Los vínculos que ligan a nuestros países, México y España, se fundamentan en sólidos cimientos y en múltiples facetas que ya he tenido ocasión de señalar y valorar en numerosas ocasiones, en viajes y encuentros anteriores y, por supuesto, en esta Visita de Estado que nos ha traído a esta maravillosa tierra.
Las relaciones económicas, comerciales y empresariales hispano-mexicanas se nutren sin duda de ese cúmulo de afinidades e intereses compartidos, y crecen con fuerza en beneficio de nuestras sociedades y de su bienestar. El progreso económico que juntos generamos es así un síntoma muy claro y positivo del excelente estado de nuestras relaciones en tantos ámbitos.
Por eso, la celebración de este encuentro empresarial es realmente oportuna y útil, ya que nos ayuda a impulsar y fortalecer esos lazos con el objetivo de incrementar nuestra prosperidad compartida con una visión que, verdaderamente, podemos calificar de estratégica.
En efecto, a pesar de la crisis económica vivida en nuestros países, los intercambios y la colaboración al máximo nivel, siguen siendo una constante y cada vez se ven más fortalecidos. Es precisamente en un entorno económico internacional tan complejo como el actual, en el que todos los esfuerzos destinados a crear valor, riqueza y empleo, y a promover negocios en beneficio del bienestar general, son especialmente importantes. En este contexto, la singular relación que nuestros dos países mantienen, adquiere un especial valor y se torna mutuamente beneficiosa.
España y México iniciaron desde mediados de los 90 un proceso de profundización de sus relaciones comerciales y económicas que ha conducido, dos décadas después, a la consolidación de México como un socio comercial de primer orden para España. Se trata de nuestro mercado más importante en Iberoamérica y de un destino prioritario para nuestras inversiones que nos ha llevado a situarnos como su 2º inversor más importante a nivel mundial.
"...a pesar de la crisis económica vivida en nuestros países, los intercambios y la colaboración al máximo nivel, siguen siendo una constante y cada vez se ven más fortalecidos. Es precisamente en un entorno económico internacional tan complejo como el actual, en el que todos los esfuerzos destinados a crear valor, riqueza y empleo, y a promover negocios en beneficio del bienestar general, son especialmente importantes. En este contexto, la singular relación que nuestros dos países mantienen, adquiere un especial valor y se torna mutuamente beneficiosa..."
El flujo comercial bilateral entre ambos países se acerca a los 9.000 millones de euros en 2014 y México es el 1º destino de nuestras exportaciones a Iberoamérica, 6º destino en el mundo después de Europa, 15º en términos absolutos, y el 1er suministrador de América Latina. España es para México su 1º comprador en la Unión Europea y el 4º a nivel mundial.
En materia de inversiones, España se ha consolidado como el 2º inversor en México con un monto acumulado desde el año 1999 de más de 50.000 millones de dólares. La contribución de las empresas españolas queda patente cuando consideramos que ya hay más de 5.300 empresas españolas implantadas en México. La cifra habla por sí sola. Es una apuesta decidida, en constante aumento y con vocación de permanencia. Las empresas españolas crean riqueza, generan empleos y se integran en México y su sociedad. Poseen un gran nivel de excelencia y liderazgo y están presentes tanto en sectores de vanguardia de la economía mexicana como en sectores tradicionales. Empresas españolas y mexicanas resultan ser un excelente binomio en términos de trabajo y de resultados.
Pero todos estos datos y valoraciones no se refieren únicamente a las grandes empresas y a las inversiones más conocidas. Multitud de servicios y productos son facilitados por las medianas y pequeñas empresas españolas implantadas en el país. Unas veces atraídas por el efecto arrastre de las empresas más grandes y, otras, como manifestación visible del proceso de internacionalización de nuestra economía, que tan necesario se hace en las circunstancias actuales. Son empresas siempre comprometidas con la creación de valor, empleo y oportunidades para todos, para México y para España.
En este sentido, constatamos el alto número de firmas españolas en México que han unido fuerzas y habilidades con sus socios mexicanos a través de alianzas y fórmulas de cooperación empresarial con las que están conquistando nuevos mercados.
Cabe resaltar también el creciente interés de las empresas mexicanas por invertir en España, un hecho muy positivo que confirma el alto grado de integración que nuestras economías están alcanzando. México es el 2º inversor extranjero no europeo en España, y el 6º internacional. En ese sentido, España es una plataforma ideal para la expansión hacia algunos de los mercados más prometedores del mundo. Es un referente mundial en infraestructuras y muchas multinacionales de industrias de alta tecnología han elegido como base nuestro país por su excelencia y sus centros de investigación. Y así lo entienden un número cada vez mayor de empresas mexicanas que invierten en España.
Señoras y señores,
En un encuentro de esta naturaleza, no quiero dejar de mencionar y de reconocer a la Cámara Española de Comercio por sus 125 años en México. Su continuo funcionamiento durante más de un siglo es buena prueba de que la cooperación empresarial ha sido y es una piedra angular de nuestras relaciones. La Cámara ha actuado como lugar de encuentro empresarial y de promoción de negocios, idóneo para incrementar los intercambios comerciales, las inversiones y todo tipo de asociaciones entre las empresas de ambos países. Enhorabuena a todos los que lo han hecho posible.
Termino ya mis palabras felicitando a los organizadores de este foro y haciendo votos, una vez más, por el progreso de nuestras relaciones económicas que redundará en el bienestar de nuestras sociedades. Hagamos entre todos que este excelente momento que atraviesan nuestras relaciones bilaterales se fortalezca y continúe en el futuro en todos los ámbitos.
Muchas gracias.