Señoras y señores Jefes de Estado y de Gobierno,
Queridos amigos y hermanos iberoamericanos,
Como sabéis, he tenido que pasar por el taller recientemente. Esta circunstancia me hace imposible estar con vosotros en esta Cumbre Iberoamericana, la primera vez desde que comenzaron nuestras Cumbres en 1991.
Pero, aprovechando que hoy no hay prácticamente fronteras para las comunicaciones, he querido estar presente en la distancia y enviaros a todos un mensaje lleno de afecto. Gracias, de corazón, por los deseos de recuperación que me habéis hecho llegar.
Muito obrigado pelo vosso afecto e amizade, que são expressão também do forte sentido de família que temos desenvolvido no seio da Comunidade Ibero-Americana de Nações.
"...Se trata de la Cumbre de la renovación que permitirá, por un lado, adaptar mejor nuestras reuniones a la realidad internacional actual. Y, por otro, adecuar la Secretaría General Iberoamericana para que cumpla, con más eficacia, sus cometidos reforzados en el ámbito de la cultura y la cooperación..."
Esta Cumbre reúne circunstancias muy relevantes para el desarrollo y el fortalecimiento de la Conferencia Iberoamericana.
Se trata de la Cumbre de la renovación que permitirá, por un lado, adaptar mejor nuestras reuniones a la realidad internacional actual. Y, por otro, adecuar la Secretaría General Iberoamericana para que cumpla, con más eficacia, sus cometidos reforzados en el ámbito de la cultura y la cooperación.
España, representada en esta Cumbre por el Presidente del Gobierno, Don Mariano Rajoy, entiende que la renovación de la Conferencia es necesaria para atender mejor a la Comunidad Iberoamericana de Naciones de la que todos formamos parte.
En el año en que se celebra el Quinto Centenario del Descubrimiento del Océano Pacífico, quiero felicitar al Presidente de la República de Panamá, Don Ricardo Martinelli, y trasladarle mi enhorabuena por la organización de la Vigésimo Tercera Cumbre.
Esta Cumbre es, además, la última en la que participa, como Secretario General Iberoamericano, nuestro buen amigo Don Enrique Iglesias, quien tanto ha hecho por la Comunidad Iberoamericana.
Desde aquí quiero darle las gracias por su trabajo al frente de la Secretaría durante ocho años y desearle todo lo mejor. Conociéndole, sé muy bien que no dejará de abordar nuevos horizontes. Muchas gracias, querido Enrique.
Queridos amigos, no os retengo más. Os deseo un trabajo muy fructífero y me despido de todos con un fraternal abrazo y con la confianza de que podré acompañaros el año que viene en la Cumbre de Veracruz.