on Felipe recibió en audiencia en el Palacio de La Zarzuela a monseñor Enrique Figaredo Alvargonzález, prefecto apostólico de Battambang (Camboya) para agradecer la contribución de España a Camboya, en colaboración con Soul 21, con el apoyo de empresas españolas.
Camboya y en concreto Battambang, es un territorio castigado por las dictaduras de los “Jemes Rojos”, que han dejado a su paso millones de minas antipersonas, convirtiendo a Camboya en el país más minado del Sudeste Asiático, estimando 2 millones de minas pendientes por explotar.
Este rastro de minas mutila a unas cincuenta personas al mes, la mayoría niños, siendo una de las causas de pobreza del país, ya que deja inoperativos centenares de campos de cultivo.
La prefectura apostólica de la ciudad de Battambang tiene sus orígenes el 1790, en 1975-1979, los sacerdotes y monjas que no abandonaron el país perdieron la vida a manos del Jemer Rojo, en los 80 se reorganizaron y el 190 recibieron el permiso de libertad de culto y Cáritas.
Actualmente, la prefectura apostólica tiene a monseñor Enrique Figaredo Alvargonzález como ordinario desde el 1 de abril del 2000, que también es presidente de Cáritas en Camboya.
Monseñor Enrique Figaredo es un sacerdote jesuita español dedicado al desarrollo económico y social de Battambang desde hace más de 35 años. En 1985 comenzó si labor humanitaria en Camboya como voluntario en campos de refugiados, centrándose en el cuidado de personas con discapacidad. Fundo Banteay Prieb (Casa de la Paloma), un centro de formación profesional para personas con discapacidad, en el que actualmente estudian 200 jóvenes.
En Banteay Prieb se creó la silla de ruedas “Mekong”, produciendo y distribuyendo más de 1.400 ejemplares en todo el país. También trabajó en la Campaña Internacional para Prohibir las Minas Terrestres, la cual impulsó la firma del tratado internacional de Ottawa en 1997. En el mismo año, monseñor recibió el Premio Nobel de la Paz.
Monseñor Enrique Figaredo junto con ONGs y voluntarios han desarrollado proyectos sociales y humanitarios de diferente naturaleza, incluyendo el apoyo a personas con discapacidad, educación, agricultura, salud y desarrollo socioeconómico, creando así una Economía Social en Battambang de la cual se benefician más de 80.000 personas.