Encontrarnos esta noche en esta magnífica sala, testigo de la rica historia de esta Corporación y de la ciudad de Londres, como parte de la visita de Estado que realizamos al Reino Unido por invitación de Su Majestad la Reina Isabel II, es para la Reina Letizia y para mí un verdadero honor.
Quisiera por ello comenzar estas palabras agradeciendo a Su Majestad, en mi nombre y en el de toda mi familia, así como en el del Gobierno y el pueblo español, el cariño y la atención que estamos recibiendo de todos los miembros de Su Familia, y de las instituciones y la sociedad británicas. Estas muestras de afecto que tanto valoramos son fiel reflejo de las excelentes relaciones bilaterales entre nuestros dos países a todos los niveles, del económico al cultural, del comercial al de seguridad, del financiero al educativo.
Y Londres desempeña un papel primordial en ese entramado tan denso y provechoso de nuestras relaciones bilaterales. Recuerdo con especial cariño la visita que realizamos juntos a esta gran ciudad hace ahora casi cinco años, con la especial ocasión de los Juegos Olímpicos. Tuvimos entonces oportunidad de disfrutar de su belleza y de la impecable organización británica. Aquí fuimos testigos del legítimo orgullo de su pueblo por los éxitos deportivos del país.
Pero, por supuesto, también guardo con gran estima muchos recuerdos de mi infancia y juventud y otros más recientes de mis visitas a este país, y especialmente a la querida ciudad de Londres.
Londres es uno de los principales referentes económicos, comerciales y tecnológicos del mundo, es el principal motor económico del Reino Unido y un centro financiero de primer orden. Quiero por ello resaltar la labor de muchos de los asistentes a esta cena, cuyo trabajo en aspectos como el desarrollo del gobierno corporativo, la transparencia, la defensa de los derechos de los accionistas o la protección a los inversores minoritarios, junto con el avanzado desarrollo del sector de servicios adicionales, ha convertido a Londres en la principal plaza financiera de Europa y una de las más consolidadas del mundo.
Estas virtudes, junto con la gran apertura al exterior y las facilidades para hacer negocios, han hecho que España haya elegido al Reino Unido como su mayor destino para la inversión directa en el exterior, con un volumen superior a los 82.000 millones de euros en 2015. Casi un tercio de esa cifra está concentrado en el sector financiero. Nuestros bancos tienen un peso muy significativo en este mercado y han sabido incorporar los hábitos y usos británicos.
El sector financiero, como saben, ha experimentado en España una profunda transformación tras la grave crisis económica de los últimos años. Hemos superado las dificultades gracias a las reformas que se han emprendido, especialmente en este sector. Ha mejorado sustancialmente el acceso al crédito, por lo que los bancos españoles contribuyen al crecimiento de la economía a través de la financiación de proyectos empresariales solventes, que generan riqueza y empleo.
España es también un importante destino para la inversión británica. En 2015, el Reino Unido fue el segundo país inversor, con más de un 12% del total de la inversión extranjera que recibimos.
En los últimos años, el Reino de España se ha convertido en el decimotercer mayor inversor del planeta, y en América Latina somos el segundo inversor extranjero, solo por detrás de los Estados Unidos. Todo ello es consecuencia del decidido proceso de internacionalización de nuestras empresas. La economía española es hoy la que más crece entre los grandes países del euro: en 2016 el PIB español aumentó un 3,2% y la fuerza del crecimiento se está dejando notar también en esta primera parte de 2017. Este escenario ofrece grandes oportunidades para estrechar aún más los vínculos entre nuestros dos países, conscientes siempre de que el crecimiento económico tiene como última meta el progreso, el desarrollo y la cohesión de nuestras sociedades, creando riqueza y generando empleo para los ciudadanos. Les animo a situar a España con mayor intensidad aún en sus listas de destino para invertir, o bien a intensificar su presencia en nuestro mercado y reforzar así nuestras relaciones bilaterales a un más alto nivel, si cabe.
