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onorable Primer Ministro y Señora Bronagh Key,
Permítanme unas breves palabras para expresar nuevamente nuestra profunda gratitud por la amabilidad y generosidad que nos habéis ofrecido a la Reina y a mí, durante nuestra inolvidable estancia en Nueva Zelanda.
Tenemos recuerdos muy entrañables de nuestra anterior Visita de Estado hace ahora casi exactamente veintiún años.
Desde entonces, Nueva Zelanda ha experimentado un crecimiento extraordinario y se ha convertido en una de las sociedades más avanzadas del mundo.
Es para nosotros un privilegio haber sido testigos de estos cambios tan positivos, así como de la tradicional franqueza, solidaridad y sabiduría Kiwi, que permanecen inamovibles.
Dejamos este maravilloso y querido país sintiendoúnicamente la brevedad de una estancia tan encantadora y productiva.
Nunca parecen bastantes cuatro días en estas acogedoras islas.
La reputación de Nueva Zelanda por su incomparable belleza es bien merecida.
Esta Visita ha sido, efectivamente, enormemente productiva para promover una amistad y cooperación más profundas, en todos los campos, entre nuestras dos Naciones.
Honorable Primer Ministro,
Esta cena que tan generosamente nos estáis ofreciendo en vuestra histórica residencia oficial, cercana al lugar de nacimiento de Katherine Mansfield, pone un broche de oro a un programa altamente satisfactorio.
Es la culminación de la muy calurosa acogida que Nueva Zelanda nos ha dispensado.
Deseo de todo corazón que nuestra amistad y cooperación con este maravilloso país continúe intensificándose.
Con este deseo, permítanme Señoras y Señores, invitarles a que se unan a mí en un brindis por Su Majestad la Reina Isabel II, Reina de Nueva Zelanda.
Muchas gracias.