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Palabras de Su Majestad el Rey en la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes

Palacio de la Merced. Córdoba , 2.18.2019

Una vez más nos reunimos para entregar las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Para la Reina y para mí esta es una cita muy especial, ya que convoca, cada año, a un grupo de personas que coinciden en algo extraordinario: su contribución destacada a la creación artística y cultural de España; que es una preciosa manera de hacer país. Pues bien, es precisamente esa riqueza, esa excelencia y calidad de nuestra cultura, que goza de un prestigio internacional muy merecido, lo que celebramos hoy.

Y lo celebramos en Córdoba, sin duda una de las ciudades más bellas y con una de las historias más fascinantes de Europa. Agradecemos a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento, a las autoridades eclesiásticas y a todos los ciudadanos de la querida Córdoba su recibimiento tan cálido y entusiasta.

El mundo tiene aquí un tesoro, en esta ciudad alegre y misteriosa a un mismo tiempo. Por eso no es de extrañar que tenga el récord de contar con cuatro declaraciones como Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO. Su pasado romano y califal, las huellas que han dejado las distintas culturas aún pueden rastrearse en los rincones de sus calles. La cultura siempre suma tradición y porvenir.

En nuestras sociedades contemporáneas, el arte y la cultura desempeñan un papel destacado. Son la decantación de lo mejor que tenemos, indican nuestra ambición y nuestro límite: lo que somos capaces de decir, de pensar, de representar y de sentir.

Para empezar, son el elemento central en la definición de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una sociedad es un sistema de valores compartidos, y no hay mejores canales de transmisión que el arte y la creación. Por eso, la cultura ha sido a lo largo de la historia un barómetro, un instrumento al que recurrimos en busca de información y orientación. Todas las manifestaciones culturales (sea la literatura, la música, las artes plásticas, escénicas la gastronomía…), de cada tiempo y lugar, nos devuelven una imagen fidedigna de las personas que conformaron esa comunidad.

El respeto que nos tengamos como sociedad está en estrecha relación con el trato que les dispensemos a la cultura y a sus creadores; y ellos, precisamente, tienen la responsabilidad de interpretar y dar sentido a lo que nos es común a todos. La sociedad lo agradece, y por eso estamos hoy aquí.

En segundo lugar, no olvidemos que la cultura es también nuestra carta de presentación a los demás. Es nuestra manera de hacernos entender, y de tender la mano a quien tenemos delante. En un mundo global, cumple la doble función de distinguirnos, de hacernos únicos; y también de acercarnos. En tanto que nos reconozcamos en una imagen propia, seremos capaces de comprender a los demás.

Por todo ello, el reconocimiento a los creadores y artistas, a los que hacéis crecer nuestro patrimonio y lo cuidáis, es tan importante. Sois, en cierto sentido, nuestros intérpretes, representáis el impulso humano que sostiene a cada comunidad.

"...una sociedad es un sistema de valores compartidos, y no hay mejores canales de transmisión que el arte y la creación. Por eso, la cultura ha sido a lo largo de la historia un barómetro, un instrumento al que recurrimos en busca de información y orientación. Todas las manifestaciones culturales (sea la literatura, la música, las artes plásticas, escénicas la gastronomía…), de cada tiempo y lugar, nos devuelven una imagen fidedigna de las personas que conformaron esa comunidad..."

Y a cada uno de vosotros, los premiados, queremos agradeceros de corazón vuestro trabajo y entrega. Las disciplinas a las que habéis elegido dedicar vuestras vidas son muy exigentes y no os aseguraban muchas veces sino un camino incierto. Es muy valiente por vuestra parte haberos aventurado por senderos no trillados. Y, más allá del resultado de vuestra labor, al haber apostado por un ideal y una vocación, encarnáis los más nobles valores. Afortunadamente para todos, no podemos más que alegrarnos al ver el resultado de vuestro coraje.

A veces, la contribución que un artista, un creador, un mecenas, hace a su sociedad es difícil de valorar. Aquello que ofrecéis al mundo, la influencia que ejercéis, no siempre se aprecia en su momento, y en ocasiones se manifiesta de maneras muy sutiles. Muchas veces las modas del momento han podido actuar como condicionantes y es seguro que a lo largo de vuestras carreras habréis conocido momentos de duda.

Confiamos en que estas Medallas que hoy recibís os compensen, sobre todo por lo que representan: el reconocimiento de toda la sociedad a una labor constante, inspirada y valiente cuyos frutos habéis compartido, con generosidad, en el patrimonio común.

Hoy quiero hacer una mención especial a los premiados americanos. La cultura que compartimos es tan rica y profunda que podemos entenderla verdaderamente cuando la miramos desde ambos lados del Atlántico. Gracias por venir a vuestra casa.

Enhorabuena, pues, a los veinticuatro premiados de este año. Sé que esta elección es siempre muy difícil; y que los nuevos premiados se unen a los de los años anteriores contribuyendo con su labor a la riqueza siempre creciente de nuestro país. Y me consta que en esta misma ceremonia están presentes también grandes artistas cordobeses y de toda España que afirman día a día su compromiso con nuestra cultura.

En esta oportunidad es importante subrayar que el talento necesita apoyo y que el servicio de los creadores a la sociedad pasa por facilitar que ese talento aflore y que las instituciones culturales favorezcan esas capacidades. Sin duda, la creación está ligada a la libertad, pues la libertad permite que el genio artístico se potencie y desarrolle en plenitud. Y, de este modo, los ciudadanos podrán conocer en todo momento el acervo irrenunciable de la cultura.

En el arte hay algo mágico: se trata de un territorio a la vez exclusivo y común. En el terreno del arte todos nos hermanamos, a la vez que nos sentimos en nuestra propia individualidad.

Efectivamente, el arte y la cultura, que se dirigen a todos, apelan a cada uno de nosotros individualmente. El músico que toca en el auditorio repleto, toca para cada uno de sus oyentes. El poeta que falleció hace siglos escribe para cada uno de sus lectores. El cuadro expuesto en el museo interpela a cada uno de los paseantes que se detienen ante él.

En ese mensaje común, que cada persona interpreta e integra a su manera en su propia vida, es donde podemos coincidir y reconocernos todos.

Ya no me extiendo más. Os doy, en nombre de la Reina y en el mío propio, la enhorabuena más afectuosa con el mayor reconocimiento y admiración por vuestra entrega y generosidad.

Muchas gracias.

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"...una sociedad es un sistema de valores compartidos, y no hay mejores canales de transmisión que el arte y la creación. Por eso, la cultura ha sido a lo largo de la historia un barómetro, un instrumento al que recurrimos en busca de información y orientación. Todas las manifestaciones culturales (sea la literatura, la música, las artes plásticas, escénicas la gastronomía…), de cada tiempo y lugar, nos devuelven una imagen fidedigna de las personas que conformaron esa comunidad..."

Palabras de Su Majestad el Rey en la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes

Palacio de la Merced. Córdoba , 18.2.2019S.M. el Rey

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