Señor Presidente,
Al honrar y agradecer vuestra amable invitación, la Reina se une a mí para daros las gracias más afectuosas por vuestra hospitalidad. México hoy nos abraza una vez más, y nos recibe por primera vez en Visita de Estado como Reyes de España; también la primera que hacemos en el continente americano. En esta oportunidad, como ya os expresamos en vuestra Visita de Estado a España hace un año, deseamos subrayar nuestra cercanía y la fortaleza de los lazos que unen a nuestras dos naciones, así como el lugar que México ocupa en el corazón de los españoles.
Hace un año reafirmamos nuestra condición de socios de primer orden mediante un importante impulso a nuestra asociación estratégica que encuentra sus bases más sólidas en nuestros vínculos humanos. En España, se respeta a México, se conoce a México, se piensa en México y se siente México con la fuerza de la verdadera amistad.
Señor Presidente,
Nuestros países viven momentos de evolución política, social y económica generada desde el vigor de nuestras sociedades; que reclaman siempre, con justicia, las cotas más altas de exigencia y de compromiso ético. Ello requiere respuestas efectivas, precisas y directas que satisfagan las demandas de nuestros ciudadanos.
En este contexto, desde España seguimos con especial interés el proceso de transformación que experimenta México gracias a las reformas puestas en marcha en vuestro país, cuyo ejemplo de madurez política sienta las bases de un crecimiento económico sostenido para los próximos años. España quiere acompañar a México en este proceso que busca la mayor prosperidad del pueblo mexicano. Somos, socios y amigos, compañeros y aliados en la senda del progreso.
Nuestras relaciones bilaterales se caracterizan por su vitalidad y dinamismo, y cuentan con políticas ágiles que hacen posible una colaboración estrecha y eficaz. Nos anima y alegra saber que disponemos de intercambios muy fructíferos en asuntos clave para ambos países como son la lucha contra el terrorismo y su financiación, el combate contra la delincuencia organizada, la trata de personas, el lavado de activos o las amenazas contra la ciberseguridad.
En materia de Cooperación al Desarrollo, hemos apostado por una cooperación horizontal y triangular que nos permite, por ejemplo, compartir recursos y experiencias para asistir con mayor eficacia y visión regional al desarrollo integral en Centroamérica y el Caribe. Esta aproximación innovadora y sensible a la realidad es igualmente posible en otras áreas en las que nuestros países tienen intereses y fortalezas comunes, impulsando de esta manera nuevas líneas de trabajo.
Señor Presidente,
Señoras y señores,
México es un actor de primera magnitud en la escena internacional, con un peso y una proyección global que lo ubican en el centro de la gran arquitectura de acuerdos de libre comercio que se está configurando y fraguando entre Europa, el continente americano y la región de Asia-Pacífico.
Y creo, en este sentido, que México y España nos debemos de congratular por tener la oportunidad magnífica de poner aún más en valor, en la esfera internacional, nuestra condición de estrechos aliados que compartimos valores e intereses y mantenemos un alto nivel de concertación bilateral.
México ha sido un firme aliado de España en su candidatura al Consejo de Seguridad de NNUU para el bienio 2015-2016, —apoyo que agradecemos profundamente—. Ambos países mantenemos una coordinación constante en el ámbito multilateral y de Naciones Unidas. Cuentan con nuestro compromiso para seguir trabajando juntos.
"...Nuestros países viven momentos de evolución política, social y económica generada desde el vigor de nuestras sociedades; que reclaman siempre, con justicia, las cotas más altas de exigencia y de compromiso ético. Ello requiere respuestas efectivas, precisas y directas que satisfagan las demandas de nuestros ciudadanos. En este contexto, desde España seguimos con especial interés el proceso de transformación que experimenta México gracias a las reformas puestas en marcha en vuestro país, cuyo ejemplo de madurez política sienta las bases de un crecimiento económico sostenido para los próximos años. España quiere acompañar a México en este proceso que busca la mayor prosperidad del pueblo mexicano. Somos, socios y amigos, compañeros y aliados en la senda del progreso..."
México es además socio estratégico de España en su relación con la Unión Europea. España reitera una vez más su compromiso activo y su acompañamiento en este trascendente proceso de modernización y diversificación de las relaciones entre México y la Unión, como se ha demostrado en la reciente Cumbre UE-México.
