oña Letizia presidió el evento sobre Salud y Cambio Climático titulado “Invertir en acciones climáticas para la salud: reducir las emisiones, limpiar nuestro aire, salvar vidas”, acompañada por la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo.
Durante el evento tuvieron lugar las ponencias “Compromisos de salud de la Cumbre de Acción Climática”; “El derecho a la salud, el medio ambiente y el aire limpio, a cargo de David R. Boyd, relator especial sobre derechos humanos y medio ambiente de Naciones Unidas; “Cómo los beneficios para la salud de las acciones climáticas deberían integrarse en las políticas, programas y comunicaciones gubernamentales, como las contribuciones determinadas a nivel nacional, los planes nacionales de adaptación y las estrategias a largo plazo”; y “El papel de los jóvenes estudiantes de medicina en la promoción de la salud y el impulsor político y social clave de las acciones contra el cambio climático”, a cargo de Ommia El Omrani, oficial de enlace de la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina para asuntos de salud pública y defensa del cambio climático de las Naciones Unidas.
Finalizadas las ponencias, la maestra de ceremonias, María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, anunció el turno de intervenciones y posteriormente, el de conclusiones.
Este evento se desarrolla en el de la XXV edición de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) que tiene lugar bajo la Presidencia de Chile y se desarrolla con el apoyo logístico del Gobierno de España. La presidenta designada de la Conferencia es Carolina Schmidt, ministra de Medio Ambiente de Chile.
La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue adoptada el 9 de mayo de 1992 en Nueva York y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Desde entonces, la Convención ha sido el principal instrumento para la profundización y avance en los compromisos de los Estados contra la aceleración del cambio climático inducida por el ser humano. En el seno de la Convención, los Estados trabajan conjuntamente, y en un marco institucional permanente, para hacer más eficaces los esfuerzos a escala internacional de cara a materializar el binomio estratégico mitigación y adaptación en materia climática. La Conferencia de las Partes (COP) es el órgano supremo de toma de decisiones formado por las partes que han suscrito la Convención, y la primera COP sobre el Clima fue celebrada en Berlín en 1995. Desde entonces la COP se reúne de forma periódica y, como mínimo anualmente, tanto para establecer nuevas metas como para evaluar la consecución de los objetivos.
La COP25 comprende distintas reuniones: la Vigésimo quinta sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), la décimo quinta sesión de la Conferencia de las Partes en Calidad de Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto (COP-MOP15), la segunda sesión de la Conferencia de las Partes como Reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA2), y la quincuagésimo primera reunión de los Órganos Subsidiarios de la Convención, tanto del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA) como del Órgano Subsidiario de Implementación (SBI), así como una serie de eventos paralelos vinculados a la misma.
La celebración de esta próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) estaba programada del 2 al 13 de diciembre de 2019 en Santiago de Chile. Sin embargo, a la vista de la situación interna, el Gobierno de Chile anunció su renuncia a actuar como anfitrión de dicha Conferencia. El pasado día 30 de octubre, la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático anunció que Chile, finalmente, no albergará la COP25, y el 1 de noviembre anunció la decisión de que se celebrase en Madrid.
Además, la COP25 tiene un carácter estratégico clave para la comunidad internacional, ya que debe servir para facilitar que en el año 2020 todos los países presenten sus estrategias a largo plazo para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en el año 2050, y nuevos compromisos nacionales de reducciones de emisiones para el año 2030. Además, en ella se buscará que los negociadores de los distintos países participantes en la Convención cierren el reglamento de desarrollo del Acuerdo de París contra el calentamiento global, cuya aplicación debe ser inminente para hacer posible el cumplimiento de los objetivos contemplados en dicho Acuerdo para la próxima década.