Muy buenas noches a todos y, sobre todo, gracias; muchas gracias por invitarnos a la Princesa y a mí a esta cena y entrega de premios de LIBER 2013, la Feria Internacional del Libro que tiene lugar estos días en Madrid.
Nos alegra especialmente compartir estos momentos de celebración con tantos representantes de un ámbito cultural y sector económico que son tan importantes para España; para nuestra sociedad, para nuestra economía y para la proyección de nuestras lenguas y culturas, de nuestras empresas y de nuestro prestigio.
Por ello, queremos felicitar y agradecer a todos los que habéis hecho posible esta Feria LIBER -hoy y durante tantas ediciones, que ahora suman 31- vuestro esfuerzo, vuestra vocación y pasión por los libros y la cultura, y vuestra fe para continuar luchando por mantener la calidad y la difusión que todos necesitamos y merecemos. A continuar en ello os animamos con entusiasmo; no solo a los responsables y colaboradores de la feria, sino a todos los que estáis -u os sentís- vinculados al apasionante mundo del libro.
LIBER merece todo el reconocimiento, porque ha contribuido decisivamente a poner de relieve la importancia del libro en nuestra sociedad, su influencia cultural y educativa y su peso económico. Y se ha convertido así en el principal punto de encuentro para los profesionales del libro.
Tradicionalmente ha sido un foro de reflexión sobre el sector editorial y su dimensión comercial. Pero en esta edición abre sus puertas al público en general, incluso al más menudo. Enhorabuena por esta decisión. Estoy convencido de que LIBER 2013 será un éxito y de que el compromiso entre los lectores y aquellos que hacéis posible la lectura continuará tan firme como siempre.
Y felicidades también, por supuesto, a los Premiados de este año, que acaban de recibir su galardón. Todos ellos magníficos ejemplos de apoyo, promoción, producción… creación; de sensibilidad y visión, de cariño y cuidado… de los libros. ¡Gracias!
Las páginas impresas han inundado nuestras vidas desde que Gutemberg imprimió, hace más de cinco siglos, su “Biblia de 42 líneas” y hoy vivimos en constante y creciente relación con la palabra escrita, aunque en muchas ocasiones ya no impresa en papel.
La mecanización de la imprenta, las máquinas de escribir portátiles, los primeros ordenadores personales, el fax y, más recientemente, las tecnologías de la información y la comunicación, las pantallas táctiles y los teléfonos inteligentes han hecho que, en general, cada vez leamos más.
"...la edición de libros y la creación literaria cuentan con un inmenso valor intangible. Los libros son instrumentos que enriquecen el pensamiento y los sentimientos, incentivando la reflexión y contribuyendo al triunfo de la libertad de opinión, la tolerancia y la diversidad..."
Efectivamente en un mismo día muchos de nosotros podemos leer gran cantidad de textos escritos: correos electrónicos, páginas web, mensajes cortos de teléfono, artículos periodísticos, libros, informes… incluso discursos. Pero, entre todos ellos, los libros suponen, quizás, uno de los formatos más bellos que la palabra escrita puede adoptar.
La edición de libros y la creación literaria cuentan con un inmenso valor intangible. Los libros son instrumentos que enriquecen el pensamiento y los sentimientos, incentivando la reflexión y contribuyendo al triunfo de la libertad de opinión, la tolerancia y la diversidad.
Sé que aquí hablo a convencidos, pero no quiero dejar de decir: que la lectura, además de ser una herramienta fundamental para el desarrollo del conocimiento, es una fuente de disfrute. Cada vez que abrimos un libro, ya sea fábula, ensayo, un manual técnico o un tratado académico, hacemos más sólidos los cimientos desde los que podemos continuar creciendo personal e intelectualmente.
Así, durante siglos, el libro -el sector editorial- ha desempeñado un papel fundamental en la cultura y la educación. Por ello, debemos tener muy presente que los libros y la lectura son una parte inseparable de nosotros y un instrumento clave para formar y definir nuestro acervo cultural e incluso nuestra propia personalidad.
Al mismo tiempo, todos somos muy conscientes de la indudable importancia económica del sector editorial y de su potencial para generar empleo. El sector del libro es nuestra principal industria cultural, que goza de una balanza comercial tradicionalmente positiva y que se ha incrementado en los últimos años.
En este contexto, la labor de los editores es esencial. Sois una pieza clave para que los creadores e intelectuales puedan llegar a su público, para descubrir nuevos lectores ayudar a construir una sociedad más culta y madura.
Igualmente, es justo reconocer vuestra iniciativa y capacidad de innovación. La irrupción de las nuevas tecnologías y del mundo digital está generando oportunidades y retos que afrontáis con coraje en un entorno de no poca incertidumbre, en el que toda la sociedad debe ser muy consciente de la necesidad de proteger la propiedad intelectual, fruto del talento y del esfuerzo de nuestros creadores.
El libro es, además, el vehículo desde el que se cultivan las diversas lenguas de España y nuestro idioma común, el español, que compartimos con numerosas naciones del mundo. Precisamente en esta edición, el país invitado es Chile, al que doy la bienvenida más cordial. Enhorabuena por esta elección. No podemos dejar de mencionar a los Premios Nobel Pablo Neruda y Gabriela Mistral; a nuestros Premios Cervantes Nicanor Parra, Jorge Edwards y Gonzalo Rojas; a los poetas Vicente Huidobro y Pablo de Rokha; o a fenómenos editoriales internacionales como Isabel Allende, Alejandro Jodorowsky, Luis Sepúlveda o Roberto Bolaño.
Señoras y señores,
Con ese recuerdo y homenaje a las letras chilenas, a sus grandes figuras, tan queridas en España, y con nuestra felicitación, de nuevo, a los Premiados y a LIBER, me despido. Muchas gracias.