su llegada al Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos fue recibido por la ministra de Justicia, Dolores Delgado; el presidente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, y por el decano-presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares y presidente del Jurado, Su Alteza Real Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias.
A continuación, en el claustro, Don Juan Carlos recibió el saludo del prior del Real Monasterio de El Escorial, Modesto García Grimaldos, y de los miembros del Jurado y del premiado, Miguel Ángel Ladero y su esposa, Isabel Galán. Seguidamente, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos accedió a las Salas Capitulares, donde le esperaban su hermana, Su Alteza Real la Infanta Doña Margarita, y Don Carlos Zurita, duque de Soria, y ocupó su lugar en la mesa presidencial, abriendo la sesión con las intervenciones del secretario del Jurado, Álvaro Mariátegui, quien precedió a la lectura del acta, y de Su Alteza Real Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, que dieron paso a la entrega de este galardón que instituye las Órdenes Españolas de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, consistente en un diploma y una medalla elaborada por la Real Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que el galardonado agradeció dirigiendo unas palabras a los asistentes.
Para finalizar, Don Juan Carlos levantó la sesión y mantuvo un breve encuentro con las autoridades asistentes; los integrantes del Real Consejo de las Órdenes; el premiado y su esposa e invitados.
El Premio Órdenes Españolas distingue al historiador de cualquier parte del mundo cuyo trabajo de investigación histórica haya alcanzado general reconocimiento por la importancia de sus estudios, el rigor de su documentación y el alcance de sus conclusiones, y que alguna parte de su obra esté relacionada con lo hispánico y su proyección en el mundo.
Las Órdenes Españolas han tenido, desde su fundación, influencia muy importante en muchas etapas de la historia de España. Como uno de sus fines es la divulgación cultural, las Órdenes han puesto su foco sobre el desarrollo de la investigación histórica. El deseo es que el Premio Órdenes Españolas constituya el galardón reconocido de la ciencia histórica a nivel internacional. El Premio será gestionado por la Fundación Lux Hispaniarum, que a su vez realiza una parte importante de las actividades sociales y culturales de las Órdenes Españolas.
El jurado estuvo presidido por el presidente del Real Consejo de las Órdenes, S.A.R. Pedro de Borbón Dos Sicilias y de Orleans, duque de Calabria. Como vocales del Jurado actuaron Alfredo Pérez de Armiñán de la Serna, presidente de Patrimonio Nacional y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Carmen Iglesias Cano, condesa de Gisbert y directora de la Real Academia de la Historia; Hugo O´Donnell Duque de Estrada, duque de Tetuán y censor de la Real Academia de la Historia; Feliciano Barrios Pintado, secretario de la Real Academia de la Historia; Luis Antonio Ribot García, académico de la Real Academia de la Historia; Juan Manuel González Serna, patrocinador; Carlos de Palacio y Oriol, colaborador; Juan-Miguel Villar Mir, marqués de Villar Mir, miembro de la Real Academia de Ingeniería y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y colaborador; John Huxtable Elliott, en calidad de premiado en la edición anterior; Marcelino Oreja Aguirre, marqués de Oreja, académico y presidente de honor de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; Manuel Gullón de Oñate, conde de Tepa y gentilhombre de Su Santidad; e Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna y correspondiente de la Real Academia de la Historia. Álvaro Mariátegui Valdés ejerció como secretario e Íñigo Churruca de Bonilla, como tesorero.
El historiador Miguel Ángel Ladero resultó ganador del Premio Órdenes Españolas en su segunda edición, dotado con 60.000 euros y su candidatura fue presentada por la Universidad de Cádiz. Este premio internacional es el único de estas características que se concede en el mundo y se ha convertido en referencia en el ámbito de la historia. En la primera edición recayó en el hispanista británico John H. Elliott.