En el contexto de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, la exitosa Cumbre de Veracruz sirvió para reafirmar el compromiso de nuestras naciones con la Conferencia y el Sistema Iberoamericano y mostró al mismo tiempo el impulso decidido de las demás naciones hermanas para trabajar conjuntamente con la Secretaría General Iberoamericana en favor de una mayor proyección internacional de Iberoamérica y de un mayor impacto positivo y visible en las vidas de nuestros ciudadanos. Señor Presidente, mis más sinceras felicitaciones a México por un trabajo bien hecho.
Asimismo, somos conscientes de la gran proyección de México hacia el Pacífico. España, con su ayuda, busca potenciar su participación y reforzar sus vínculos como observador prioritario en la Alianza del Pacífico, impulsando activamente un conjunto de iniciativas de colaboración.
Señor Presidente,
Las relaciones económicas y comerciales bilaterales reflejan de manera fidedigna la intensidad y la riqueza de los intercambios de toda índole que existen entre nuestros países.
Mañana, Señor Presidente, inauguraremos un importante Encuentro Empresarial, con más de 700 empresas inscritas, en el que tendremos la oportunidad de comprobar que las empresas españolas y mexicanas resultan ser un excelente binomio en términos de trabajo y resultados.
Ese impulso compartido que queremos seguir dando a nuestras relaciones alberga un potencial ilimitado con tantas posibilidades como dicta el entusiasmo, el talento y la visión de nuestras sociedades, sus empresas e investigadores.
Señor Presidente,
Un aspecto ineludible, consustancial a nuestras relaciones, es el relativo a la lengua y la cultura. El idioma español es símbolo de identidad compartida y un valioso patrimonio común.
Es por ello que México y España, hogar de casi 170 millones de hispanohablantes, tienen, con otras naciones hermanas, una especial responsabilidad para hacer de nuestra lengua un un mecanismo de integración social, un motor de desarrollo económico y un eje articulador de la identidad iberoamericana, así como impulsor de su dimensión internacional en este y en otros continentes. Por ello, quiero resaltar especialmente la importancia del acuerdo sobre un servicio internacional conjunto de evaluación y certificación del dominio de la lengua española (SIELE) que mañana concluirán la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Cervantes y la Universidad de Salamanca.
Este mismo año, conmemoramos el 5º Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, figura primordial para las letras y la poesía en español; como lo fue Sor Juana Inés de la Cruz, intelectual y también luchadora, esencial para las letras, la poesía y el teatro en español. Dos mujeres separadas por un siglo y por un océano, pero unidas por su sentimiento de irrefrenable libertad. Dos mujeres que elevaron la lengua española a altas cotas de excelencia. Un ejemplo de cómo mexicanos y españoles se entrelazan con naturalidad y ferviente cariño y afecto.
Por ello, Señor Presidente, hoy en este Palacio Nacional, situado en la Plaza del Zócalo, donde se manifiesta con profundidad el alma de México y la rica personalidad de este pueblo; quiero rendir homenaje a los españoles y a los mexicanos que han tejido, con su pensamiento, sentimiento y acciones, las relaciones únicas e ilimitadas que unen a nuestras naciones.
Tengo presentes especialmente a mis compatriotas que, generación tras generación, llegaron a México en busca de una utopía, de un futuro o de un refugio. Entre estos últimos, quiero referirme a miles de intelectuales españoles exiliados que formaron a innumerables alumnos mexicanos con sabiduría y rigor. No solo se distinguieron por ello en las aulas sino que enriquecieron esta su patria de adopción con una ingente obra: llevaron a cabo traducciones de diversas lenguas; fundaron y mantuvieron revistas científicas y literarias, y promovieron importantes estudios sociales. Con ellos se mezclaron arquitectos, escritores, cineastas y artistas. Y desde aquí, desde México, los propios españoles transterrados defendieron el valor de la obra de civilización y cultura realizada por su Patria y, en fin, como afirmó Ortega y Medina, reivindicaron “a la tan vilipendiada cuanto incomprendida España”. El filósofo Ramón Xirau llegó a confesar en sus memorias: “en México he descubierto a España”.
Fecundo pasado, dinámico presente, ilimitado futuro. Esta es la instantánea que ofrecen nuestras relaciones en el momento en que la Reina y yo, con verdadero agradecimiento y genuino orgullo, visitamos esta gran nación.
Con este sentimiento y los mejores votos por vuestra ventura personal, levanto mi copa con todos ustedes por la amistad entre nuestras dos naciones.