Sandra Myrna Díaz (Bell Ville, Argentina, 27 de octubre de 1961) se graduó en Biología en 1984 en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se doctoró en 1989. Entre 1985 y 1991 fue becaria en el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables de dicha universidad y realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Sheffield. En 1993 regresó como profesora a la Universidad de Córdoba, donde actualmente es investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, entre otros cargos. También ha participado en actividades e informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático y de la Convención Internacional de Diversidad Biológica.
- Ciudad de Gdansk, Premio Princesa de Asturias de la Concordia
La ciudad polaca de Gdansk, capital de Pomerania y principal puerto del país, es actualmente la cabecera de un área metropolitana que, junto con las localidades de Gdynia y Sopot, supera el millón de habitantes. Con una historia marcada por su ubicación estratégica en la costa báltica y su pertenencia a distintas entidades y estados, Gdansk –entonces Dánzig, su denominación alemana– se convirtió en una Ciudad Libre bajo el auspicio de la Liga de Naciones por el Tratado de Versalles que siguió a la Primera Guerra Mundial. Con un amplio porcentaje de población alemana, Gdansk acogió la que está considerada como la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial, cuando el 1 de septiembre de 1939 el ejército nazi invadió Polonia a través de la península de Westerplatte, frente a la ciudad, donde una escasa guarnición de soldados polacos logró resistir heroicamente en inferioridad de condiciones durante una semana. Gdansk –destruida en un 90 %–, fue integrada en Polonia tras la victoria aliada, lo que supuso la expulsión de sus habitantes alemanes. Décadas más tarde, en la ciudad surgieron los primeros focos de oposición al régimen comunista y en sus astilleros está el origen del sindicato Solidaridad, que se erigió en protagonista del derrocamiento del régimen en 1989 y cuyo líder, el Premio Nobel de la Paz Lech Walesa, fue en 1990 el primer presidente elegido democráticamente desde 1939.
Después de la entrega de diplomas, Don Felipe concedió sucesivamente la palabra al premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, Salman Khan; al premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, Javier Solana, y Su Alteza Real la Princesa de Asturias.
Doña Leonor en su intervención destacó que el título de Princesa de Asturias “me compromete con la entrega y el esfuerzo de servir a España y a todos los españoles. En mi casa, las palabras España y Asturias siempre están unidas con la misma fuerza con que las ha unido la historia. Así lo siento en mi corazón”, y que hoy "es un día muy importante en mi vida que he esperado con mucha ilusión. Desde muy pequeña he visto el cariño y la emoción con que mis padres, Sus Majestades los Reyes, vienen cada año al Principado para presidir esta ceremonia y vivir todo lo que sucede en esta tierra durante los días de nuestros premios. Esto ya es motivo suficiente para que hoy me sienta muy feliz”.
Asimismo, subrayó que “mis padres siempre nos han hablado a mi hermana, la Infanta Sofía, y a mí de Asturias, de su cultura, historia y tradiciones. También de su naturaleza. Pero, sobre todo, nos han enseñado a querer y a admirar a los asturianos. Estaba pensando ahora en todo lo que vivimos durante nuestra visita a Covadonga el año pasado”, y añadió que "Asturias es, también, la tierra de mi madre, la Reina. Yo llevo sangre asturiana” y que es, además "la tierra que da nombre al título que ostento como Heredera de la Corona, al igual que hizo mi padre, el Rey, durante tantos años. Y lo hago con responsabilidad; me siento muy honrada con ello”.
También quiso dar las gracias especialmente "a quienes crearon esta Fundación hace casi 40 años y a los que cada día le dedican su trabajo, su inteligencia y su generosidad”, y les agradeció por "fomentar la cultura y la ciencia, por impulsar la solidaridad, por mejorar la educación. Gracias por trabajar para preservar la naturaleza y reducir las injusticias, la discriminación, la pobreza y la enfermedad. Estamos aquí para rendiros homenaje. Vuestras obras nos recuerdan que hay millones de personas que piensan y actúan para que el mundo sea mejor”.
Finalizó sus palabras dando las gracias también a su abuela, la Reina Sofía, "ella sabe lo importante que para mí es su presencia en esta ceremonia, que significa tanto para Asturias y para toda España. Gracias también a todos los que habéis querido acompañarnos y a los que apoyáis y ayudáis siempre a la Fundación. Este momento será inolvidable para mí. Como dijo mi padre a mi edad y aquí mismo, será un día que “llevaré siempre en lo más profundo de mi corazón”.
