Señora Alcaldesa,
La Reina y yo le agradecemos muy sinceramente su recibimiento y sus palabras tan amables y llenas de amistad y afecto hacia España; y hacia nosotros personalmente. Gracias igualmente a los Señores Concejales, a las demás autoridades francesas y a los embajadores extranjeros presentes, así como a otras personalidades de la política, la diplomacia, la cultura, la empresa y los medios de comunicación, que comparten esta mañana con nosotros.
Quiero también expresar nuestra especial gratitud a los profesionales del Ayuntamiento de París que, con su trabajo y eficacia, contribuyen al éxito de nuestra Visita. Muchas gracias, asimismo, a nuestros queridos compatriotas presentes en este acto.
París ha sabido acoger con generosidad a numerosos españoles que, en muy diversos momentos históricos, encontraron su hogar en esta ciudad, símbolo del genio creador y de las libertades. No cabe duda de que los profundos lazos que unen hoy a tantas familias francesas con sus orígenes españoles contribuyen al fortalecimiento de las relaciones entre nuestras dos naciones.
Grandes personalidades francesas y parisienses, como el Sr. Primer Ministro o Usted misma, son un magnífico ejemplo de esos lazos vitales. Con unas trayectorias extraordinarias, son ustedes muestra del mayor éxito de la integración entre diferentes sociedades y culturas. Evocando al gran escritor francés Patrick Modiano, los parisinos de origen español tienen la suerte de respirar el aire eléctrico de esta ciudad, donde todo es posible.
Señora Alcaldesa,
La reacción noble e íntegra de los parisienses y de todos los franceses ante los terribles atentados de los pasados 7 y 9 de enero corrobora lo que acabo de decir. Quienes intentaron acallar el espíritu de libertad mediante el terror fracasaron, al igual que fracasaron quienes en el pasado pretendieron apagar las Luces de esta ciudad, y fracasarían de nuevo quienes pretendiesen intentarlo.
Así lo transmitió clara y dignamente el pueblo de París en la multitudinaria manifestación del 11 de enero, presidida por el Señor Presidente de la República, el Señor Primer Ministro y por Usted, Señora Alcaldesa, a la que se unieron personalidades y ciudadanos de muchos otros países, entre ellos el Presidente del Gobierno de España y un buen número de españoles o de descendientes de españoles a los que esta ciudad acoge.
Los atentados de enero aquí en París provocaron en España una unánime condena y un sentimiento de profundo pesar y solidaridad. Somos, como sabe, especialmente sensibles a la violencia del terrorismo, que también nos ha golpeado brutalmente. Instituciones de toda España guardaron minutos de silencio en señal de dolor y condena por estos ataques a la convivencia pacífica.
"...la tolerancia en libertad y el respeto mutuo no deben ser incompatibles con la firmeza frente a quienes desprecian esos valores. París y Francia siempre contarán con el apoyo de España en la defensa de los mismos y para lograr la victoria sobre quienes quieran destruirlos..."
Tanto Francia como España hemos reaccionado reforzando nuestra determinación en la lucha contra el fanatismo y en favor de los valores y derechos democráticos, entre ellos la irrenunciable libertad de expresión.
No hay mayor derrota para los terroristas que nuestra reafirmación en las convicciones y libertades democráticas que tanto esfuerzo y sacrificio nos han requerido para llegar a ser lo que somos hoy. La tolerancia en libertad y el respeto mutuo no deben ser incompatibles con la firmeza frente a quienes desprecian esos valores. París y Francia siempre contarán con el apoyo de España en la defensa de los mismos y para lograr la victoria sobre quienes quieran destruirlos.
Señora Alcaldesa,
Hoy también estamos aquí para recordar un importante momento en la historia de esta capital y de Francia en la lucha contra otro avatar del totalitarismo. En agosto de 1944 la “Nueve”, es decir, la 9ª Compañía de la IIª División Blindada Francesa, integrada mayoritariamente por españoles, liberó este Hôtel de Ville.
Desde aquí saludamos a Don Rafael Gómez y Don Luis Royo.
Acabamos de rendirles homenaje con la inauguración del espacio verde que conmemorará a partir de ahora esos hechos. Debemos mucho en este sentido a la investigación de Doña Evelyn Mesquida, que nos acompaña en este acto, y a la que agradecemos su minucioso trabajo.
Este jardín será símbolo de la libertad y la tolerancia, dos de las grandes señas de identidad de París que han atraído a lo largo de décadas a algunos de mis compatriotas más destacados en las diferentes ramas de la cultura y del pensamiento y que han encontrado aquí el ambiente propicio para desarrollar su creatividad. En efecto, esta ciudad ha acogido como hijos propios a pintores como Pablo Picasso y Salvador Dalí, músicos como Albéniz y Falla, escritores como Pío Baroja, Machado, Unamuno o Fernando Arrabal, cineastas como Luis Buñuel, diseñadores de moda como Balenciaga, o actrices como María Casares. Todos ellos han contribuido a hacer grande a esta gran ciudad y esta ciudad les ha aportado e influido con su propia grandeza.
No quiero terminar estas palabras sin recordar también a las instituciones que mantienen viva la llama de la cultura y el pensamiento españoles en París. Al Colegio de España, que desde 1935 ha venido acogiendo en la Ciudad Internacional Universitaria de París a tantos profesores, investigadores, estudiantes universitarios y artistas españoles. Y también al Instituto Cervantes que, al igual que el Instituto Francés en ciudades como Madrid o Barcelona, llevan a cabo una encomiable labor educativa y cultural.
Gracias por la oportunidad que nos habéis brindado de constatar la ilusión y confianza en el futuro de las nuevas generaciones de españoles en París. Ellos están contribuyendo al dinamismo y la pujanza de esta espléndida ciudad, y a reforzar aún más los lazos históricos y culturales que la unen a España.
Señora Alcaldesa, por París corre mucha savia nueva española. Gracias de nuevo por la acogida tan cariñosa que nos habéis ofrecido esta mañana a la Reina y a mí en este solemne salón del Hôtel de Ville de París.
Madame la Maire, un sang neuf espagnol coule aujourd’hui dans les rues de Paris. Merci encore pour la gentillesse avec laquelle vous nous avez reçus, la Reine et moi, dans ce somptueux salon de l’Hôtel de Ville de Paris.
Muchas gracias.