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Palabras de Su Majestad el Rey en los Premios Nacionales de Investigación

Auditori del Centre de Convencions Internacional de Barcelona (CCIB). Barcelona, 5.5.2022

Muy buenos días a todos, Bon día,

Es sin duda un verdadero honor para la Reina y para mí entregar estos Premios Nacionales de Investigación que nos han permitido conocer más y mejor, desde el año 2015 -cuando asistimos por primera vez-, la excepcional representación de científicos e investigadores con los que cuenta nuestro país en todos los ámbitos del conocimiento. Y en esta nueva oportunidad nos acercan la trayectoria y el trabajo de unos premiados y unas premiadas que se incorporan, de este modo, a una relación, a una gran relación, de méritos innumerables.

Con estos Premios rendimos un nuevo homenaje necesario y sumamente merecido a nuestros científicos de excelencia: un conjunto de personas que, con su conocimiento, su talento y su esfuerzo, y su pasión hacen una aportación valiosísima para generar progreso y bienestar social. La comunidad científica es esencial para encontrar salidas certeras a las crisis que se suceden en el mundo e impactan en nuestras vidas de múltiples formas. Y por eso, este reconocimiento supone también un agradecimiento sincero.

El hecho de estar aquí hoy, en Barcelona, como era habitual antes en Madrid y que esperemos se contagie a otros lugares de España, es buen síntoma de normalidad y de que podamos hacer las cosas como las hacíamos antes, es una manera de extender la Ciencia -nuestra ciencia- a toda España, con la visión e intención de aproximarla a todos los ciudadanos, de integrarla un poco más en la sociedad, dándole -a sus protagonistas- una visibilidad que, sin duda, merecen.

Porque la Ciencia es de todos. Es un punto de encuentro donde confluyen los esfuerzos de muchos investigadores y muchos grupos de trabajo que, directa o indirectamente, benefician a todas las personas, y desde aquí y también al mundo en general.

La pandemia, además de la tragedia en todos los órdenes, trajo muchas experiencias nuevas y enseñanzas con las que, por ejemplo, se ha transmitido un mensaje que creo que ha calado -confío en ello- como pocas veces, y que la sociedad ha hecho suyo: la enorme importancia de la Ciencia y de su aplicación práctica.

Es un hecho que la vacuna, como habéis mencionado, ha salvado vidas, ha permitido retomar las relaciones sociales, ha mantenido en funcionamiento la economía y ha abierto la puerta a la recuperación de una relativa normalidad. Algo que no se habría podido conseguir sin décadas de investigación científica, sin los profesionales que dedican su vida a explorar las fronteras del conocimiento.

Los beneficios que aporta la Ciencia no solo residen en el conocimiento generado, que permite desarrollar las tecnologías y soluciones que mejoran nuestra economía y promueven una mayor calidad de vida.

Sus beneficios no están solo en su capacidad de predecir escenarios futuros y respaldar las mejores decisiones…, como también se constató en la Isla de La Palma, donde la evidencia científica orientó con éxito la gestión de la emergencia.

La Ciencia no solo es un instrumento útil por los resultados que se obtienen gracias a ella, sino que los procesos y métodos que conlleva aportan valiosísimas lecciones para la sociedad. Es una forma de pensar que necesitamos para poder diseñar un mañana mejor: con nuevas formas de producir y consumir, con maneras de convivir y crecer más solidarias.

El pensamiento científico es un excelente enfoque que vale la pena reivindicar en este siglo trepidante, al que resulta difícil seguirle el ritmo y tomarle el pulso. Los tiempos asociados a la Ciencia huyen de la dependencia del impacto y de la satisfacción instantánea, del ruido, de la simplificación.

"...Para poder alcanzar conclusiones razonadas, debe partirse de la observación de todas las realidades, de los hechos, con mentalidad abierta y un espíritu crítico que también provoque la duda, el contraste y la comprobación. Solo así, conectando con la Ciencia, fomentando el conocimiento y promoviendo una sociedad de amplia y profunda base científica, se podrán neutralizar los efectos nocivos de la desinformación, así como desterrar prejuicios..."

