Buenas tardes a todos. Gracias por invitarme y gracias por dedicar tanto esfuerzo a organizar un acto como este con las dificultades asociadas a la pandemia. Es meritorio en estos tiempos mantener el pulso de la reflexión para seguir avanzando.
Después de todo lo que hemos escuchado querría sólo insistir en esa energía transformadora de tantas mujeres como Cenéris o como Jully, pero también Fuencisla, Rebeca (las dos Rebecas) María Noel, la energía transformadora de las mujeres que han tomado hoy la palabra para expresar algo que es muy simple así dicho: facilitar la vida. Entidades como la Fundación de Microfinanzas BBVA estimulan y agitan, ayudan verdaderamente a que el deseo de salir adelante, de seguir cada día haciendo cada uno lo que puede, tenga sentido y encuentre el modo de cambiar las cosas para que la vida de tantos, y sobre todo de tantas, en situación vulnerable, sea un poco más fácil.
No profundizaré, claro, en los conceptos que habéis manejado ya, en lo que significa la transformación digital, la inversión en educación y formación, el desarrollo sostenible, en cómo esta pandemia está golpeando a millones de mujeres vulnerables en América Latina, en la implicación activa y el compromiso de todos.
Cenéris y Jully representan a millones de mujeres tan infatigables como ellas que han impulsado un cambio en sus vidas y, por tanto, un cambio en sus familias y en sus comunidades. Y esa mejora es el sentido de todo esto, es la razón por la que estamos aquí. No lo olvidemos y sigamos, tan incansables como ellas, trabajando, cada uno desde el lugar que ocupa, para no perder el rumbo.
Gracias.