Es un verdadero placer estar hoy con todos ustedes en esta ciudad de Cartagena de Indias que, en el contexto de la Cumbre, acoge el 11º Encuentro Empresarial Iberoamericano. Aquí se pone de manifiesto una vez más el compromiso de los líderes políticos y empresariales iberoamericanos por mantener una relación estrecha y fluida, como base para reforzar la prosperidad económica y social de nuestros pueblos.
Como tuve ocasión de señalar en la anterior edición celebrada en Veracruz en 2014, la realización de foros que reúnan a Gobiernos y sectores económicos y sociales de Iberoamérica es siempre muy positiva. Estos encuentros son además un claro ejemplo del espíritu emprendedor y de colaboración que caracteriza a la Comunidad Iberoamericana. Agradezco a las personas e instituciones que han hecho posible este Encuentro su trabajo e iniciativa. También deseo felicitar a todas las entidades distinguidas con el Premio Iberoamericano de Calidad que acabamos de entregar.
Y de manera especial, doy las gracias a Colombia, nuestro país anfitrión, por su hospitalidad y aprovecho esta ocasión para expresar nuevamente nuestro deseo de que muy pronto se alcance la paz por la que tanto han trabajado los colombianos. En este empeño contarán siempre con el apoyo de España. Enhorabuena de corazón, querido Presidente, por el Premio Nobel que le ha sido otorgado. Es evidente que un contexto de seguridad y de paz, como el que justamente anhelan y buscan con tanto esfuerzo y tesón, favorecerá también, y de manera muy importante, las condiciones sociales y políticas necesarias para lograr el mayor progreso económico en beneficio de todos los ciudadanos.
Señoras y Señores,
En este encuentro se han abordado cuestiones clave para nuestra Comunidad de Naciones. Una de ellas es el comercio internacional, que será una de las principales fuentes de crecimiento económico para las sociedades de Iberoamérica. Así lo ha confirmado recientemente el Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y Caribe. Tras varios años de dificultades económicas, las expectativas mejoran en Iberoamérica, y a ello contribuyen el reforzamiento de los intercambios comerciales y la inversión a nivel regional y global.
Como la experiencia ha demostrado, la apertura al exterior es una vía fundamental para alcanzar una senda de crecimiento económico y de prosperidad. Este ha sido el caso de España. Al igual que sucedió en crisis anteriores, nuestro sector exterior ha sido la principal fuente de crecimiento de la economía española.
En este proceso, resulta indudable que nuestras empresas, en particular las llamadas “multilatinas”, están abocadas a desempeñar un papel esencial. Las empresas en general son auténticos agentes económicos que deben afrontar los nuevos retos de la economía del conocimiento en un mundo en el que la visión global ya es norma para competir con realismo y ambición. En este contexto, la innovación y el emprendimiento representan elementos clave para que cualquier país pueda beneficiarse de un desarrollo económico estable y sostenible. Así se ha demostrado en la reciente crisis económica.
Hoy las compañías innovadoras e internacionalizadas ─que cuentan con capital humano cualificado y estable, y con capacidades y metodología de alta calidad─ son más resistentes a las adversidades. La diversificación geográfica también ha desempeñado una función determinante para afrontar con éxito los efectos adversos de la crisis.
Innovación e internacionalización son realidades que están estrechamente vinculadas, que se retroalimentan entre sí. La innovación en procesos, productos y servicios es inherente a la internacionalización, en la medida en que incrementa la competitividad de las empresas facilitando su salida al exterior. Y, a su vez, la internacionalización requiere de innovación constante para mantenerse en los mercados globales.
"...Nos enfrentamos a importantes retos, y unidos seremos capaces de afrontarlos con mayores garantías de éxito. Así lo hemos entendido en España y, por ello, hemos apoyado en el marco de la UE la conclusión de acuerdos de libre comercio con Iberoamérica..."
En este proceso de diversificación geográfica, el área de América Latina y Caribe representa una prioridad como mercado de destino a nivel global y, muy especialmente, para las empresas españolas. Durante la década de los 90, muchas de ellas vieron en los países iberoamericanos oportunidades de inversión y contribuyeron a la prosperidad de sus mercados de destino tomando posiciones de compromiso incluso en momentos de inestabilidad.
En los últimos años, también hemos observado cómo muchas empresas de la región han realizado importantes operaciones de inversión en Europa, en muchos casos aprovechando para su expansión exterior la base logística que representa España. Confiamos en que esta tendencia se consolide e incluso se acentúe en los próximos años. Para afrontar los nuevos desafíos es fundamental el mejor entendimiento entre gobiernos y empresas, entre el sector público y el sector privado.
Uno de esos retos, sin duda, se refiere a la juventud y a su formación. El mercado laboral al que legítimamente deben acceder nuestros jóvenes, es cada vez más complejo y competitivo como resultado de la globalización y del impacto de las nuevas tecnologías.
Los altos niveles de desempleo ─en particular entre los jóvenes─ que se registran actualmente en muchas de nuestras naciones representan una verdadera lacra para nuestras sociedades y un reto que debemos resolver entre todos. El apoyo que desde las instituciones públicas y privadas se pueda ofrecer para la mejor formación de capital humano redundará, sin duda, en nuevas oportunidades de empleo, creación de puestos de trabajo y, en definitiva, en crecimiento económico y prosperidad para nuestros pueblos.
Nos enfrentamos a importantes retos, y unidos seremos capaces de afrontarlos con mayores garantías de éxito. Así lo hemos entendido en España y, por ello, hemos apoyado en el marco de la UE la conclusión de acuerdos de libre comercio con Iberoamérica. Actualmente la UE mantiene Acuerdos de Asociación con México, Chile y Centroamérica; Acuerdos de Asociación Económica con los países del África, Caribe; y un Acuerdo Comercial Multipartes con Colombia y Perú, que incorpora a Ecuador. Estos tratados representan un instrumento idóneo para reforzar nuestros lazos y fortalecer nuestras relaciones económicas y comerciales. La firma de un Acuerdo entre la UE y MERCOSUR permitiría que prácticamente toda América Latina quedase cubierta por acuerdos comerciales con la UE.
Pero debemos ir más allá. El sudeste asiático representa una región con enorme potencial en la que tenemos muchas posibilidades de hacer muchas más cosas que en el pasado, un área donde es mucho lo que podemos aportar y también aprender. Espero que en nuestro próximo encuentro muchos de ustedes puedan congratularse de haber abierto nuevos mercados en esa región. Trabajar juntos en esta tarea sería una señal de que asumimos el reto, de que entendemos nuestro potencial; y sería también un gran mensaje al mundo.
Estoy seguro de que este Encuentro contribuirá a acercar y articular más el mundo empresarial iberoamericano. Este es el momento para poner en común estrategias conjuntas, para cooperar y colaborar, en definitiva, para estrechar los lazos que nos unen.
Señoras y Señores,
En esta querida Cartagena que tanto evoca el vínculo iberoamericano y ante un nuevo encuentro de este gran foro que nos une, permítanme terminar recordando a dos eminentes hombres de las letras hispanas e iberoamericanas: a Miguel de Cervantes Saavedra y al Inca Garcilaso. De ambos conmemoramos este año el 400 aniversario de su muerte.
400 años de Literatura Iberoamericana evocados en el XXV aniversario de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
Sigamos este proceso enriquecedor trasatlántico e iberoamericano hoy y mañana, con las empresas, las universidades, el conocimiento y el talento, la juventud y la innovación; como aquí estamos haciendo.
Muchas gracias.