El lema del III Foro de la Comunicación que hoy nos convoca en Veracruz enlaza perfectamente con el compromiso de esta XXIV Cumbre Iberoamericana que nos invita a repensar Iberoamérica y a transmitir a nuestras sociedades las reflexiones y conclusiones de nuestros trabajos.
Efectivamente, los “Medios de Comunicación, Nuevas Tecnologías, Nuevos Paradigmas” que encabezan el título de este encuentro implican un compromiso de afrontar el futuro por parte de un sector, el de la comunicación, que está en plena transformación desde diferentes puntos de vista.
Por un lado, desde el punto de vista de las audiencias, que cada día están mejor formadas y exigen más calidad, y que en la actualidad viven una paradoja: la de ser globales pero al mismo tiempo poder fragmentarse por intereses, afinidades o visiones locales, particulares o ideológicas. En segundo lugar, desde la perspectiva de los soportes, ahora que se hallan en plena convivencia el papel y lo digital, la televisión y las nuevas tecnologías. Y en tercer lugar, desde el enfoque económico, con una visión multilatina en la que las empresas compiten en mercados plenamente internacionales.
En la última década, la tecnología ha transformado rápidamente el mundo que conocemos, tanto que a veces nos preocupa nuestra capacidad de adaptación como sociedades y como individuos a esta aceleración contínua en la generación, transmisión y almacenamiento de información de todo orden; nuestra capacidad para comprender e influir en cómo se controla y gestiona; y las implicaciones para la gobernanza democrática y los derechos fundamentales.
Por otro lado es muy cierto que esa evolución, o “revolución” tecnológica, nos ha permitido comunicarnos más y mejor, al punto de que nada nos es totalmente ajeno pues podemos ser testigos de los acontecimientos que ocurren en cualquier parte del mundo, comprenderlos mejor y conformar de manera más completa nuestra visión global de la humanidad y del planeta.
El debate social hoy nace y se produce con mucha frecuencia en las redes sociales, mientras que se comunica y socializa en los medios de comunicación, ya que estos siguen siendo la columna vertebral de ese diálogo del que se nutren las sociedades iberoamericanas a las que debemos dar soluciones. En este contexto, se identifican nuevos desafíos para los medios de comunicación, retos que es preciso plantear en foros como éste que hoy nos reúne.
"...deseo subrayar, una vez más, la importancia y la magnitud de nuestras dos lenguas vehiculares ─el español y el portugués─ para lograr el fin, el objetivo de la comunicación entre las personas, el fin que, en suma, nos ha traído aquí. Por ello hago hincapié en la condición del español como 2ª lengua de comunicación internacional, esto es, 2ª lengua materna del mundo; como 2º idioma en cómputo global de hablantes, y como la 2ª lengua utilizada en las principales redes sociales del mundo.
Y hago hincapié igualmente en el vigor y la presencia intercontinental del portugués, la otra gran lengua de Iberoamérica, y en el hecho de que español y portugués, con su innegable afinidad, articulan un gran espacio multinacional donde todos nos podemos comprender..."
El nuevo paradigma de la globalización, que ha afectado a todos los ámbitos de la vida y de la actividad humana, ha incidido por tanto muy particularmente en los medios de comunicación, entre otras cosas porque ellos participan activamente en la propagación e implantación de ese paradigma.
Se trata este de un sector económico en pleno desarrollo que atraviesa uno de los procesos de cambio más profundo y acelerado de su historia. Asistimos de hecho a un proceso de convergencia tecnológica del que ustedes, los aquí presentes, son actores protagonistas, pues representan a empresas punteras que cada día afrontan este panorama de cambio permanente.
Por todas estas razones, estoy seguro de que este foro debe servir no solo para reivindicar tradiciones comunes, sino también para buscar y encontrar soluciones globales a problemas globales, en este caso en el sector de la comunicación; y para conectar adecuadamente lo global con el interés y preocupación local.
No perdemos de vista, tampoco, la gran rentabilidad que para los países iberoamericanos tiene un foro de estas características en el que participan muchos de los principales grupos de comunicación de nuestra Comunidad de Naciones. Se trata de un instrumento de valor incalculable para poder divulgar e impulsar en todo el mundo los valores y las capacidades de Iberoamérica; para poder transmitir nuestras visiones y sensibilidades, así como nuestras aportaciónes para solucionar problemas comunes o globales.
Antes de terminar deseo subrayar, una vez más, la importancia y la magnitud de nuestras dos lenguas vehiculares ─el español y el portugués─ para lograr el fin, el objetivo de la comunicación entre las personas, el fin que, en suma, nos ha traído aquí. Por ello hago hincapié en la condición del español como 2ª lengua de comunicación internacional, esto es, 2ª lengua materna del mundo; como 2º idioma en cómputo global de hablantes, y como la 2ª lengua utilizada en las principales redes sociales del mundo.
Y hago hincapié igualmente en el vigor y la presencia intercontinental del portugués, la otra gran lengua de Iberoamérica, y en el hecho de que español y portugués, con su innegable afinidad, articulan un gran espacio multinacional donde todos nos podemos comprender.
Termino ya estas palabras expresando mi confianza en que el sector iberoamericano de la comunicación será capaz de ganar el futuro afrontando con eficacia los nuevos desafíos; y en que lo hará gracias al dinamismo y la visión estratégica de sus mejores profesionales, y gracias a los inmensos cimientos que representan nuestras dos lenguas.
Muchas gracias.