su llegada al Palacio Real de Madrid Sus Majestades los Reyes fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón y por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
A continuación, Don Felipe y Doña Letizia accedieron a la Saleta de Gasparini donde, tras ocupar su lugar, se produjo el saludo al Cuerpo Diplomático acreditado en España y a altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Finalizado el saludo, Sus Majestades los Reyes, acompañados por el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, se dirigieron al Salón del Trono donde dio comienzo el acto con la intervención de monseñor Bernardito Cleopas Auza, nuncio de Su Santidad el Papa, que precedió a la de Su Majestad el Rey, en la que afirmó que "es esencial que la comunidad internacional, de la que ustedes son aquí sus altos representantes, continúe trabajando en pro de un orden internacional pacífico, en el que imperen la justicia y el Derecho, y no la imposición por la fuerza de las armas o por la amenaza de su uso". Don Felipe subrayó asimismo que "en este contexto geopolítico de múltiples crisis interrelacionadas España sigue plenamente comprometida con el multilateralismo" y añadió que "es la única vía eficaz de dar respuesta a los desafíos globales que llegan a sobrepasar la capacidad de los Estados, como las crisis humanitarias, sanitarias o medioambientales y climáticas; como también los grandes movimientos migratorios, los tráficos ilícitos y redes criminales, los obstáculos y desequilibrios en el comercio internacional o los grandes proyectos de investigación científica".
La recepción concluyó con un encuentro de Don Felipe y Doña Letizia con los asistentes.
El Diplomático es el funcionario público experto en relaciones internacionales con vistas a ser acreditados ante otros Estados y también en Organismos Internacionales con carácter representativo.
Los Estados organizan su diplomacia de diversas formas, según sus tradiciones administrativas o su concepto de cómo ha de ser la conducción de los asuntos exteriores. En el Reino España, siguiendo la tradición latina, la profesión diplomática se estructura en torno a un cuerpo general -la Carrera Diplomática- que pertenece al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y utiliza en el extranjero funcionarios de otros cuerpos pertenecientes a aquellos Ministerios (Defensa, Cultura, Comercio, etc.) que por sus actividades poseen un sector exterior.
En España, el acceso a la Carrera Diplomática se realiza mediante oposición, como ocurre con cualquier otro escalafón de la función pública estatal. Sus miembros se rigen por las disposiciones que regulan la función pública, sin más peculiaridades que las requeridas por la naturaleza de sus funciones.