Quiero ser muy breve porque sé que un acto de estas características, una celebración, inevitablemente altera la vida normal de un colegio, y más en esta época del año que es crítica. Esas rutinas que os obligan a los que pasáis por exámenes, pues trataremos de que sea lo mínimo posible de alteración. Pero sí me gustaría, por supuesto, agradeceros este recibimiento tan cariñoso, tan afectuoso, y sé que lo habéis preparado con esmero, con dedicación. Espero que tampoco os haya detraído demasiado tiempo de estudio.
Pero, de verdad, gracias, y gracias por este honor que me habéis hecho. No he tenido que pasar por una oposición para lograrlo. No voy a lucirlo como lo lucís vosotros, pero sí que soy muy consciente del significado que tiene, del simbolismo que tiene para todos vosotros. Lo lleváis con enorme orgullo, pretendo cuando lo lleve hacerlo también, por lo que representa. Sobre todo, representa, creo yo, la satisfacción de un objetivo cumplido y de todo el proceso hasta llegar a él. Lo mucho que compartís, has hablado mucho de valores, es algo que es muy importante, el esfuerzo, la voluntad, la fortaleza, la constancia, en fin, convivencia, compañerismo, pluralidad, respeto, todos esos valores que, de alguna manera, intentamos ejercer en la vida y que necesitamos referencias, necesitamos hormas también, y un colegio nos ahorma, de alguna manera, en el camino correcto. Todos estos valores identifican el espíritu colegial.
Es un aniversario muy especial, son 75 años, aunque de eso pasaron dos años, pandemia mediante, pero sin duda merece celebrarse. Y celebrar el compromiso constante con todos los valores y con el objetivo fundacional, que es ayudar a muchas personas jóvenes a dar un paso importante en su vida de compromiso y de excelencia. Me alegra mucho, de verdad, poder visitaros hoy, precisamente hoy.
Es verdad que me sorprende no haberlo hecho en el pasado, incluso en mi época de estudiante, ¿por qué no? A alguna fiesta que organizarais. Pero, bueno, así ha sido y me alegro de que coincida con un aniversario tan importante. De acompañaros, pues solamente hay que mirar al conjunto que os reunís y a las distintas edades que representáis, pues aquí hay actuales colegiales -que estáis con cara de mucho estudio- y también estáis los que residisteis, pasasteis por aquí ya hace años y que habéis formado parte de la Administración o del mundo académico español, integrados en los cuerpos de altos funcionarios del Estado o bien consagrados a esa labor tan necesaria e importante de la docencia o la investigación.
"...me gustaría, antes de nada, agradecer vuestro recibimiento tan afectuoso. Sé que habéis preparado este acto con la mayor dedicación y cuidado. Espero que no os haya quitado muchas horas de estudio. También quiero daros las gracias por este botón de oro que acabo de recibir y que tanto significado tiene para vosotros..."
Permitidme también un poco en broma, pero yo todos los años, como sabéis, recibo a una grandísima parte de los altos funcionarios de la Administración, a los distintos cuerpos, así que de vez en cuando algún alumno o algún colegial del César Carlos también se incluye en ellos. Y realmente lo que veo es el producto final, después de opositar, después de pasar una oposición de oposiciones -porque aquí también hay un filtro de entrada- y siempre es gratificante ver que recurrente y sistemáticamente nutrís a la Administración de la excelencia, de la mayor capacidad, entusiasmo y ganas de servir, que es el principio fundamental.
Si bien la Universidad misma es un punto de inflexión en la vida de todos, los que pasamos por la Universidad sabemos que es un punto de inflexión y compruebo, como todos los años y por muchas personas que trabajan a mi alrededor, lo que significa una oposición. Es un trance duro, es un trance enormemente exigente, tiene que ser así. Y evidentemente, luego cuando se supera la satisfacción es enorme.
Pero ese esfuerzo que representa tanto al opositor y a los que sois parte de este colegio, de este César Carlos, es algo que de una manera u otra nos encontramos en todas las etapas de la vida, el esfuerzo y la responsabilidad de compromiso.
Decía antes el rector que este es un lugar de estudio, evidentemente, pero quisiera que me contáis luego más en particular eso del búnker. Es un lugar característico, especial, no sé si hay que hacer pruebas de acceso también, pero bueno, es un lugar también de convivencia y lógicamente hay que promocionarla en el buen sentido. Y al final todo está orientado a ese tránsito y a un objetivo común, que es lograr la oposición, lograr la mejor formación, pero sobre todo con el objetivo de servir al ciudadano, de servir a España y de servir con la herramienta más importante, que son nuestros valores constitucionales.
Como decíamos, es un lugar de convivencia y también lo quiero reflejar porque aquí venís personas de muchos lugares de España. Si no de todas las comunidades autónomas, de prácticamente todas. Eso es un fiel reflejo también de la diversidad de nuestro país y es importante lograr que en esa convivencia cada uno transmita lo suyo y podáis aprender unos de otros toda esa diversidad y cosas maravillosas que tiene nuestro país en términos culturales, en términos de lenguas, en términos de historia y de patrimonio.
Vivís aquí, al fin y al cabo, de una manera el universalismo de la cultura. La exigencia de responsabilidad, el espíritu de servicio que había mencionado, la solidaridad en un espacio común en el que convivís y también, finalmente, la honradez y la rectitud, como valores esenciales en el desempeño de la vida y más en el servicio público. Y todo esto ha permanecido invariable durante 75 años.
Antes habéis reflejado también el hecho de que coincida la fecha, 26 de abril, con una anterior de hace 41 años cuando accedieron por primera vez las mujeres. Feliz coincidencia y también felicidades por eso. Hay alguna historia, intrahistoria, que también habría que saber de los votos particulares, pero el bienestar que se logró en ese momento queda perfectamente reflejado. Dije que iba a ser breve, pero en todo caso quiero agradeceros esta acogida, felicitaros muy sinceramente por estos 75 años y desearos que continuéis con vuestra trayectoria de éxito, de trabajo, de responsabilidad, a quienes estáis ahora al frente, no solamente los colegiales, pero a todos los que os sentís vinculados de una u otra manera, pues contribuís con vuestra propia trayectoria, con vuestras visitas, de vez en cuando conferencias, en fin, y trato con los nuevos colegiales, contribuís a que esto continúe siendo una historia de éxito. Y nada más, gracias, felicidades. Muchas gracias.