Dans cette brève allocution, je souhaiterais remercier Manuel et Anne Valls de nous recevoir si chaleureusement la Reine et moi, chez eux à Matignon, pour ce déjeuner entre amis.
Ya tuvimos ocasión de tener un agradable encuentro el pasado 22 de julio con motivo de nuestra primera y breve visita a Francia, inmediatamente después de mi proclamación como Rey de España. Y es especialmente grato para nosotros visitar nuevamente la República Francesa en esta importante ocasión, como visita de Estado, y compartir aquí con tantas personas queridas y representativas la amistad entre nuestros dos países.
Las relaciones entre España y Francia, como ya he dicho en otras ocasiones, no son, por su intensidad y cercanía, unas relaciones “habituales” entre dos países que interactúan en la Comunidad Internacional. Nuestra historia de vecindad tan larga está repleta de proyectos comunes y de relaciones humanas que hacen que nuestros países sean fundamentalmente amigos y cercanos; a pesar de las diferencias felizmente lejanas que hayamos podido mantener en nuestra larga historia. Todos los que estamos aquí presentes, cada uno en nuestro ámbito, hemos querido contribuir a enriquecer las relaciones entre los dos países.
"...esa Europa que queremos debe ser una Europa del imperio de la ley, una Europa social, una Europa abierta al mundo, una Europa unida, sólida y solidaria que destierre los fanatismos que la han enfrentado. En definitiva, una Europa de la Libertad..."
Ante esta amistad que existe entre nosotros y que nuestras sociedades viven a diario, las Instituciones tenemos el deber de impulsarla y de nutrir esa realidad con gestos que nos acerquen y proyectos que nos empujen a continuar nuestra historia compartida y construir un futuro próspero para todos.
Por eso estamos la Reina y yo aquí, en esta nuestra primera Visita de Estado, para subrayar lo importante que es Francia para España, para agradecer al Gobierno francés, al Presidente de la República y al Primer Ministro Señor Valls, lo mucho que valoramos los esfuerzos que ellos hacen para mejorar siempre nuestras relaciones.
Deseo particularmente destacar nuestra común vocación europea. Estamos comprometidos con el proyecto europeo que contribuye a garantizar, no solamente la seguridad y prosperidad de nuestros pueblos, sino también una voz y un sitio en el mundo global en el que estamos inmersos.
Esa Europa que queremos debe ser una Europa del imperio de la ley, una Europa social, una Europa abierta al mundo, una Europa unida, sólida y solidaria que destierre los fanatismos que la han enfrentado. En definitiva, una Europa de la Libertad.
Termino ya mis palabras con mi gratitud, junto a la de la Reina y la delegación que nos acompaña, por este nuevo gesto de hospitalidad y cercanía que nos han ofrecido el Señor Primer Ministro y la Señora Valls.
Les ofrecemos nuestros mejores deseos de bienestar personal y de éxito en su dedicación a la prosperidad de Francia y brindamos por la antigua y permanente amistad entre nuestras dos grandes naciones, para que sigamos trabajando juntos por un futuro mejor para nuestros pueblos en el seno de la Unión Europea.