Buenas tardes,
Antes de nada, quiero decir que me alegra mucho estar nuevamente en Galicia, y de forma tan seguida. Tan solo a lo largo de este año he podido venir en varias ocasiones: el I Congreso Xacobeo, la ofrenda al Apóstol del 25 de Julio, el Patronato de la Ciudad de Santiago y la entrega de la Medalla de Oro de Galicia; el Foro La Toja y más recientemente a Tuy para entregar el Premio a la Escuela del Año de la Fundación Princesa de Girona al Centro Rural Agrupado “Maestra Clara Torres”.
Todas estas ocasiones han tenido un significado muy especial, como ésta, que por supuesto también lo tiene. Pero en conjunto, me permiten tener una visión de lo que mejor representa a esta querida Comunidad de Galicia: tradición, esfuerzo, historia, innovación, solidaridad, colaboración…; y que forma parte de su ayer, de su presente y de su futuro.
Esta tarde nos convoca el 40º aniversario de la Confederación de Empresarios de Galicia. Una cifra que encierra muchas cosas y la acerca íntimamente a lo vivido por nuestro país, por España en General, en estas 4 décadas de vida democrática en el marco de nuestra Constitución y del régimen autonómico en ella contemplado. Un tiempo que a todos nos evoca grandes avances en todos los órdenes y que implica también, sin duda, una madurez alcanzada con mucho trabajo, con una clara voluntad común de progreso y con la ambición de no perder las oportunidades de nuestro tiempo. No es fácil alcanzar esta cifra.
Enhorabuena y, por supuesto, muchas felicidades. Gracias por invitarme a compartir este momento tan señalado para vosotros.
La Galicia de hoy, como ocurre en el resto de España, es consecuencia de un logro colectivo en el que los emprendedores han tenido un papel fundamental. La primera materia prima que utiliza el emprendedor es, básicamente, el futuro. Y un empresario es alguien que cree, apuesta y arriesga por el futuro, que siempre trabaja pensando en ese horizonte, generando empleo y riqueza, tratando de moldearlo con su trabajo y a través de sus proyectos. El futuro es, pues, su aliado y esa premisa es la que realmente le inspira. Así ha sido también en Galicia.
Quienes fundaron esta Confederación de Empresarios sabían que, gracias a la democracia y al recién inaugurado autogobierno, en esta tierra se abrían nuevos horizontes en los que el papel del emprendedor era indispensable. En definitiva, no querían estar ausentes en el nuevo futuro.
Recientemente, las instituciones gallegas conmemoraron la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia, las primeras elecciones autonómicas y, con ellas, la constitución del primer Parlamento. No parece casual que estos hitos coincidan en el tiempo con la fundación de la Confederación de Empresarios de Galicia. El sector empresarial gallego no quiso ser ajeno a aquel momento inaugural y se dotó de una herramienta asociativa que le permitiera formar parte del proceso que entonces se iniciaba.
Tanto la democracia consagrada en la Constitución Española de 1978 como el Estatuto de Autonomía de Galicia de 1981 establecieron un nuevo escenario para la acción empresarial que se resume en la libertad de iniciativa. Con ambos instrumentos, unidos a la incorporación de España al concierto europeo, se abrieron nuevas posibilidades para nuestros emprendedores, aquí en Galicia como en todo el país.
"...la Galicia de hoy, como ocurre en el resto de España, es consecuencia de un logro colectivo en el que los emprendedores han tenido un papel fundamental. La primera materia prima que utiliza el emprendedor es, básicamente, el futuro. Y un empresario es alguien que cree, apuesta y arriesga por el futuro, que siempre trabaja pensando en ese horizonte, generando empleo y riqueza, tratando de moldearlo con su trabajo y a través de sus proyectos. El futuro es, pues, su aliado y esa premisa es la que realmente le inspira. Así ha sido también en Galicia..."
La fructífera experiencia que habéis protagonizado estos años en Galicia es un verdadero ejemplo sobre el valor de la democracia para impulsar el desarrollo integral de los países. Además de establecer un marco de convivencia acorde con los valores humanos esenciales, canalizar las discrepancias y propiciar los acuerdos, creo firmemente que los sistemas democráticos activan la creatividad humana en todos los órdenes, incluyendo el empresarial en un espacio estable de libertad y responsabilidad, derechos y deberes. Y la Galicia actual es una buena prueba de ello.
Es innegable que en este periodo de 40 años —corto en términos históricos pero extenso en lo que a acontecimientos se refiere— España, Galicia y los empresarios gallegos han sufrido situaciones difíciles que obligaron a adoptar decisiones igualmente complejas.
En la actualidad, la economía y el tejido empresarial están en fase de recuperación tras una experiencia muy dura con escasos precedentes en la historia y que exigió lo mejor de nosotros, de todos como personas, como ciudadanos y como miembros de una misma comunidad. A raíz de la pandemia os habéis visto en situaciones a veces dramáticas que exigían respuestas para las que no había un manual, una guía, que marcara los pasos a seguir. Y pese a ello habéis demostrado una gran capacidad de adaptación y de superación.
Señoras y señores,
Valentín Paz-Andrade, un gallego polifacético que cultivó el ensayo literario y la reflexión sobre cuestiones económicas, además de participar activamente en labores empresariales, es autor de la obra Galicia como tarea. Se publicó en 1959 y en ella se anticipa al futuro con previsiones y anhelos. Si la realidad de la Galicia del 2021 es tan distinta a la que Paz-Andrade vivió en aquel tiempo, se debe a que gallegos de muy diferentes ámbitos se implicaron con pasión e inteligencia en esa tarea, en esa ilusión, en el empeño por contribuir al resurgimiento de su tierra.
Entre ellos están los empresarios que hace 40 años decidieron agruparse en esta Confederación y estáis todos vosotros. Gracias al esfuerzo del emprendedor gallego, la Comunidad cuenta con un sector empresarial diversificado, abierto a todo tipo de mercados y que abarca desde multinacionales extendidas por todo el mundo, a pequeñas y medianas empresas que supieron responder a demandas concretas con ofertas especializadas. La Galicia empresarial ofrece un panorama rico en experiencias, realidades y posibilidades.
Aun siendo conscientes de que hay problemas que siguen afectando a la empresa gallega o establecida aquí, no cabe duda de que estas cuatro décadas reflejan un período único de la historia económica, social y empresarial de Galicia; una época muy extensa que es sinónimo de transformación y también de prosperidad y que ha sido posible gracias al esfuerzo del tejido empresarial gallego.
Señoras y señores,
Quero rematar as miñas palabras agradecendo a vosa acollida e a vosa hospitalidade, que sempre me brindades cando estou en Galicia.
Hoxe foi un día emotivo para todos. Tamén para min. Comeceino esta mañá en Vigo, nas instalacións do Grupo Stellantis —que visitei por vez primeira hai xa vintecinco anos, como Príncipe de Asturias— e o continúo e finalizo aquí, en Compostela, con este xantar, e nunha xornada na que vos afanastes en ensinar e compartir o voso potencial produtivo e na que puidemos ver o dinamismo e o pulo da empresa galega.
Non quero atrasar o comezo deste xantar, pero permitídeme antes desexarvos moitos anos mais de éxito. Porque o voso é tamén o de toda a sociedade, o de todos nós.
Muchas gracias. Moitas grazas.