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Palabras de S.M. el Rey en la presentación del Anuario 2021 de Informe Cotec

La Nave de Villaverde. Madrid, 5.26.2021

El conocimiento necesita tiempo para dar sus frutos y esto explica que la distancia entre el nacimiento de buenas ideas, su aplicación pionera y su difusión a gran escala se mida tantas veces en años o en décadas, cuando no en generaciones.

Sin embargo, con la perspectiva suficiente, todo parece ocurrir en un instante. Cada salto tecnológico acaba pasando a la historia no como un periodo, sino como un hito puntual que define un cambio de época. El uso de una cierta herramienta −desde un hacha de piedra a un ordenador− o la aparición de una técnica −como la escritura o la agricultura− pautan el avance de nuestra civilización, de nuestra propia evolución.

Es la innovación la que marca el reloj de nuestra especie y, con el tiempo, será la vacuna −y no el virus− la que señale el comienzo de una nueva era.

Sin embargo, hemos de reconocer que en el último año el COVID-19 nos ha impuesto su ritmo −muy acelerado, no cabe duda. Cada hora que pasa se cuenta en número de contagios y también en víctimas, en enormes pérdidas humanas y económicas.

Contra ese implacable cronómetro se enfrentan millones de innovadores en todo el mundo. Lo hacen sin descanso y, en muchos casos, sin recompensa. Puede que la mayoría de estos innovadores no haya dedicado mucho tiempo a reflexionar sobre lo que han logrado. Así que, permítanme que estos minutos sean de sincero reconocimiento para todos ellos.

El Anuario COTEC 2021 es −como señalan sus páginas− un homenaje a quienes, en los momentos de mayor incertidumbre, tuvieron que adaptarse muy rápidamente −casi sin capacidad para asimilar los cambios que se sucedían−, investigar día y noche, transformar sus fábricas y laboratorios y unirse para cooperar a distancia, muchas veces sin conocerse. En ocasiones, incluso poniendo en riesgo su propia salud, al igual que hicieron nuestros sanitarios y el resto de profesionales esenciales y servidores públicos en primera línea en las peores circunstancias de la pandemia.

"...conviene no olvidar que las grandes crisis no respetan tiempos ni distancias. Por eso, además de acelerar la velocidad a la que innovamos, hemos de imprimir un nuevo ritmo a la difusión de las innovaciones. Lo vemos ahora con la vacuna y lo veremos cada vez con mayor frecuencia en otros ámbitos: tan importantes son las políticas de promoción de la innovación, como las que facilitan el acceso de la Humanidad a sus numerosos beneficio..."

Hoy he podido encontrarme con los protagonistas de una de las iniciativas más singulares en este agitado mundo de la innovación −una iniciativa en la que Cotec tuvo mucho que ver. Me refiero al movimiento de ciudadanos que, hace algo más de un año, abordó el reto de diseñar y fabricar respiradores de bajo coste y libres de patente. Aquella corriente movilizó a cerca de cien equipos mix-tos de sanitarios y tecnólogos, nacidos de manera espontánea en pleno confinamiento, en todos los rincones de España. Ha sido emocionante escuchar sus historias y constatar que algunos de los dispositivos que inventaron y fabricaron entonces están hoy salvando vidas en países de distintos continentes, cuyos sistemas de salud, como el nuestro, y el de tantos otros países, se han visto en algún momento desbordados.

La innovación, como se encarga de recordarnos Cotec en cada ocasión, no implica solo cambio tecnológico. Por eso el Anuario que hoy se presenta, además de nuevos dispositivos y técnicas, repasa otros muchos casos inspiradores; una colección de ejemplos que abordan cambios organizativos o de proceso; gestados en instituciones, empresas, colegios, hospitales o por iniciativa de la ciudadanía: movimientos vecinales, asociaciones y ONGs, organizaciones tradicionales o bien surgidas como respuesta a la pandemia.

La innovación ha traído consigo también en los últimos meses nuevas formas de relacionarnos, nuevas reglas y estrategias que nos han hecho la vida menos difícil, que nos han permitido llegar hasta aquí con la energía y las capacidades necesarias para poder iniciar esa remontada a la que aludía el vídeo de presentación de este evento.

Este muestrario de innovaciones se ha restringido a ideas nacidas en España y puestas en práctica con éxito en nuestro país. Es razonable que el Anuario haya elegido este enfoque cercano e inmediato, pero también conviene no olvidar que las grandes crisis no respetan tiempos ni distancias. Por eso, además de acelerar la velocidad a la que innovamos, hemos de imprimir un nuevo ritmo a la difusión de las innovaciones. Lo vemos ahora con la vacuna y lo veremos cada vez con mayor frecuencia en otros ámbitos: tan importantes son las políticas de promoción de la innovación, como las que facilitan el acceso de la Humanidad a sus numerosos beneficios.

Señoras y señores,
No es la primera vez, ni será la última, que me refiero a la emergencia climática, a la que el Anuario COTEC 2021 también dedica un espacio importante. Y lo hace dando voz a jóvenes que tienen mucho que decir —y, por supuesto, que aportar— sobre el futuro del Planeta en el que les gustaría vivir; jóvenes preocupados y muy comprometidos con el medio ambiente y a los que no siempre se presta la atención que merecen. Escucharlos más y mejor, especialmente en un tema como este, que no es otro que el Planeta que legamos a las próximas generaciones, es un compromiso que les debemos y que nos une a ellos.

Queridos amigos, hace apenas un año, el acto de presentación del Anuario tuvo lugar en un contexto bien distinto. Fue un acto reducido, sin público presencial, y en la atmósfera se percibían la incertidumbre, la tristeza, incluso cierta desazón. Pero fue a la vez un evento esperanzador, el primero al que acudíamos tras el confinamiento estricto. Hablamos entonces de volver a vernos este año, de forma presencial… y aquí estamos. No estamos todos, ni estamos todo lo cerca que nos gustaría. Pero aquí estamos. Y eso es lo que verdaderamente importa.

Y una de las mejores noticias es que, si todo sigue como deseamos, cada vez seremos más y estaremos más cerca. Con este deseo me despido de vosotros no sin antes daros las gracias por formar parte de esta familia de la innovación y también por hacerme partícipe de ella.

Muchas gracias.

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