l acto de entrega de la I edición del Premio Universidad de Sevilla a la protección de los Derechos Humanos "Juan Antonio Carrillo Salcedo" comenzó con la intervención del rector magnífico de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y la proyección de un vídeo sobre la Fundación Reina Sofía. Posteriormente, tras la lectura del acta de concesión del Premio, Su Majestad la Reina Sofía recibió de manos del rector de la Universidad hispalense este galardón que constituye un reconocimiento a las personas o instituciones cuya trayectoria se distinga o se haya distinguido por la defensa de los Derechos Humanos.
A continuación, Doña Sofia tomó la palabra para "agradecer al jurado [...] esta distinción que han concedido a la Fundación que lleva mi nombre", al tiempo que destacó el compromiso de Juan Antonio Carrillo durante "gran parte de su vida a la protección de los derechos humanos" y el acierto que ha tenido la Universidad de Sevilla "al haber organizado la entrega de este premio en una fecha tan significada como hoy: «Día Mundial de los Derechos Humanos»".
Doña Sofía animó a los presentes a continuar en "esta noble labor de defensa de los más desfavorecidos, y muy especialmente de la protección de los derechos humanos, es una tarea que todos juntos debemos continuar", afirmó, "siguiendo el admirable ejemplo del Profesor Carrillo", para recordales a continuación que en este compromiso "siempre pueden contar conmigo y con mi Fundación".
Su Majestad la Reina Doña Sofía recordó asimismo que "en este año en el que celebramos nuestro 40º aniversario, los objetivos siguen siendo los mismos, aun cuando las actividades que llevamos a cabo han cambiado considerablemente, intentando abarcar el mayor número de personas con problemas acuciantes de nuestra sociedad" y no quiso olvidar "a cada una de las personas que han hecho historia en la Fundación, tanto los que han pertenecido al Patronato como a todas las organizaciones e Instituciones que de un modo u otro han hecho posible nuestra labor. A todos ellos gracias por su inestimable colaboración y trabajo".
Concluyó su intervención Doña Sofía asegurando que "este premio a la Fundación es un estímulo más, para continuar con nuestro principal objetivo: apoyar a los más desfavorecidos, y como dije en el día de la celebración de nuestro aniversario, con la aspiración de paliar el sufrimiento allí donde se encuentre, para poder vencer así la indiferencia que muchas veces las sociedades avanzadas hemos sido incapaces de doblegar”.
Doña Sofía estuvo acompañada por el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz; el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el teniente general de la Fuerza Terrestre, Juan Gómez de Salazar; el consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano; el rector magnífico de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro; y por la vicerrectora de Relaciones Institucionales de la Universidad de Sevilla, Elena Cano.
Seguidamente, ya en la galería de Rectores, Su Majestad la Reina Doña Sofía recibió el saludo del Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla, el de la Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Sevilla, el de la viuda e hijo del Profesor Carrillo, el de Marcelino Oreja y señora y, por último, el de Federico Mayor Zaragoza, antes de asistir a a la ceremonia de firma del acuerdo de cesión, por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, de un retrato de Su Majestad el Rey a la Universidad de Sevilla, para que presida el paraninfo de dicha institución académica.
La interpretación del Gaudeamus Igitur puso el punto y final a la ceremonia.
La institución académica, por resolución rectoral de septiembre del pasado año, acordó crear este galardón para otorgar un reconocimiento público a las personas o instituciones cuya trayectoria se distinga o se haya distinguido por la defensa de los Derechos Humanos, ya sea en el ámbito político, social o formativo, contribuyendo a combatir la injusticia, a proteger las libertades fundamentales, a luchar por la igualdad y dignidad de las personas y/o a favorecer la cooperación al desarrollo de los pueblos o sectores sociales más desfavorecidos. El premio, que otorgará cada dos años, tiene un carácter honorífico y consiste en la entrega de un título acreditativo y de una escultura simbólica.
En esta primera edición, el jurado resolvió distinguir a la Fundación Reina Sofía, destacando el valor de sus objetivos, que son “la promoción, ayuda y desarrollo de las necesidades, tanto físicas como espirituales, de todas las personas y su más plena integración en la comunidad social, estimulando y defendiendo los derechos y aspiraciones legítimas de los ciudadanos en todo cuanto suponga una idea de progreso, bienestar y justicia”. En sus 40 años de trayectoria, "se ha distinguido de forma encomiable y ejemplar en la lucha por la dignificación de las personas, desarrollando y apoyando proyectos solidarios en todo el mundo, especialmente con los más desfavorecidos, en los ámbitos de la salud, la educación, de la cooperación al desarrollo, la igualdad de la mujer o el medio ambiente". La Fundación ha sido, desde su origen, un proyecto personal de Su Majestad la Reina Doña Sofía y de la que ha recibido, además de su dedicación personal, su aliento e impulso constante.
El jurado estuvo formado por Miguel Ángel Castro Arroyo, rector de la Universidad de Sevilla; Elena Cano Bazaga, vicerrectora de Relaciones Institucionales; Julián Martínez Fernández, vicerrector de Investigación, Ana López Jiménez, vicerrectora de Servicios Sociales y Comunitarios; Alfonso Castro Sáenz, decano de la Facultad de Derecho; Joaquín Alcaide Fernández, director del Departamento de Derecho Internacional Público; y Juan Antonio Carrillo Donarie, invitado en representación de la familia de Juan Antonio Carrillo Salcedo.
Esta distinción rinde homenaje al profesor Juan Antonio Carrillo Salcedo (1934-2013), maestro de internacionalistas, que cursó sus estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla, en la que se doctoró en 1958 con premio extraordinario. Desempeñó la cátedra de Derecho Internacional Público y Derecho Internacional Privado, primero en las Universidades de Granada (1963- 1974) y Autónoma de Madrid (1974-1980), de cuya Facultad de Derecho fue Decano, para incorporarse a la de Sevilla en 1980 hasta su jubilación como catedrático emérito en 2008, desempeñando, también, el cargo de Decano de su Facultad de Derecho desde junio de 1981 hasta mayo de 1983.
Su compromiso con la protección de los Derechos Humanos no sólo marcó su actividad profesional, su magisterio, su labor académica, docente e investigadora, o su participación en la Comisión Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo y su trabajo como magistrado en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sino su misma trayectoria vital, siendo reconocido con múltiples distinciones. Obtuvo, entre otros, el Premio de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la Junta de Andalucía, el Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía de España, el Martínez Emperador del Consejo General del Poder Judicial, el Premio de Derechos Humanos del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla o el Premio Internacional de Derechos Humanos otorgado por la Asociación pro Derechos Humanos de España.
Hijo predilecto de Morón de la Frontera (Sevilla) su ciudad natal, e hijo predilecto de Andalucía, su legado intelectual honra a la Universidad de Sevilla