Poder estar hoy aquí con vosotros y acompañaros en la VIIª edición de los Premios CEPYME me alegra de una manera especial porque tengo de nuevo la oportunidad de subrayar dos aspectos que siempre creo relevantes y necesarios, pero mucho más para los tiempos que vivimos: por un lado, apoyar con convicción y afecto al amplio mundo de las pequeñas y medianas empresas, que sufre de manera particularmente intensa la crisis e incertidumbre económicas que genera la pandemia de la COVID; y por otro, ayudar a destacar y difundir las magníficas historias de tenacidad, de valentía y vocación emprendedora que han sido hoy premiadas, y que demuestran cómo llevando a cabo acciones normales —no proezas inalcanzables— han logrado éxitos muy importantes de los cuales muchos otros pueden aprender.
Estos premios permiten, por tanto, comprobar y reconocer, una vez más, el gran esfuerzo que hace tejido empresarial español en su conjunto por su mejora continua, y especialmente, el de la PYME. Me gustaría transmitir un saludo muy afectuoso a todos los empresarios de la pequeña y mediana empresa y también a todos los autónomos; vuestro compromiso permanente y sacrificio para sacar adelante vuestros negocios, para contribuir a la actividad económica y generar riqueza, empleo y bienestar son verdaderamente dignos de admiración y de gratitud.
De ahí, la importancia de unos galardones que desde 2014, año en el que se inició su entrega, dan visibilidad al trabajo constante de estas empresas. Estas distinciones son posibles gracias a la Confederación CEPYME, al Banco Santander y a múltiples colaboradores que siempre han considerado necesario ensalzar la labor de las PYMES y mostrar la debida gratitud a los más de 3 millones de firmas que cada día, con su impulso, contribuyen al avance de nuestra economía. Hablamos de tantas y tantas de ellas, cuya tarea muchas veces pasa desapercibida y que, en conjunto, suponen la mayor parte de la producción de la riqueza de nuestro país.
La VII edición de los Premios CEPYME adquiere un significado especial. De hecho, el retraso de este acto casi un año —debido a la pandemia que sufrimos— y su celebración en una modalidad semipresencial, debe ser un estímulo aún mayor para apoyar este reconocimiento. 2020 ha sido un año especialmente difícil en el que la sociedad se ha enfrentado a momentos de enorme dureza. Pero también ha sido un año en el que nuestros ciudadanos han demostrado nuevamente el sentido cívico de anteponer el bien común al interés individual.
Hoy, en este foro en el que premiamos y aplaudimos el esfuerzo de las pymes, es oportuno poner énfasis −y en valor− cómo habéis reaccionado vosotros, los empresarios, durante estos largos meses. Muchos habéis podido explicarme en más de una ocasión que lo que os resulta más difícil es abordar la incertidumbre, el hecho de no poder planificar los próximos meses, incluso las próximas semanas.
Aun así, la gran mayoría habéis continuado, os habéis sacrificado, os habéis esforzado día a día para evitar el cierre de vuestros negocios, de vuestras empresas. Y no lo habéis hecho solamente por mantenerlos sino porque sabéis que ello es necesario para contribuir a que nuestro país pueda seguir avanzando. Os damos las gracias una vez más.
"...las PYMES sois la base de la economía española, generáis más del 60% de la riqueza y el 70% del empleo. Por tanto, hablar de pymes, es hablar de sociedad..."
Señoras y señores,
Las PYMES sois la base de la economía española, generáis más del 60% de la riqueza y el 70% del empleo. Por tanto, hablar de pymes, es hablar de sociedad.
Todos recordamos la labor de las pequeñas empresas durante el confinamiento; cómo se ocuparon de sus vecinos adecuando sus servicios para proteger a los más vulnerables. Y, por supuesto, también tenemos presente la voluntad de todas las pymes de adaptarse a la nueva situación. En pocas semanas se digitalizaron procesos, canales de compra, de ventas, de comunicación; y se adaptó, cuando era posible, el propio trabajo, extendiéndose la modalidad a distancia.
Sin embargo, ha habido empresas que, lamentablemente, no han podido continuar. A todas ellas, que en su día iniciaron su actividad con la mejor voluntad y la mayor ilusión —y que tuvieron el valor de arriesgarse— las animamos a seguir, a buscar maneras de apoyarse mutuamente y lograr mayor reconocimiento social hacia la iniciativa emprendedora y hacia los valores de empresa social y medioambientalmente responsable. Algo en lo que todos podemos contribuir.
Las características que identifican a un empresario, por pequeño que sea su negocio, son precisamente —como he comentado anteriormente— la perseverancia, la valentía y el esfuerzo. Y son las cualidades que se valoran en los Premios CEPYME desde hace 7 ediciones. Unos galardones que destacan la innovación, la digitalización, la competitividad; que reconocen la igualdad, la integración y la sostenibilidad para poner de relieve a aquellas empresas que tratan de contribuir a una sociedad más justa. Unas distinciones que valoran siempre también la internacionalización —faceta en la que las empresas españolas, tanto grandes, como pequeñas y medianas, siguen destacando— y que buscan subrayar, además, el crecimiento y estimular el espíritu empresarial.
Además, vemos reflejada en los perfiles de las empresas premiadas una clara muestra de nuestro tejido productivo, con actividad en sectores ganadero, alimenticio, industrial, de servicios, tecnológico y, también, originarias o establecidas en distintas zonas de España. Son empresas que presentaron su candidatura, con confianza en su trabajo diario y en su buen hacer, y que reflejan igualmente la evolución que experimenta nuestro mundo empresarial: hacia la digitalización en sus procesos internos y externos, invirtiendo más en innovación y transformándose en entidades más competitivas. Algunas de las que hemos visto hoy son un ejemplo de cómo los negocios tradicionales se adaptan a los tiempos actuales. Hay un amplio recorrido por delante, pero, sin duda, ese es el camino a seguir.
CEPYME, en definitiva, reconoce con estos galardones todos los valores a los que me he referido, pero con ellos también proyecta ante la sociedad lo que significa ser empresario, cualquiera que sea el tamaño de cada empresa.
Me sumo, de este modo, al reconocimiento que hoy aquí se brinda a las pymes y os animo a seguir esforzándoos, como siempre lo hacéis, para mejorar, para crecer y para ser más fuertes ante una competencia constante que, además, hoy puede venir de cualquier parte del mundo. No lo dudéis; vuestro trabajo es muy valioso, es necesario y redunda en beneficio de todos.
Muchas gracias y enhorabuena. A los premiados, a los finalistas y a todos los participantes.