborear la comida asturiana que preparáis en los restaurantes, hostales y tiendinas del pueblo. Con esa energía, ¡tiene que ser una maravilla ponerse en camino para llegar al Urriellu!!!! Y habéis orientado además la ganadería de la zona para la producción del queso Cabrales. Ahora iremos a una de las cuevas, una cercana, donde madura con cuidado y delicadeza cada pieza que fabricáis con esmero y de forma artesanal.
Gracias por ser tan cariñosos y acogernos con tanta alegría. Hemos escuchado a los mayores, la memoria viva de cómo un pueblo de alta montaña que no tuvo luz hasta hace 43 años es ahora un lugar que progresa con vuestro esfuerzo. Vi en un reportaje que hay cinco niños viviendo en Sotres. Jaya, Alejandro, David, Andrés y Bruno. Ojalá los cinco podáis encontrar razones para seguir aquí, ojalá que las circunstancias lo permitan si así lo decidís. Gracias de corazón por hacernos sentir que en este rincón precioso Asturias la vida nos presenta su mejor cara. Es la segunda vez que mi hermana y yo venimos al concejo de Cabrales. Y nos vamos, de nuevo, deslumbradas y admiradas por vuestro ejemplo. Siempre lo digo: nos gustaría volver y compartir con todos vosotros unos días, que nos hemos quedado con ganas de mucho más. ¡Gracias!