"...Without any doubt, the building in which we stand is a symbol of your nation’s institutional genius, renowned worldwide, and of your open and welcoming spirit, which has always been a hallmark of your society. The foundations of this distinguished institution were laid upon the ancient amphitheatre of Roman Londinium. This reminds us of the ancient and deep roots of the European space that we share, and reaffirms our conviction that this City and the United Kingdom have been, and will continue to be, an essential part of Europe..."
Unas relaciones que son tan sólidas como positivas, sustentadas en una larga historia compartida y en vínculos humanos de extraordinaria riqueza que siempre han ligado a nuestras sociedades. No en vano, al hablar de Gran Bretaña y España estamos señalando a dos de los países que, a lo largo de los siglos, más hicieron por globalizar el mundo y así abrir nuevas fronteras para el hombre.
Specifically, the City of London —this great financial city— has been key to the modern-day expansion of the enlightened ideals that drove the world’s progress through freedom of the press and free trade. This has been one of the City’s major contributions to the world, and that is why its name is recognized the world over.
The City itself has witnessed the strong ties that, as I mentioned, bind the people of Spain and the United Kingdom. In the Middle Ages, trade between London and Spanish cities and ports such as Seville, Corunna and Santander was crucial to the economies of both our nations. The Monarchs of England and of Castile, aware of the importance of those commercial flows, exchanged a great many letters of safe-conduct to protect their merchants. In those days, Castilian wool and Andalusian wine were two of the most sought-after Spanish products in the British Isles, and since then, Spain has always been present in the City of London.
I cannot but welcome the fact that in recent years this presence has increased considerably, covering practically all the sectors moving and working in this economic and financial hub of the globalized world.
It so happens, by one of those coincidences resulting from our rich shared history, that a little more than 112 years ago —on 7 June 1905— my great-grandfather, King Alfonso XIII, was welcomed in this very building, on a State Visit to the United Kingdom at the invitation of King Edward VII. A very important visit in many senses…, as very soon after he would marry a British Princess, my great-grandmother, Victoria Eugenie of Battenberg, known as Princess Ena.
My parents, King Juan Carlos I and Queen Sofía, also visited this Corporation in 1986, during a State Visit at the invitation of Her Majesty Queen Elizabeth II. The visit took place the same year that Spain joined what was then the EEC, the European Economic Community. This had long been an aspiration of the Spanish people, as we sought to ground our fledgling democracy in the heart of the European project, based on the values of freedom and democracy, of a social State under the rule of law, and the free market.
More than three decades later, the country that Queen Letizia and I proudly represent is, thanks to the efforts of several generations of Spaniards, a modern and inclusive Spain, a country that is open and fully democratic, proud of its plurality and of its diversity; A thriving and vibrant Spain, which continues to further the European project in order to address the challenges of the 21st century.
I feel it important to reiterate that all of this has been thanks to the efforts of my fellow countrymen and women, many of whom are today established in this financial city and throughout the United Kingdom, working for Spanish or British companies, in your nation’s National Health Service, or at one of its many prestigious educational, cultural, scientific and sporting institutions. And here, I would like to remember Ignacio Echeverría, who heroically gave his life during the recent terrorist attack in London.
Likewise, hundreds of thousands of Britons live in Spain, thus enriching the relationship between our citizens, the ties between our societies, with a human bedrock that underpins the entirety of our bilateral relations. Therefore, I urge the British and Spanish governments to continue working tirelessly so that the agreement between the European Union and the United Kingdom on the United Kingdom’s withdrawal may give our citizens the necessary assurances and certainty.
Without any doubt, the building in which we stand is a symbol of your nation’s institutional genius, renowned worldwide, and of your open and welcoming spirit, which has always been a hallmark of your society. The foundations of this distinguished institution were laid upon the ancient amphitheatre of Roman Londinium. This reminds us of the ancient and deep roots of the European space that we share, and reaffirms our conviction that this City and the United Kingdom have been, and will continue to be, an essential part of Europe.
I shall conclude by raising my glass to the Lord Mayor and the City of London Corporation, with my best wishes and our most heartfelt congratulations and gratitude for this wonderful evening.