u Majestad la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, presidió esta tarde en el Teatro Real el concierto de conmemoración del 30 aniversario del centro de alta formación musical que lleva su nombre.
Por la mañana, Doña Sofía asistió a la reunión del Círculo Internacional de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, que se creó con el objetivo de promocionar la Escuela internacionalmente y consolidar el apoyo de un grupo de mecenas provenientes del mundo entero, que generosamente contribuyen al desarrollo de la Escuela.
Durante el concierto, Su Majestad la Reina Doña Sofía estuvo acompañada por la presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, Paloma O’Shea; la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela; la presidenta del Grupo Santander, Ana Botín; y el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer.
Tras ocupar Doña Sofía su lugar en el Palco Real ,y tras unas palabras previas de dos representantes de los alumnos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y la proyección de un vídeo sobre las actividades que desarrolla la Escuela Superior de Música Reina Sofía, se inició el concierto de la Orquesta Freixenet de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, formada por los jóvenes talentos de la Escuela, junto con su director titular, Andrés Orozco-Estrada y la violinista Arabella Steinbacher interpretaron “El Puerto” de la obra Iberia de Isaac Albéniz (orquestación de E. Fernández-Arbós), el Concierto para violín núm.1 en re mayor, op.19 de Serguéi Prokofiev y la Sinfonía núm.8 en sol mayor, op.88 de Antonín Dvorák.
A continuación, Su Majestad la Reina Doña Sofía se dirigió la sala de protocolo, donde entregó la Medalla de Honor de la Escuela a la mecenas de la Cátedra de Violonchelo Aline Foriel-Destezet y al director de orquesta Andrés Orozco-Estrada.
La Escuela Superior de Música Reina Sofía nació en 1991, como proyecto social de ayuda a la juventud y a la cultura musical. Desde entonces, la Escuela trabaja para avanzar en dos objetivos: apoyar a los jóvenes de mayor talento en su desarrollo personal y artístico; y acercar la mejor música a todos los públicos.
La capacidad transformadora de la música otorga un impacto social a estos dos objetivos. La música elimina barreras y trata a todos por igual, sin importar idioma, tradición o cultura. La práctica de la música une a través de valores como el compromiso, la constancia, el liderazgo y la colaboración, que son esenciales para la vida y la convivencia.
Cuanto mayor sea la creatividad y calidad con las que una música está compuesta e interpretada, más intenso será su efecto emocional sobre el oyente; y mayor será por lo tanto su repercusión beneficiosa en la sociedad. Por todo esto, la Escuela Reina Sofía ha mantenido estos principios pedagógicos desde el primer día, como forma de asegurar el máximo desarrollo de sus alumnos y el mayor impacto en la sociedad.