No contexto inigualável desta visita de Estado que a Rainha e eu estamos a realizar a Portugal, e sempre com enorme gratidão para com o Presidente da República e todas as autoridades portuguesas, particularmente aqui no Porto, agradecemos – e alegra-nos muito − a oportunidade de nos encontrarmos com uma tão importante representação das nossas respetivas comunidades empresariais, neste almoço num local tão admirável e simbólico como é o Palácio da Bolsa.
Es un acto que tiene un carácter singular y muy especial ya que no se trata tanto de fomentar y promover las relaciones económicas y comerciales entre ambos países, ni de poner en contacto a empresarios de una y otra nación, puesto que esto ya se hace con frecuencia y la relación es, como saben bien, muy intensa y fructífera –aunque siempre sea posible y deseable mejorar; se trata sobre todo de constatar y dar testimonio del funcionamiento ejemplar de la relación económica, comercial y empresarial entre Portugal y España, que sin duda constituye una pieza fundamental de la relación bilateral.
Se trata también de darle a esta realidad tan positiva una mayor visibilidad, ya que creo que la deben conocer y apreciar no solo los protagonistas, los hombres y mujeres de negocios o las autoridades respectivas, sino también nuestras sociedades de forma más intensa, para así poder desarrollar todo su potencial y sacarle todo el provecho en beneficio de ambos países, del mercado Ibérico y también de nuestra aportación a la realidad y futuro de Europa.
Cierto es que las relaciones económicas, comerciales y empresariales entre Portugal y España dieron un salto cualitativo y cuantitativo espectacular tras nuestro ingreso en la entonces CEE, cuyo 30 aniversario celebramos este año. Gracias a la entrada en vigor del Mercado Único Europeo se produjo la apertura de nuestras respectivas economías, acabando con proteccionismos, mejorando la competitividad de nuestros productos y permitiendo la libre circulación de personas, bienes y capitales.
Pero el elevadísimo nivel al que ha llegado nuestra relación económica y comercial no hubiese sido posible sin la dedicación, esfuerzo y valentía de numerosos empresarios portugueses y españoles, muchos de ellos hoy aquí presentes. Por ello quiero que mis palabras sean de reconocimiento, gratitud y felicitación por lo conseguido, y de ánimo y aliento para seguir trabajando y llevar la relación bilateral a cotas todavía más altas. Con vuestro trabajo y dedicación diarios contribuís a la creación de empleo, al progreso económico y al mayor bienestar en Portugal y España.
"...el elevadísimo nivel al que ha llegado nuestra relación económica y comercial no hubiese sido posible sin la dedicación, esfuerzo y valentía de numerosos empresarios portugueses y españoles, muchos de ellos hoy aquí presentes. Por ello quiero que mis palabras sean de reconocimiento, gratitud y felicitación por lo conseguido, y de ánimo y aliento para seguir trabajando y llevar la relación bilateral a cotas todavía más altas. Con vuestro trabajo y dedicación diarios contribuís a la creación de empleo, al progreso económico y al mayor bienestar en Portugal y España..."
Hace cuatro años y medio tuvimos la oportunidad de visitar Portugal como Príncipes de Asturias. Entonces, la crisis económica afectaba gravemente a nuestros ciudadanos, y hoy gracias entre otros factores, a las reformas llevadas a cabo por los respectivos Gobiernos, y especialmente a vuestro esfuerzo, tenacidad y sacrificio, empezamos a vislumbrar el final de la crisis económica.
Quisiera también referirme a las oportunidades que, en un mundo globalizado, se abren para las empresas de nuestros países de cooperar en terceros mercados. Nuestras empresas deben aprovechar todas las oportunidades que ofrecen regiones del mundo que nos son cercanas por lengua y cultura y en las que tenemos una larga experiencia, como son Iberoamérica y los países africanos de lengua portuguesa, regiones en las que la posibilidades de cooperar son inmensas.
Permítanme también unas palabras de reconocimiento y admiración para la pujanza, fortaleza y dinamismo del empresariado y la sociedad civil de Oporto y del norte de Portugal. Tanto ayer como hoy he podido comprobar la impresionante transformación que desde mi última visita ha vivido esta ciudad sabiendo combinar tradición y modernidad. Y ustedes, con su esfuerzo y empeño, tienen mucho que ver en esa admirable transformación.
Tenemos un ejemplo claro de esa fortaleza y unión ─al que me referí precisamente ayer en la cena que me ofreció Su Excelencia el Presidente de la República─, en la permanencia de la colección Miró en la Fundación Serralves. Este es un logro que se debe en gran medida a la contribución de muchos empresarios y ciudadanos de Oporto.
Y no me olvido de Braga y de su espectacular Instituto Ibérico de Nanotecnología que la Reina y yo tuvimos ocasión de visitar en 2012. Es un verdadero paradigma y ejemplo de colaboración en el campo de la ciencia y tecnología a nivel internacional, y tiene un potencial de futuro espectacular que debemos saber desarrollar y aprovechar en plenitud.
Termino ya mis palabras con una felicitación muy sincera a todos los presentes y confiando en que sabremos todos contribuir aún más al progreso de nuestras relaciones económicas, que indudablemente redundará en un mayor bienestar de nuestras sociedades.
Brindo por ello e invito a todos a brindar por la continuación de nuestra excelente relación económica y empresarial.
Muchas gracias.