Buenas tardes, señoras y señores
A la Reina y a mí nos alegra enormemente poder estar aquí, en este momento privilegiado en el que la España del Siglo XXI ha sido invitada a presentar su literatura, sus lenguas y la “creatividad desbordante” de sus industrias culturales en esta Feria Internacional. Feria en torno a la que se ha articulado —en Fráncfort y en muchos otros lugares del país— un ambicioso e intenso programa de difusión de nuestra cultura.
Por ello, queremos agradecer de manera especial el honor y la oportunidad que supone ser acogidos como País Invitado por este gran escaparate literario y cultural, europeo y mundial, y que así España tenga a un papel tan protagonista este año. Es una suerte que hayamos podido hacer coincidir nuestra visita de Estado con este gran acontecimiento. También, por supuesto, agradecemos muy sinceramente la implicación y dedicación de cuantos han contribuido a que esta edición sea posible.
Han transcurrido más de 30 años desde que España fue Invitada de Honor por 1ª vez en esta muestra, en 1991. La España de hoy poco tiene que ver con la de entonces. La transformación y modernización sin precedentes de nuestro país, particularmente desde su adhesión a las Comunidades Europeas en 1986, se ha plasmado en profundos cambios en la sociedad, la cultura y la economía.
Gracias al trabajo diario de todos sus ciudadanos, España es un país decididamente comprometido con la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo, la tolerancia y el diálogo como fundamentos de una democracia fuerte y abierta, es capaz de abordar los enormes retos de un mundo intensamente interconectado, y es solidario ante los graves desequilibrios y las desigualdades globales.
A lo largo de este amplio periodo de cambios y transformaciones hay algo que, sin embargo, no ha variado: el aprecio y la admiración por los libros, profundamente arraigados en nuestra sociedad. Porque, a pesar del paso de los años, de las sucesivas generaciones, también de las innovaciones tecnológicas, la esencia del libro permanece inalterable.
Sras. y Sres.,
Este universo de los libros, del reconocimiento de la palabra, se da cita hoy en el que constituye, sin duda, el mayor punto de encuentro del sector editorial a nivel global. Un foro en el que no sólo se reúnen editores, sino profesionales de todas las industrias culturales y creativas: desde el cine y las artes audiovisuales hasta las plataformas para la producción y distribución de audiolibros; desde los medios de comunicación tradicionales hasta los nuevos actores del ámbito digital. Un foro en el que surgen y se intercambian las ideas, las historias, los guiones y los contenidos… que llegarán tanto a las estanterías de librerías y hogares como a las pantallas de los diferentes soportes que han hecho aparición en nuestras vidas.
"...este universo de los libros, del reconocimiento de la palabra, se da cita hoy en el que constituye, sin duda, el mayor punto de encuentro del sector editorial a nivel global. Un foro en el que no sólo se reúnen editores, sino profesionales de todas las industrias culturales y creativas: desde el cine y las artes audiovisuales hasta las plataformas para la producción y distribución de audiolibros; desde los medios de comunicación tradicionales hasta los nuevos actores del ámbito digital. Un foro en el que surgen y se intercambian las ideas, las historias, los guiones y los contenidos… que llegarán tanto a las estanterías de librerías y hogares como a las pantallas de los diferentes soportes que han hecho aparición en nuestras vidas..."
Ese intercambio constante de conceptos, impresiones y perspectivas es el que inspira el lema de la Feria este año: “Traducir. Trasladar. Transformar”. Se trata de reivindicar la traducción; su magnífica función y su papel clave en la difusión e intercambio de conocimiento, que puede llegar a tener un poder verdaderamente transformador.
Sras. y Sres.,
En Fráncfort concluye el Visita de Estado de tres días que la Reina y yo iniciamos en la capital alemana. Una visita que ha servido para renovar el testimonio del profundo afecto entre España y Alemania, dos países unidos por su fuerte compromiso con el proyecto europeo.
Y es especialmente simbólico que la visita concluya aquí, en Fráncfort, ciudad en la que en 1848 el primer parlamento alemán libremente elegido se constituyó para reivindicar la unidad alemana: basada en los valores de la Ilustración, en los derechos del hombre y del ciudadano, en la soberanía popular y en la división de poderes.
Difícilmente podían imaginar los constituyentes, entonces reunidos en la Paulskirche, el duro camino hacia la realización de esas ideas. Los muros de la Paulskirche, destruida en la IIª GM y reconstruidos posteriormente, son el permanente testimonio de un difícil pasado que debe seguir infundiendo humildad a los europeos y sirviendo de advertencia a los pueblos de todo el mundo.
Basta con pasear junto a la fachada de este importante monumento para enorgullecerse de lo logrado gracias al valor y coraje de los alemanes: una ciudad vibrante y cosmopolita, en la que se edita uno de los grandes rotativos de Europa y que acoge la sede de la institución que vela por la estabilidad monetaria de la Eurozona: el BCE (que mañana tendré ocasión de visitar). Esta institución hace de Fráncfort no sólo uno de los ejes de la unidad europea, sino del bienestar y el crecimiento económico de los ciudadanos de toda Europa, así como también de nuestros socios comerciales a nivel mundial.
No lejos de la Paulskirche está la casa en la que nació Goethe, un autor cuya obra estará siempre unida al alma de España por su afición al trabajo de grandes autores del Siglo de Oro, como Gracián y Calderón de la Barca. El propio Goethe puso en escena en Weimar “La Vida es sueño” de Calderón. Del Weimar de Goethe proviene asimismo la 1ª traducción directa al alemán del Quijote, obra de Friedrich-Justin Bertuch y también la traducción del “Oráculo Manual y arte de prudencia” de Gracián por parte de Arthur Schopenhauer.
Estas y otras muchas traducciones han contribuido a profundizar el caudal de las literaturas española y alemana, que se enriquecen mutuamente cual vasos comunicantes más allá de las diferencias lingüísticas dentro del todo que constituye la literatura universal. “Traducir. Trasladar. Transformar”; este lema ya tenía entonces pleno significado y alcance.
En este momento es preciso reconocer también la importante labor de análisis y divulgación realizada por el Hispanismo alemán. Personas entusiastas de nuestra cultura que dedican su vida a estudiar y a enseñar no sólo la hermosa lengua de Cervantes, sino todas las nobles y antiguas lenguas de España, acrecentando la amistad ─ya profunda─ existente entre nuestros dos países.
Sras. y Sres.,
No quiero concluir mis palabras sin un merecido agradecimiento a los protagonistas de esta Feria del Libro en el marco de nuestra participación como país invitado de honor: a los autores, editores y todos aquellos que hacen posible la fortaleza, bibliodiversidad y creatividad del sector editorial en España. Un sector que no sólo es la principal industria cultural en nuestro país, sino que trasciende nuestras fronteras gracias a su exitosa internacionalización, tendiendo un puente de letras entre Europa e Iberoamérica.
Muchas gracias.