En primer lugar, quiero felicitar muy sinceramente a los galardonados con los Premios UNICEF de este año. Con vuestra espléndida labor, trabajáis a favor del cumplimiento pleno de los derechos de la infancia.
Es un honor compartir con todos ustedes el Premio Joaquín Ruiz Jiménez, que tan amablemente se me otorga.
Este es un día muy singular para mí, pues hoy soy yo quien después de tantos años recibo un premio tan especial de manos de la Reina. Muchas gracias por este gesto. Ahora eres tú, quien continúas con el trabajo que tanto me ha ilusionado. Te deseo lo mejor en esta maravillosa labor.
Quisiera expresar mi más calurosa felicitación por el trabajo a favor de los derechos de las niñas y las mujeres que la Fundación KMG desarrolla en Etiopía. Por la denuncia de la situación de los niños soldado del cortometraje Aquel no era yo. Por la defensa de la educación como instrumento para la paz que persigue Scholas Occurrentes, y por los esfuerzos de la Fundación La Caixa en hacer llegar las vacunas a los niños en cualquier parte del mundo.
"...Gracias por las amables palabras que se me han dirigido. Y gracias, más que a nadie, a los niños. A los de nuestro país y a los de todo el mundo. Porque nos empujan a trabajar para hacer un planeta más justo e igualitario, para que no pierdan oportunidades en los años más decisivos de su vida, porque ellos, y todos los que vivimos rodeados de niños, hijos o nietos, lo sabemos. Son el motor que nos impulsa cada día..."
Gracias a UNICEF. Ha sido un inmenso placer compartir estos últimos 44 años con esta gran familia que defiende los derechos de la infancia. Lo he hecho con orgullo y con el convencimiento de que se trata de una misión prioritaria. Es un privilegio ver como a lo largo de este tiempo el trabajo de UNICEF se ha llevado a cabo con tanto esfuerzo y profesionalidad.
Durante todos estos años he tenido la fortuna de poder estar cerca de los niños desfavorecidos y necesitados, aportando mi granito de arena, en esta tarea gratificante por el objetivo que se persigue, que no es otro que el de construir un mundo más justo y mejor.
Ha sido, y sigue siendo, muy enriquecedor trabajar por y para la infancia, compartir experiencias con tantas personas entregadas, fieles e inasequibles al desaliento; conocer las realidades de la infancia en tantas partes del mundo: en emergencias, en proyectos de la Cooperación Española y de UNICEF.
Gracias por las amables palabras que se me han dirigido. Y gracias, más que a nadie, a los niños. A los de nuestro país y a los de todo el mundo. Porque nos empujan a trabajar para hacer un planeta más justo e igualitario, para que no pierdan oportunidades en los años más decisivos de su vida, porque ellos, y todos los que vivimos rodeados de niños, hijos o nietos, lo sabemos. Son el motor que nos impulsa cada día.
Decía Jim Grant, director ejecutivo de UNICEF entre 1980 y 1995, que “el compromiso moral de un pueblo tiene que reflejar la capacidad para la acción, y si esta capacidad existe, es inmoral no ponerla en práctica a través de acciones directas para los niños y niñas más necesitados”.
Gracias amigos de UNICEF por ser fieles a ese compromiso y a esa acción. Podréis contar siempre conmigo.
Muchas gracias a todos.