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Palabras de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en el encuentro con los Líderes Hispanos de los Estados Unidos de América

Nueva York, 6.20.2012

P

ermítanme que comience por decirles lo importante que es siempre para nosotros encontrarnos con representantes del pujante mundo hispano cuando visitamos los EE.UU. Por eso hoy a la Princesa y a mí nos alegra particularmente poder hacerlo en esta gran ciudad de Nueva York, en cuya identidad y vida cotidiana se muestra tan clara y poderosamente presente lo hispano, o latino. Además nos gusta y celebramos la idea, de reunirnos aquí en la sede del Instituto Cervantes. Nos trae muy buenos recuerdos, a mí de su inauguración en el año 2003 -cuya ceremonia tuve el honor de presidir-, y a los dos de la visita que hicimos juntos al año siguiente, en octubre de 2004.

Desde entonces, este centro se ha abierto paso, reivindicando su papel, en este gran universo cultural que es NY; se ha hecho, además genuinamente neoyorquino, sin perder su norte. Hemos sido testigos de ello, y de cómo se convertía en una eficaz plataforma de difusión, tanto para la cultura española como para la de todos los países con los que compartimos una misma lengua. Una muestra simbólica de todo eso es que este auditorio lleve el nombre de un insigne escritor argentino e iberoamericano, Jorge Luis Borges.

De otro escritor, el mexicano Carlos Fuentes, tan querido y recientemente desaparecido, quisiera evocar la expresión "territorio de La Mancha", que acuñó al recordar la obra cumbre de la literatura española, el Quijote, para referirse a ese vasto mapa de la lengua española, una y diversa al mismo tiempo; a esa patria cervantina cuya seña y bandera es lengua y es cultura, cuyo afán no define ni opone fronteras, y cuya alma creativa tiene visión y vocación universal. Y es en ese mapa donde los EE.UU, en el marco de una evolución de dimensiones históricas, ha pasado en pocos años a ocupar el segundo lugar en número de hablantes que utilizan nuestra lengua. Y digo "nuestra" por su origen, pero más porque la compartimos 500 millones de personas; ya no somos los españoles dueños ni señores. Es la lengua española un gran patrimonio común.

El privilegio que tienen tantos pueblos de compartir una misma lengua, de desarrollarla y crecer con ella, de enseñarla a las nuevas generaciones y a aquellos que quieran acercarse a ella, adquiere con el español en los EE.UU. una dimensión adicional, acorde con la grandeza de este país y con el papel que está desarrollando su comunidad hispana.

En efecto, el español en los EEUU no ha pretendido confinarse al estrechoámbito de la vida cotidiana de quienes llegan de otros puntos del continente buscando abrirse paso y labrarse un futuro mejor. Es mucho más que eso: es la lengua de artistas, escritores, médicos, abogados, y profesionales de todos los sectores, de ciudadanos que contribuyen día a día, con su trabajo diario y compromiso personal a fortalecer el tejido social y empresarial para que su país, los Estados Unidos de América, siga progresando en el mundo y sea fuente de inspiración para los demás.

Los datos económicos referidos a la población hispana estadounidense son reveladores. Su capacidad adquisitiva se estima en 600.000 millones de dólares y ha aumentado más de un 65 % en losúltimos años, frente al 32 % del resto de la población. En consecuencia, su poder o influencia estratégica en la vida pública comienza a ser determinante. El español está muy presente en el discurso político y en los medios de comunicación con más de 40 diarios, 300 semanarios y centenares de emisoras de radio. Tres canales de televisión emiten su programación a nivel nacionalíntegramente en español y más de 70 lo hacen vía satélite.

En elámbito educativo cabe resaltar que España es el segundo país de destino preferido por los estudiantes de los Estados Unidos. Saber español se ha convertido en un valor en alza de los jóvenes profesionales, que de este modo amplían sus expectativas laborales significativamente. En suma, el español empieza a entenderse en los círculos de opinión más especializados como la lengua que transmite la riqueza cultural de un gran número de naciones y como idioma imprescindible, junto al inglés, en elámbito profesional. Es lengua y cultura de referencia en el campo universitario, en el que profesores y académicos de renombre han hecho del hispanismo una especialidad de prestigio en los estudios universitarios; también, claro en la música y el cine; pero incluso, más recientemente, en la gastronomía.

