Quiero que mis primeras palabras sean de agradecimiento a las autoridades de Portugal, y muy especialmente a su Presidente, Excmo. Señor Don Marcelo Rebelo de Sousa, por el inestimable apoyo en la organización de esta Cumbre, así como a la Fundación Champalimaud, representada por su Presidenta, Doña Leonor Beleza, por acogernos en su maravillosa sede. También al resto de los organizadores que han hecho posible que este Encuentro alcance su más alto nivel en el ámbito de la investigación.
Deseo asimismo dar la bienvenida a los participantes y oradores que han venido de diferentes partes del mundo, deseándoles a todos una feliz estancia en esta preciosa ciudad de Lisboa, y mucho éxito en el desarrollo de la Cumbre.
Espero que sea el comienzo de una estrecha y permanente colaboración de todos en la lucha contra el Alzheimer, así como el resto de enfermedades neurodegenerativas, y que pueda dar los frutos que todos deseamos, que no son otros que encontrar su curación en un futuro próximo.
Desde la Fundación Reina Sofía llevamos más de quince años de trabajo, volcando nuestros esfuerzos en la concienciación de la sociedad sobre la única vía posible, la investigación. Pero esto no es sólo el trabajo individual de unos pocos, sino la unión de todos los esfuerzos desde diferentes ámbitos de nuestras sociedades.
Os invito a trabajar conjuntamente y a intentar mantener esta vinculación en el tiempo, logrando entre todos los ansiados avances en la investigación y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
No debemos olvidarnos del aspecto humano de la enfermedad y de la necesidad de que nuestros queridos pacientes y sus familias puedan encontrar el apoyo, afecto, consuelo, y sobre todo, esperanza ante este incapacitante mal.
Decía el recientemente fallecido Oliver Sacks, para describir la enfermedad de Alzheimer, lo siguiente: “Si un hombre ha perdido una pierna o un ojo, sabe que ha perdido una pierna o un ojo; pero si se pierde a sí mismo no puede saberlo, porque ya no está allí para conocerlo”.
Sin embargo, nosotros si les conocemos, y sabemos que un enfermo de Alzheimer nunca pierde su capacidad humana y sensorial de vivir, que le permite recibir cariño, afecto y cuidados.
"...por ello, redoblemos todos el esfuerzo, y no cejemos en la búsqueda de soluciones, que no sólo palíen los terribles efectos de esta enfermedad, sino que también la prevengan o retrasen a través de un diagnóstico temprano, para lograr que los enfermos tengan la mayor calidad de vida posible, aunque sin olvidar que nuestro gran objetivo es la cura de este tipo de enfermedades..."
La realidad es que el esfuerzo de los científicos, médicos, y especialistas en los últimos años no se ha visto respaldado por avances significativos en el tratamiento del Alzheimer, aunque se hayan mejorado los cuidados paliativos a través de la acción de cuidadores y familiares.
Porque estamos hablando de una enfermedad muy difícil, que tiene su origen en la parte del cuerpo humano más compleja, nuestro cerebro.
Por ello, redoblemos todos el esfuerzo, y no cejemos en la búsqueda de soluciones, que no sólo palíen los terribles efectos de esta enfermedad, sino que también la prevengan o retrasen a través de un diagnóstico temprano, para lograr que los enfermos tengan la mayor calidad de vida posible, aunque sin olvidar que nuestro gran objetivo es la cura de este tipo de enfermedades.
Desde mi Fundación nos volcaremos en este objetivo, para que algún día podamos decir que hemos vencido a este mal y, a ser posible, a todas las enfermedades neurodegenerativas que tan devastadoras consecuencias están teniendo en nuestras sociedades.
El coste para las familias no es sólo por desgracia sentimental, sino en gran medida económico, pues se elevan los gastos en el cuidado de los enfermos, en una etapa de su vida en la que normalmente los ingresos han disminuido considerablemente, ya que el mayor riesgo de este tipo de enfermedades es el aumento de la edad.
No olvidemos el coste que conlleva, para los presupuestos de los gobiernos, el cuidado de nuestros enfermos, problema que no deja de crecer. Urge, por tanto, encontrar soluciones lo más pronto posible.
Before I finish, I would like to wish you again the greatest success for this Summit that, with its extensive and thorough programme, can help to improve the knowledge and the lines of research on these pathologies. As well as the innovative socio-sanitary practices which may ease the patients’ situation.
I hope that we may together keep up, in a permanent way, our international cooperation in the fight against neurodegenerative diseases, and particularly every aspect related to Alzheimer’s.
Só em conjunto, de forma abnegada e solidária, poderemos alcançar o nosso objetivo.
Muchas gracias. Thank you very much. Muito obrigado.