Skip Ribbon Commands
Skip to main content
Activities and Agenda
  • Listen it
  • Imprimir la página
  • Send to a friend
  • Suscribe to RSS
  • Share it on Facebook
  • Share it on Twitter
  • Share it on Linkedin

Palabras de Su Majestad el Rey en la apertura del Curso Universitario 2018/2019

Universitat Politècnica de València , 9.25.2018

<em>Molt Honorable President, em complau estar novament a València, en esta estimada Comunitat sempre dinàmica, emprenedora i solidària.

I m'alegra molt que, en esta ocasió, ens convoque ací l'obertura formal del Curs Universitari per a tota Espanya, en la Universitat Politècnica de València, que és un referent d'esta Comunitat Autònoma en matèria d'educació superior. Per tant felicitats als valencians, i particularment als hòmens i dones que vos considereu part de la Universitat Politècnica de València. Y també moltes felicitats pel vostre cinquente Aniversari. Gràcies per acollir-nos i per la vostra generositat.

Señoras y Señores,
Este contexto solemne, las intervenciones que acabamos de escuchar, y las aspiraciones y buenos propósitos que contienen o simbolizan, ponen de relieve la trascendencia de la formación universitaria en la evolución de cualquier país, en su proyección internacional y en la cohesión entre sus ciudadanos. Y, en definitiva, en su futuro.

Como es bien sabido, este año, el 6 de diciembre, celebramos el 40 aniversario de la nuestra Constitución, la de todos, la Constitución Española de 1978. Quiero hoy resaltar esa próxima conmemoración porque, precisamente, el sistema universitario español desarrollado en nuestro Estado democrático ha constituido y se ha convertido en un elemento clave para afianzar y fortalecer el progreso económico, el avance cultural y social experimentado por nuestra sociedad durante las últimas décadas, así como la conexión de nuestra juventud y de nuestra comunidad académica con Europa y el mundo.

Tales logros objetivos, tangibles, han sido posibles porque la Universidad española ha cumplido con su misión, que es la de formar ciudadanos, generar conocimiento e investigar.

Tenemos, pues, muchos motivos para estar orgullosos de la educación superior en España, aunque siempre debemos trabajar para que mejore, para que no pierda impulso y para su permanente adecuación a los tiempos. Su prestigio es también el prestigio de España.

Esta tarea es hoy más necesaria que nunca, porque nadie puede entender una universidad encerrada entre sus propios muros, ni una sociedad que ignore la función de una universidad en el siglo XXI. España no puede permitirse que su educación superior se quede atrás. Muy al contrario, la universidad debe ir siempre por delante ofreciendo caminos y vías de progreso a la sociedad a la que sirve. Esa es la responsabilidad que tiene con los ciudadanos. Un país con una universidad sólida tiene ganada buena parte de su futuro y amplía su capacidad para lograr en él metas cada vez más ambiciosas.

"...La investigación colaborativa con empresas, de forma que se establezcan sinergias entre las capacidades de los grupos de investigación y las necesidades del tejido productivo, es otra de las características propias de la universidad del siglo XXI. Esto, además de acercar la actividad investigadora a la sociedad, promueve que España avance en el objetivo ─que, estoy seguro, todos compartimos aquí─ de convertirse, cada día más, en una sociedad basada en el conocimiento y la innovación..."

En este sentido, hay que reivindicar la cualidad que es consustancial a su propia definición y razón de ser: su universalidad, especialmente en un mundo crecientemente interdependiente, interconectado, globalizado, como ahora se dice. Cada vez hay menos barreras o fronteras que puedan frenar la difusión del conocimiento, y debemos trabajar para eliminar o derribar las que aún persisten.

Por otra parte, debemos también reconocer el papel insustituible que los centros universitarios desempeñan en los entornos económicos y sociales más cercanos de los lugares donde se ubican. No solo por su función básica de promoción del pensamiento y del conocimiento, sino por su impacto económico, sobre todo cuando entra en conexión con la actividad empresarial. Porque, como bien sabéis aquí en la UPV, si esa conexión está bien diseñada y trabada, será fuente segura de riqueza y de empleo, unos resultados básicos y necesarios para lograr siempre mayores niveles de cohesión social.

Así, debemos situar el papel de la Universidad en el lugar prioritario que le corresponde ─y requiere─ en el plano social y político de nuestro país, ya que la formación universitaria española, que ha alcanzado grados evidentes de excelencia ─como lo demuestra la labor de nuestros profesionales universitarios en todo el mundo─, es al mismo tiempo una de las más accesibles para el conjunto de la ciudadanía; un aspecto que debe contribuir de forma clara y sólida a disminuir las desigualdades sociales.

Señoras y señores,
En un día y ocasión como esta que compartimos hoy, no quiero dejar de poner el foco sobre la importancia de la investigación, de la innovación basada en el conocimiento, y de la transmisión de ese conocimiento y avances logrados, pues estos factores forman parte del ADN de la institución universitaria.

De hecho, aproximadamente el 60% de la producción científica española se realiza en las universidades, o en colaboración con las universidades, lo que evidencia la necesidad de impulsar y favorecer siempre una investigación vinculada a la docencia. La investigación colaborativa con empresas, de forma que se establezcan sinergias entre las capacidades de los grupos de investigación y las necesidades del tejido productivo, es otra de las características propias de la universidad del siglo XXI. Esto, además de acercar la actividad investigadora a la sociedad, promueve que España avance en el objetivo ─que, estoy seguro, todos compartimos aquí─ de convertirse, cada día más, en una sociedad basada en el conocimiento y la innovación.

En este contexto, me importa mucho decir que no debemos olvidar el enorme valor de la investigación desarrollada en el ámbito de las Ciencias Sociales y Jurídicas, y en el de las Artes y Humanidades. Pues estas disciplinas están imbricadas en los valores fundamentales que sustentan las sociedades democráticas y, en nuestro caso, también hacen que las universidades españolas sean conocidas y reconocidas en el todo el mundo.

Termino estas palabras subrayando que la búsqueda de la excelencia y su traslación a las aulas, a los estudiantes y, por ende, al conjunto de la sociedad, es la esencia de la actividad diaria ─muchas veces callada y no siempre reconocida─ de todos los profesionales de la Universidad. No solo de los docentes y de los cuadros directivos, sino también del comprometido personal de administración y servicios cuya labor es imprescindible para ofrecer un servicio de calidad en la educación superior de nuestro país.

Animo a todos a sumar fuerzas y voluntades para que nuestro sistema universitario siga contribuyendo al progreso de España, con solidez, con estabilidad y con la capacidad de, sin perder nuestras raíces, estar siempre en vanguardia.

Muchas gracias. Y ahora me cabe el alto honor de declarar oficialmente inaugurado el Curso Universitario 2018-2019.

Back to Speeches
  • Listen it
  • Imprimir la página
  • Send to a friend
  • Suscribe to RSS
  • Share it on Facebook
  • Share it on Twitter
  • Share it on Linkedin

Activities