E
n esta primera Visita Oficial que hacemos juntos a Ecuador, la Princesa y yo no queríamos dejar de reservar un tiempo para reunirnos con todos vosotros para saludaros a los que habéis podido venir esta tarde y, a través vuestro, a todos nuestros compatriotas que viven en este querido y hermano país. Queremos compartir unos momentos distendidos, conocer mejor vuestras experiencias, vuestras ilusiones e inquietudes.
Los caminos que en su día os trajeron a América, a la República del Ecuador, son sin duda muchos y muy diversos. Algunos vinisteis a formar un hogar o, quizás, llegasteis buscando las oportunidades que no encontrabais en España; otros sois emprendedores y profesionales que aportáis al progreso del Ecuador vuestra experiencia y conocimientos. También sois parte fundamental de nuestra colectividad los funcionarios y empleados públicos que prestáis servicio a los españoles y que trabajáis por las mejores relaciones entre nuestros países, así como quienes habéis venido movidos por el altruismo y la solidaridad, los cooperantes y los religiosos que desarrolláis vuestra labor desinteresada con total entrega a los sectores más necesitados.
Os habéis integrado en esta sociedad hermana cuyos ciudadanos comparten con nosotros una lengua y un acervo de cultura y de valores comunes. En vuestra vida diaria os hacéis un poco más ecuatorianos, del mismo modo que la importante colectividad ecuatoriana en España —a la que hemos acogido con el mismo cariño que habéis recibido vosotros en el Ecuador— se integra cada día más plenamente en nuestro país.
Como sabéis, España pasa en estos momentos por una situación económica con grandes dificultades que nos preocupa seriamente, pero no nos impedirá ver las oportunidades que se presenten para generar nuevos proyectos que nos ayuden a recuperar la senda del crecimiento y de la creación de empleo. Proyectos también comunes y en beneficio mutuo, del Ecuador y de España.
Vuestro dinamismo y la vocación de traer a estas tierras un “pedazo” de España han cristalizado en iniciativas, proyectos e instituciones que proyectan la imagen de nuestro país en el Ecuador. Buen ejemplo de ello son las diferentes asociaciones, como los Centros Españoles o las Cámaras de Comercio, que realizan una gran labor manteniendo viva la hermandad entre españoles y fomentando también los intereses de España. Asimismo, destaco y agradezco la importante tarea asistencial de la Sociedad de Beneficencia de Guayaquil que, fundada e integrada por españoles, está a punto de cumplir sus ciento treinta años de existencia.
En esta oportunidad deseo también hacer una mención especial a los ciudadanos que han adquirido recientemente la nacionalidad española, familias ecuatorianas que se enorgullecen de su origen español y que han querido mantener y fortalecer una estrecha vinculación con España.
Queridos compatriotas,
España y Ecuador están unidos por un entramado de afectos, relaciones, acuerdos, proyectos e intereses comunes que en conjunto supone un patrimonio de gran riqueza. Esta urdimbre afirma su fuerza y solidez con la presencia de miles de ecuatorianos en España y también de muchos españoles en Ecuador que han creado lazos familiares, de amistad o profesionales permanentes entre nuestros dos países. Por ello os animo a que sigáis representando en este país los mejores valores y virtudes de España y de los españoles. Para ello sabéis que contáis siempre con el pleno apoyo de la Corona.
Junto con la Princesa, quiero por último transmitiros nuestros mejores deseos de felicidad y éxito en vuestra vida personal, familiar y profesional.
Muchas gracias.