Si hace pocos años los sociólogos detectaban una pérdida progresiva del español en los hispanos de segunda y tercera generación, esa tendencia se está invirtiendo. De acuerdo con los datos del Selig Center for Economic Growth, más del 73 % de las familias hispanas utilizan hoy el español, en mayor o menor medida, para comunicarse. El prestigio de nuestra lengua, su expansión mundial, su valor económico y las oportunidades que ofrece, como el propio ascenso socioeconómico y de autoestima colectiva de los hispanohablantes estadounidenses dan motivos, sin duda, para mantenerla viva; sobre todo cuando a la vez aumentan los angloparlantes que aprenden español.

Por otra parte, los datos de los censos de población más recientes revelan un aumento progresivo de la población de origen hispano en Estados Unidos. No debiera sorprender, por ello, que la población hispana haya ganado mayor visibilidad y peso en lugares como Alabama, Georgia, Kentucky, Carolina del Norte o Tennessee, donde hasta fechas muy recientes su presencia era apenas perceptible.

I would like to say a few words in English, a language that the Hispanic people of the United States share with all their fellow countrymen and women.

For over 20 years, the presence and role of Hispanics in the USA reflect an uninterrupted rising trend. This pattern reaffirms their identity, defined genuinely as Hispanic, and transcends the question of national or geographic origin within Spanish-speaking America.

In no way should this new reality be viewed with suspicion or mistrust. On the contrary, it is proof of the continuing vitality of the United States, embodied in its citizens and in the grandeur of its ideals. Obviously, it is also an element that enhances the international profile of the United States.

As Spaniards, we are gratified to see the contribution being made by the Hispanic world to the identity of the USA. It honours part of your beginning, when the first Europeans set foot on this land; so it represents a re-encounter with our shared history; but it also -and more importantly- represents an opportunity to jointly address the challenges of the future.

La ciudad de San Agustín en La Florida, fundada en 1565, es la más antigua de los EEUU. El Palacio de los Gobernadores, en Santa Fe, es el edificio público de uso continuado más antiguo del país. La catedral de San Juan Bautista, en San Juan de Puerto Rico, la segunda más antigua del continente americano. Son sólo unos pocos ejemplos que por sí mismos revelan la profunda y ramificada implantación del elemento hispano en Estados Unidos.

España ha buscado en todo momento estrechar sus lazos con la comunidad hispana, impulsando el redescubrimiento mutuo. Con ese propósito, el Gobierno español creó en 1998 el programa de "Jóvenes Líderes Hispanos", que ha demostrado ser una herramienta eficaz para acercar a quienes hablamos español en España y en los EEUU, conocernos más y favorecer vínculos creativos y fructíferos. En 2006 se constituyó la Asociación de Líderes Hispanos (ALH) que ha contribuido de forma eficaz a ese mismo objetivo. Asimismo, y en la actualidad el Gobierno español trabaja en la aprobación de un Plan de Acción para fomentar el acercamiento a la realidad hispana de los EEUU.

Es una gran alegría poder contar hoy aquí con la presencia de varios de los miembros de la ALH, algunos de los cuales se han desplazado desde lugares lejanos dentro de los EEUU. Recuerdo bien el encuentro que mantuvimos en Washington en el año 2006, cuando tuve el honor de asistir a la apertura de su II Convención y otros encuentros anteriores más informales tanto en España como aquí.

Sinceramente espero y deseo que juntos perseveremos en el noble empeño de perfeccionar nuestro conocimiento mutuo y de explorar eficazmente nuevas formas de cooperación que satisfagan el impulso que nos mueve, que nos atrae y que tanto beneficio mutuo puede aportarnos, teniendo en cuenta la diversidad tan amplia que representamos y la cantidad de objetivos que compartimos.

Muchas gracias.

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