Para poder alcanzar conclusiones razonadas, debe partirse de la observación de todas las realidades, de los hechos, con mentalidad abierta y un espíritu crítico que también provoque duda, que provoque contraste y la comprobación. Solo así, conectando con la Ciencia, fomentando el conocimiento y promoviendo una sociedad de amplia y profunda base científica, se podrán neutralizar los efectos nocivos de la desinformación, por ejemplo, así como desterrar prejuicios.

Es necesario que las políticas públicas se apoyen en la evidencia científica para que se puedan tomar las mejores decisiones, las más informadas, las más contrastadas, situando a las personas en el centro de las mismas; es decir: con valores. Especialmente hoy, cuando se ha de dar respuesta urgente a grandes retos sociales y económicos como son, por ejemplo, el envejecimiento de la sociedad, la despoblación, o la adaptación de la industria a las exigencias climáticas y de la producción, entre tantos como también habéis mencionado esta mañana.

Y en línea con todo esto es importante destacar, por ejemplo, la Oficina de Ciencia y Tecnología con la que cuenta nuestro Parlamento y que acerca la evidencia científica y los desarrollos tecnológicos al ámbito de la política, para incorporar al proceso de toma de decisiones una base fundamentada.

Igualmente, cada vez avanzamos más para que España sea un país productor de innovación, con mayor autonomía estratégica que le permita afrontar impactos como, por ejemplo, los derivados de la pandemia o incluso de la guerra en Ucrania.

España es hoy un modelo de solidaridad internacional, exportando Ciencia e Innovación. Nuestro país ha contribuido al acceso equitativo de las vacunas contra la Covid-19, distribuyéndolas a los países con menos recursos. También, de forma ejemplar, desde el CSIC se han puesto a disposición de los países en vías de desarrollo sus test serológicos de anticuerpos para la Covid-19. Ninguna de estas tecnologías hubiera sido posible sin la inversión pública. Y ahí radica el valor del Sistema Público de Ciencia.

Señoras y señores,

Para afrontar con éxito los retos que tenemos como país, nuestros científicos deben estar en el eje de prioridades. Y para seguir escalando posiciones, un propósito doble es fundamental: fomentar vocaciones y mejorar aún más las condiciones de nuestra comunidad científica, de los hombres y mujeres que hacen Ciencia en España.

Así lo señaló el representante de los premiados en la ceremonia del año pasado y me permito recordarlo: Estrategia de visión amplia, proyectos sólidos a largo plazo, sinergias entre sector público y privado y facilitar el progreso de los jóvenes investigadores.
Y, en este punto, permítanme que aproveche la ocasión para ensalzar la labor de las científicas españolas, de las de hoy y de las de ayer.

Uno de los mayores referentes en nuestro país ha sido la bioquímica asturiana Margarita Salas, con una gran carrera científica y unos logros de enorme y reconocido mérito. Este ejemplo no es casual pues ella sintetizó en pocas palabras un concepto que no debería caer en el olvido: “sin investigación básica no hay desarrollo.” Su reivindicación de la investigación básica de calidad no es, en absoluto, perecedera, como también os hemos escuchado esta mañana.

Ese llamamiento motiva la necesidad de un apoyo adecuado y constante a nuestros investigadores, acercando la Ciencia a la sociedad y despertando este tipo de vocaciones en las jóvenes generaciones. Estas han de tomar el relevo para construir un futuro mejor a través de la Ciencia y la Innovación. Por eso nos alegra tanto la iniciativa de convocar unos Premios Jóvenes de Investigación. Muchas gracias ministra enhorabuena.

Y termino con nuestra más sincera enhorabuena, en mi nombre y en el de la Reina y en el de todos aquí, a los 10 premiados en las diferentes categorías. Os admiramos y os agradecemos vuestra valiosa aportación -hoy reconocida con este Premio Nacional- a las respectivas áreas y tan diversas del saber y, con ella, a todo el espectro del conocimiento humano que representan.

También quiero extender nuestra felicitación a sus equipos, a sus colaboradores de investigación, al personal técnico y de gestión, y a sus familias que, sin duda, hoy se sienten, como nos sentimos todos los que los acompañamos, inmensamente orgullosas.

Sabemos que vuestros hallazgos requieren constancia, paciencia, tiempo y apoyo; pero también que pocas actividades humanas garantizan tanto la promesa de un futuro mejor.

Por todo ello, de corazón, enhorabuena, gracias y ánimo para continuar.

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