Tras la intervención de Su Alteza Real la Princesa de Asturias, Don Felipe pronunció su discurso en el que destacó en referencia a su hija Leonor que "la obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar. Tu deber será actuar siempre con el ánimo esperanzado, con coraje y con valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad, y en ejemplaridad", subrayando que "esta ceremonia, tan llena de emoción y de sentimientos nobles que reviven cada año, es, sobre todo, un homenaje y tributo a la ejemplaridad", y es también una “referencia fundamental para los más jóvenes, para las generaciones que han de sucedernos. Nosotros tenemos el deber de guiar sus pasos y la obligación moral de alentar sus sueños y proyectos. Tenemos el deber de proporcionarles las herramientas que les ayuden a enfrentarse a los retos y dificultades de la vida. Tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor y de ayudarles a construirlo".
Asimismo, hizo especial hincapié que la presidencia de honor de la Fundación Princesa de Asturias de su hija Doña Leonor "corresponde al compromiso personal e institucional que tienes con España como Heredera de la Corona. Y esta celebración solemne es muestra de ese compromiso con los españoles que deberás renovar permanentemente con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad; siempre con humildad, y consciente de tu posición institucional, haciendo de la Corona día a día una referencia de servicio a nuestro país, porque eso es lo que de ella esperan nuestros ciudadanos", y añadió que "transmitiéndote a ti, a tu hermana y a toda vuestra generación, un mensaje de confianza. Esa confianza tan necesaria que cada año sentimos renacer en este Teatro gracias a nuestros galardonados, a su gran ejemplo y a su extraordinaria obra, a su entrega a las causas más nobles, a su amor por la solidaridad y por la libertad. Gracias, en definitiva, a su nobleza de espíritu, que tanto deseo que se fortalezca día a día en tu corazón".
En referencia a la Fundación Princesa de Asturias, Don Felipe felicitó "a los patronos de la Fundación, que con su fundamental apoyo consiguen que todo ello sea una realidad fructífera. Y reconozco, como se merece, la difícil labor de los jurados y el trabajo lleno de entusiasmo de tantas personas que contribuyen a estos Premios, a esta Fundación, a esta noble causa, desde dentro y desde fuera... A todos ellos…siempre GRACIAS". A continuación, Su Majestad el Rey repasó algunos de los méritos de los premiados.
Del Premio de las Artes, Peter Brook, puso de manifiesto que "su larga experiencia le sirve sobre todo para confirmar y reafirmar su convicción sobre el valor del arte escénico, sobre sus beneficios para el espectador, al que siempre ha considerado el único y verdadero protagonista", y nos "entrega una trayectoria llena de éxito, de emoción y de arte; llena de vida y, como ha afirmado nuestra querida y admirada Nuria Espert, de 'bondad y paz'".
Sobre el Museo del Prado, Premio de Comunicación y Humanidades, subrayó que "forma parte indisoluble de la historia de España y, claro está, de nuestra herencia cultural, que las pinceladas magistrales de tantos artistas han ido dejando para siempre sobre los lienzos, para que todos podamos admirarlos, disfrutarlos y, también, reflexionar", y especialmente, felicitó a Javier Solana, del que dijo que tras su reciente elección como presidente del Real Patronato del Museo, que está seguro que "con tu dedicación, visión y experiencia en tantas facetas -sumados a la dirección de Miguel Falomir y su equipo-, El Prado seguirá acrecentando su grandeza y su belleza. Te doy la enhorabuena al tiempo que agradezco y felicito también a quienes, como Plácido Arango y Miguel Zugaza -que hoy nos acompañan-, han desempeñado con eficacia, responsabilidad y brillantez las más altas funciones al frente de esta insigne institución", y recordó a su antecesor, José Pérez-Llorca, fallecido este mismo año.
Del Premio de Cooperación Internacional, el ingeniero Salman Khan y su creación la plataforma Khan Academy, destacó que "Con su inteligente, novedosa y colaborativa visión, Salman Khan ayuda a millones de personas en todo el mundo a acceder al conocimiento universal, utilizando las infinitas posibilidades que nos otorga la tecnología. Su método se apoya además en la figura imprescindible de los maestros que, como él ha afirmado, son 'la parte más importante de la escuela'. Desde aquí les recordamos a todos ellos con respeto, agradecidos por su noble y hermosa tarea".
