ras la entrega de los despachos a los 230 nuevos jueces de la LXIII promoción, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias y de Girona pronunció unas palabras en las que subrayó que es la Constitución la que otorga la “legitimidad a los jueces como titulares de la potestad jurisdiccional, conformando los elementos precisos para su ejercicio: independencia, imparcialidad y pleno respeto a las leyes”.
También quiso destacar que “los jueces son garantes del ordenamiento jurídico, de su integridad y de los principios que fundamentan el orden jurídico y la paz social. Nuestros tiempos precisan de una justicia accesible y eficiente, administrada por jueces conocedores de la ley y plenamente comprometidos con la esencial labor de protección de los derechos de los ciudadanos”.
Don Felipe expresó que “la justicia se erige en la clave de bóveda que permite en última instancia garantizar la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos, y también en elemento esencial para el mantenimiento del Estado social y democrático de Derecho”.
Finalizó su intervención, diciendo a los nuevos jueces que tienen “la tarea esencial que representa el cumplimiento leal y responsable de la función jurisdiccional, así como la difícil labor de impartir justicia”.
Durante el acto Don Felipe estuvo acompañado por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría; el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner; el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas; la presidenta del Parlamento de Cataluña, Nuria de Gispert; la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Cataluña, María de los Llanos de Luna; el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa; el secretario general del Consejo General del Poder Judicial, Celso Rodríguez Padrón; el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce y el secretario de Estado de Justicia, Fernando Román, entre otras autoridades.
El sistema básico de ingreso en la Carrera Judicial es el concurso-oposición, seguido por un curso teórico y práctico de selección realizado en la Escuela Judicial. Es posible además el acceso directo a la categoría de magistrado entre juristas de reconocida competencia con más de diez años de ejercicio profesional.
La Escuela Judicial fue refundada por el Consejo General del Poder Judicial en 1997, tras haber asumido dicho órgano plenas competencias en materia de selección y formación de jueces. En los últimos años, Sus Majestades los Reyes y Su Alteza Real el Príncipe de Asturias han presidido este tipo de entregas de despacho en el Auditorio de Barcelona.
El sistema tradicional de acceso a la carrera judicial, mediante la oposición, garantiza que el futuro juez ha adquirido los conocimientos jurídicos precisos para el ejercicio de la función jurisdiccional, cumpliendo los principios de mérito, capacidad e independencia.