Quiero en primer lugar agradecer a SSMM los Reyes que hayan aceptado presidir este acto del cuarenta aniversario de la Fundación que lleva mi nombre. Gracias de todo corazón por estar aquí en un día tan emotivo para mí.
Pero quiero agradecer también, muy especialmente, al Rey Juan Carlos el apoyo y el cariño con el que me dio la oportunidad de crear mi propia Fundación y así poder trabajar en lo que más me podía ilusionar, ayudar a los más necesitados.
Y gracias a todos ustedes por acompañarme en este día que mantendré para siempre en mi memoria, y nunca mejor dicho, pues hoy también conmemoramos el décimo aniversario de este Centro, cuyo objeto principal es paliar los graves deterioros de la enfermedad de Alzheimer y donde se intenta así mismo encontrar, a través de la investigación, alguna vía de solución a esta compleja enfermedad, que no hace distinciones.
Cuando empezamos hace cuarenta años, los objetivos de la Fundación, recogidos en sus estatutos, cubrían diferentes ámbitos de trabajo, con la finalidad de lograr un desarrollo integral de la persona.
Nuestras actividades de entonces, se centraban en mitigar las precarias situaciones personales o familiares que llegaban a nuestro conocimiento; bien por solicitud de las mismas personas o por parroquias, ayuntamientos y otras organizaciones que conocían dichas situaciones de desamparo.
Esta Fundación, a lo largo de los años, ha ido buscando nuevas áreas de trabajo con necesidades acuciantes de nuestra sociedad, tan diferentes a las de aquellos días, no sólo en nuestro país sino también fuera de nuestras fronteras.
De nuestros comienzos, tengo en mi memoria a todos los Patronos que me ayudaron a iniciar este largo camino.
Nombrar a cada una de las personas que han hecho historia en nuestra Fundación sería largo y no quisiera olvidarme de ninguno de ellos, aun cuando veo a muchos que estáis hoy aquí acompañándome en este día tan especial. Gracias a todos por vuestra dedicación.
Como consecuencia de la promulgación de la primera Ley de Fundaciones en 1994, comenzamos a variar nuestras actividades.
"...Os pido que continuéis apoyando la labor que he intentado hacer desde mi Fundación. Todos juntos podríamos vencer la indiferencia que muchas veces las sociedades avanzadas hemos sido incapaces de doblegar..."
Dejamos las ayudas individuales para poder empezar una nueva etapa con la colaboración de organizaciones de reconocido prestigio y, de alguna manera, profesionalizar nuestra tarea a través de proyectos y organizaciones expertas en distintos campos de actuación.
Todo ello coincidió con los viajes de la Agencia de Cooperación Internacional y Desarrollo, AECID, y que ahora lleva a cabo la Reina Letizia.
A la AECID nunca le estaré lo suficientemente agradecida por las experiencias que he podido vivir durante los 25 viajes en 50 países, y que he compaginado con la labor de mi Fundación.
El 17 de diciembre de 2002 presentamos en el Palacio del Pardo el denominado Proyecto Alzheimer. Este Proyecto coincidió con la nueva Legislación de Fundaciones y sirvió para que la Fundación diera un salto cuantitativo y cualitativo en nuestra labor.
Un Proyecto aquí presente, que junto a la Comunidad de Madrid, a la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, a través de la Fundación CIEN, y a las distintas administraciones como el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Sanidad, Consumo e Igualdad, es hoy una realidad.
Nos queda lo más importante: vencer a la enfermedad, contra la que seguiremos luchando, como se verá en unos momentos en la presentación de nuestra nueva campaña. Aún queda mucho por hacer, pero todos juntos lo lograremos.
Ahora, como nuevo objetivo, hemos decidido ampliar nuestra actividad en la lucha contra el resto de enfermedades neurodegenerativas, que son probablemente las más difíciles de combatir, por originarse en la parte de nuestro cuerpo más desconocida: el cerebro.
Quiero finalizar estas palabras acordándome de todos cuantos me han ayudado durante estos años, tanto en la ejecución de Proyectos, como en la financiación de nuestras ideas, con el propósito de apoyar a los más desfavorecidos, y con la satisfacción de poder paliar el sufrimiento, allí donde se encuentre.
Os pido que continuéis apoyando la labor que he intentado hacer desde mi Fundación. Todos juntos podríamos vencer la indiferencia que muchas veces las sociedades avanzadas hemos sido incapaces de doblegar.
Gracias por estos cuarenta años transcurridos, y ahora espero seguir avanzando en la investigación, para poder encontrar una solución a estas terribles enfermedades, así como continuar nuestra tarea de ayudar a los que más lo necesitan.
Muchas gracias.