Acerca de la esquiadora Lindsey Vonn, Premio de los Deportes, señaló que "rasgos de su carácter como la resistencia, la valentía, la tenacidad o la fortaleza son inherentes al éxito de su carrera deportiva. Lindsey es paradigma no solo de todo lo que se puede alcanzar con fuerza de voluntad y con determinación, superando las dificultades; lo es, también, de todo lo positivo que la práctica deportiva aporta al ser humano".
De la premiada de las Letras, Siri Hustvedt, dijo que es "una autora aclamada por la calidad de su escritura, por esa forma tan especial de adentrarse en la vida y la historia de los seres humanos, por su capacidad de observación y la fuerza de su mirada, algo fundamental para ella. 'Escribir –ha dicho– es recordar lo que nunca pasó'. En su obra, que sustenta además en los conocimientos que tiene de neurociencia y psicoanálisis, insiste en el hecho de que las mujeres no siempre encuentran el reconocimiento que merecen".
Sobre el Premio de Ciencias Sociales, el profesor Alejandro Portes, destacó que "sus investigaciones y estudios se han centrado sobre todo en la inmigración —que conoce bien personalmente— y en la integración y convivencia de los hijos de los emigrantes en los países de acogida; esas personas que se consideran ─porque lo son─ ciudadanos del país en el que sus padres o sus abuelos encontraron un día un trabajo digno y una vida alejada de la guerra, de la violencia o la pobreza".
De las premiadas en Investigación Científica y Técnica, la bióloga Joanne Chory y la ecóloga Sandra Myrna Díaz, recalcó que "ponen de nuevo ante nuestros ojos la amenazante crisis climática, el calentamiento global, el grave problema medioambiental al que tenemos que enfrentarnos sin dilación", y añadió que "para las dos aún hay esperanza, aún subsiste una posibilidad de construir un futuro mejor para las generaciones venideras gracias a la ciencia y a la investigación. Una esperanza de la que también nos habló Patricia Espinosa en 2016, cuando al recoger el Premio otorgado a la Convención Marco de NNUU contra el Cambio Climático afirmó: 'Hoy tenemos en nuestras manos las herramientas para trabajar juntos y crear, no solo un futuro sino un presente seguro y sostenible para nuestros hijos y los hijos de todos'".
Acerca del Premio de la Concordia, concedido a la ciudad polaca de Gdansk, manifestó que "—hoy una urbe vibrante, llena de vida y de luz— ha estado marcada por su tragedia y su resistencia, por su lucha en favor de la democracia y la libertad y por su dolorosa pérdida. Ha sido siempre punto de encuentro, pero también origen de litigios políticos de todo género, que la han ido transformando en lo que es en la actualidad: un ejemplo de solidaridad, de integración y de convivencia pacífica.
Finalmente, y tras la interpretación del Himno de Asturias, los galardonados abandonaron el escenario a los acordes de "El Xarreru" por la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo". Su Majestad el Rey declaró clausurado el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019 y convocados los Premios Princesa de Asturias 2020.
Sus Majestades los Reyes y sus hijas, Sus Altezas Reales la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía y Su Majestad la Reina Doña Sofía regresaron al Hotel de la Reconquista, donde se ofreció una recepción en honor de los invitados.
La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias es la principal actividad que desarrolla la Fundación Princesa de Asturias, una institución privada sin ánimo de lucro, cuyos objetivos son contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal y consolidar los vínculos existentes entre el Principado de Asturias y el título que tradicionalmente ostentan los herederos de la Corona de España. Su Majestad el Rey ha sido Presidente de Honor de la Fundación desde su creación en 1980. Tras su proclamación como Rey de España el 19 de junio de 2014, Su Alteza Real la Princesa de Asturias ostenta la Presidencia de Honor de esta institución.
Destinados a distinguir la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional, estos galardones se conceden en ocho categorías: Artes, Letras, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Científica y Técnica, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes.
La ceremonia que se celebra tradicionalmente en el Teatro Campoamor de Oviedo está considerada como uno de los actos culturales más importantes de la agenda internacional. A lo largo de su historia, estos galardones han recibido distintos reconocimientos, como la declaración extraordinaria que la UNESCO realizó en 2004 por su excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad.