Es un gran placer para la Reina y para mi estar de nuevo en este querido M.N Centro de Arte R. Sofía, que es un verdadero referente internacional de la creación contemporánea en nuestro país.
Esta ocasión es sin duda muy especial, porque iniciamos la Celebración Picasso 1973-2023 (que durará un año), con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento.
Como todos ustedes saben, nació en España; pero fue en Francia donde se consagró artísticamente. En todo caso, Picasso fue un creador profundamente enraizado en nuestras tradiciones y, sin duda, un artista universal del Siglo XX.
Admirador de Velázquez, Goya o el Greco —de cuyas pinturas tanto aprendió en sus intensas visitas al Museo del Prado—, supo elevar nuestro patrimonio y nuestra cultura a la categoría ─casi─ de lo eterno y dotarlo de una inmensa proyección internacional.
La celebración de este año especial dedicado al gran Maestro Picasso es fruto de la colaboración estrecha, profunda y generosa entre dos naciones hermanadas por un artista, a las que unen, además, siglos de historia compartida y un proyecto común hoy como es el proyecto europeo.
Picasso merece, sin ninguna duda, todo el esfuerzo llevado a cabo por el Reino de España y la República Francesa, que han trabajado ─y siguen haciéndolo─ conjuntamente, para homenajear y reivindicar su arte y la permanencia del mismo; su herencia artística; su legado.
Pero, en una ocasión como ésta es necesario y más que justo dar las gracias, naturalmente, a todos los que han hecho posible esta conmemoración: a los dos gobiernos (respectivos ministerios de cultura), español y francés, a los miembros de la comisión binacional, comisionados en los dos países, y por supuesto, a cuantas instituciones y administraciones participan, de una forma u otra, en esta celebración que potenciará, aún más —y si es que eso es posible—, la vigencia mundial de la obra de Picasso.
Y, en este punto, también quiero recordar al siempre querido y admirado José Guirao, que, con tan buen criterio, impulsó este tributo que hoy inauguramos.
"...Picasso no es únicamente el pintor, por supuesto de esta obra tan icónica y universal, también es el dibujante excepcional, el poeta escondido, el escritor, el escultor, el ceramista, el escenógrafo… Un artista completo, un trabajador infatigable —activo y creativo hasta su muerte—, que experimentó en varias disciplinas, corrientes y estilos artísticos.
Todos esos Picassos, los conocidos y los que no lo son tanto, tendrán cabida en esta celebración; que es, por encima de todo, la de la Cultura como patrimonio común y compartido, como inspiración, como fuente de vida..."
Señoras y señores,
Estar aquí, en el Museo Reina Sofía recordando la figura de Picasso, ciertamente hace imposible no mencionar su obra más conocida: el Guernica, de cuya llegada a España se cumplió el 40 aniversario el año pasado. Un lienzo inmenso en muchos sentidos.
El bombardeo del pequeño pueblo de Guernica sigue siendo una alegoría del horror de cualquier guerra; un testimonio permanente del mismo y un contundente recordatorio del sufrimiento que causa cualquier conflicto. Además, es el mejor ejemplo de cómo Picasso supo transmitir un mensaje de alcance universal.
Es una pintura que nos interpela a todos —continúa haciéndolo—, y que nos señala el papel de la Cultura como vínculo de unión, capaz de reunir a naciones y ciudadanos bajo un objetivo común; bajo una idea compartida de respeto, de tolerancia, y también de democracia.
Decía que era imposible no referirse al Guernica. Pero Picasso no es únicamente el pintor, por supuesto de esta obra tan icónica y universal, también es el dibujante excepcional, el poeta escondido, el escritor, el escultor, el ceramista, el escenógrafo… Un artista completo, un trabajador infatigable —activo y creativo hasta su muerte—, que experimentó en varias disciplinas, corrientes y estilos artísticos.
Todos esos Picassos, los conocidos y los que no lo son tanto, tendrán cabida en esta celebración; que es, por encima de todo, la de la Cultura como patrimonio común y compartido, como inspiración, como fuente de vida.
De ahí nuestro deseo, de la Reina y mío, y de todos los que estamos aquí, de que esta conmemoración se extienda y difunda lo máximo posible para que cualquier persona pueda descubrir, por primera vez, un cuadro, un boceto, un retrato del artista…. O que pueda disfrutar de nuevo el reencuentro con alguna de sus creaciones preferidas. Descubrir y, si me lo permiten, redescubrir. Porque la obra picassiana siempre merece más que una 1ª lectura. Merece, desde luego, una 2ª, una 3ª… Requiere observación y reclama detenimiento.
Me gusta siempre destacar que la Cultura nos acompaña y nos enriquece como personas y como sociedad, y esta celebración impulsada por España y Francia, precisamente, refuerza la importancia del compromiso con la Cultura como un bien compartido.
Picasso es un faro de largo alcance, fuente innegable de inspiración, sumamente original y versátil. De ahí la necesidad de proyectos como este; de ahí el significado de dar a conocer todas las facetas y todos los estilos de alguien que llegó a afirmar que no pintaba lo que veía, sino lo que sentía; de quien creía firmemente en lo que hacía; en definitiva, de un artista irrepetible.
Disfruten de esta Celebración. Disfruten de Picasso.