Nos hemos reunido hoy en el corazón de Aragón, en Fuendetodos, para celebrar y conmemorar el genio y la obra de uno de los creadores españoles más universales de la historia, Francisco de Goya y Lucientes; de cuyo nacimiento se cumplen 275 años. A la Reina y a mí nos alegra especialmente compartir con vosotros −precisamente− este día, aún bajo las difíciles condiciones de la pandemia, y que este aniversario se haya aprovechado tan oportunamente por las instituciones autonómicas, provinciales y municipales aragonesas y zaragozanas que forman parte de la Fundación Goya en Aragón y del Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos, para promocionar aún más el “universo” Goya en beneficio de todos.
Y lo hemos hecho en un corto pero intenso espacio de tiempo, visitando lugares imprescindibles que, en esta localidad entrañable, evocan y proyectan la memoria y el legado de quien es, sin duda, su hijo más ilustre. El pintor que hace más de dos siglos supo reflejar con extraordinaria fidelidad la realidad de una sociedad, de una época y, en suma, el alma de un pueblo en uno de los tiempos más convulsos de su historia.
Pero más allá de documentar para la posteridad, con verdadera precisión y consumado realismo, los acontecimientos que marcaron una era en España y en el resto de Europa, Goya representa un icono precursor para el arte moderno en numerosas de sus expresiones y disciplinas, desde la propia pintura a las creaciones más contemporáneas en el ámbito cinematográfico, pasando por la literatura, el teatro, las artes escénicas o la misma escultura.
Su obra muestra, además, la personalidad singular del pintor. Un hombre cuya curiosidad fue determinante para imaginar, para inventar, para crear y para interpretar la realidad. “El de Fuendetodos” mostró una inmensa creatividad e inteligencia, que acompañó con una insólita capacidad de innovación. Fue crudo, en ocasiones; sensato, en muchas otras; observador profundo; relator de su yo creador; y genio siempre. El recorrido que hemos realizado esta mañana en esta querida población nos ha transmitido, de alguna manera, la dimensión y la diversidad de una producción que llega a alcanzar todas las ramas del arte.
"...un hombre cuya curiosidad fue determinante para imaginar, para inventar, para crear y para interpretar la realidad. “El de Fuendetodos” mostró una inmensa creatividad e inteligencia, que acompañó con una insólita capacidad de innovación. Fue crudo, en ocasiones; sensato, en muchas otras; observador profundo; relator de su yo creador; y genio siempre. El recorrido realizado esta mañana a lo largo de esta querida población nos ha transmitido, de alguna manera, la dimensión y la diversidad de una producción que llega a alcanzar todas las ramas del arte..."
Y en este punto y dando un salto en el tiempo, quiero expresar nuestra admiración en memoria del maestro turolense Antón García Abril, tristemente fallecido hace pocos días. Compuso melodías que permanecen en nuestro recuerdo −como la misma música del Himno de Aragón− y nos evoca también en cierto modo la riqueza creativa de esta tierra que hoy, como siempre, nos ha acogido con tanta hospitalidad.
Queridos miembros de la Fundación Goya en Aragón y del Consorcio Goya-Fuendetodos, queremos felicitaros la Reina y yo por vuestro esfuerzo y por vuestra decisión de recordar a Goya en este importante aniversario, destacando también el enfoque que habéis querido dar a esta iniciativa, incluyendo todas las actividades programadas; porque resulta realmente adecuado aprovechar esta oportunidad para ir más allá del propio hecho conmemorativo.
En el mismo sentido, quiero subrayar igualmente la presencia de alcaldes de diversos municipios de esta Comunidad Autónoma, que cuentan con obra del genial pintor y que, de este modo, resaltan la huella imperecedera de Goya en Aragón. Todos juntos trasladáis mensajes que ponen en valor tanto el medio urbano como el rural, al tiempo que transmitís una llamada a la autoestima, a la capacidad de emprendimiento y al talento de nuestros ciudadanos. Desde este pequeño enclave del medio rural aragonés, podemos ciertamente apreciar la vocación de respeto a nuestras raíces.
Y por ello, concluyo ya recordando a Ignacio Zuloaga, un maestro, una persona decisiva en la pervivencia de la memoria de Francisco de Goya y en el mayor conocimiento y proyección de Fuendetodos. A él y a su empeño debemos que la casa natal de Goya fuera recuperada y, con ello, que la obra y el legado inmortal de uno de nuestros más grandes creadores universales siga vigente y esté aún más presente en nuestras vidas.
Al rememorar al maestro Zuloaga no quiero dejar de lamentar el fallecimiento, el pasado día 18, de su nieta, María Rosa Suárez Zuloaga, que dirigía el museo del artista en Pedraza.
Muchas gracias.