A Rainha e eu agradecemos a vossa hospitalidade ao receber-nos neste histórico Palácio das Necessidades. Na nossa primeira visita de Estado a Portugal, é-nos muito grato partilhar com Vossa Excelência a amizade entre os nossos dois países.
Las relaciones entre España y Portugal son por su intensidad y cercanía, singulares e incomparables.
Y en ese inmejorable clima, que tendrá continuidad con la cumbre entre nuestros gobiernos en primavera y a orillas del Duero, no puedo dejar de referirme brevemente a nuestra común vocación europea y nuestra posición ante el mundo.
"...el grado de sintonía entre nuestros gobiernos, respecto a tantos temas y áreas de especial interés para Europa, y el creciente grado de integración entre nuestras economías y sociedades civiles, suponen una magnífica oportunidad estratégica para mostrar, a un mismo tiempo, nuestro compromiso profundo y solidario con el proyecto de la Unión..."
Este año celebramos el 30º aniversario de nuestra adhesión a la entonces CEE, que ha sido un factor muy positivo también para el reforzamiento de nuestra relación bilateral. Pues hoy en día, cuando en ocasiones se cuestiona el proyecto europeo, es evidente –y ello lo refleja− que necesitamos una Europa más fuerte y más solidaria; una Europa que impulse el crecimiento económico y la creación de empleo; que sepa dar respuestas concretas a los ciudadanos; una Europa unida en torno a los valores y principios fundacionales que nos han permitido durante muchas décadas vivir con una paz, una libertad y una prosperidad, como nunca antes en la historia.
Creo sinceramente que el grado de sintonía entre nuestros gobiernos, respecto a tantos temas y áreas de especial interés para Europa, y el creciente grado de integración entre nuestras economías y sociedades civiles, suponen una magnífica oportunidad estratégica para mostrar, a un mismo tiempo, nuestro compromiso profundo y solidario con el proyecto de la Unión, y nuestra capacidad de influir positiva y conjuntamente en su desarrollo y su presentación –o imagen− ante el mundo; tanto para beneficio de nuestros pueblos y el afianzamiento de su sentimiento y vocación europeísta, como para potenciar el peso y el prestigio de la UE y de Europa en general.
Sabe también −y no quiero alargarme, pero sí tan solo mencionar− que tanto nuestra común pertenencia y participación en la comunidad Iberoamericana, como el interés y preocupación que compartimos por África y el Magreb, nos sitúa en un lugar nuevamente singular ante la historia; que realmente lo es aún más ante el futuro, ante el futuro de nuestro bienestar, de nuestra seguridad, y el de nuestro papel ante la sociedad global y sus retos planetarios.
Como paises vecinos, como socios ibéricos y como pueblos hermanos, no nos podemos permitir dejar pasar estas oportunidades tan evidentes y tan potentes que la geografía, la historia y el afecto y amistad mútuas nos colocan ante nuestro futuro.
Termino as minhas palavras, muito grato por este novo gesto de cordialidade com que Vossa Excelência nos obsequiou. E permita-me que levante a minha taça e que peça a todos que se juntem a mim num brinde pelo vosso bem-estar pessoal, pela permanente amizade entre as nossas duas grandes Nações, e para que juntos continuemos a trabalhar por um futuro melhor para os nossos povos e para Europa.