A la Reina y a mí nos alegra muy especialmente volver a encontrarnos con vosotros, ocho años después de nuestra última visita al Perú, entonces como Príncipes de Asturias.
Hoy, tanto como en aquella ocasión, me dirijo a vosotros con un sentimiento de profunda gratitud hacia quienes mostráis los mejores valores de la sociedad española, contribuyendo con admirable tesón al desarrollo y la modernización de la hermana Nación peruana.
Muchos habéis nacido aquí, hijos y nietos de quienes dejaron España con un equipaje seguramente ligero, pero lleno de ilusiones y esperanza. Permitidme trasladaros el sentimiento de legítimo orgullo que como Rey de España me produce escuchar que en el Perú se os valora y aprecia con sincera admiración. Os habéis ganado el respeto y la simpatía de una Nación que os recibió con la mano tendida, muestra de la generosidad que caracteriza al pueblo peruano, y que vosotros habéis recompensado, contribuyendo con verdadera dedicación a su prosperidad y progreso.
"...Muchos habéis nacido aquí, hijos y nietos de quienes dejaron España con un equipaje seguramente ligero, pero lleno de ilusiones y esperanza. Permitidme trasladaros el sentimiento de legítimo orgullo que como Rey de España me produce escuchar que en el Perú se os valora y aprecia con sincera admiración. Os habéis ganado el respeto y la simpatía de una Nación que os recibió con la mano tendida, muestra de la generosidad que caracteriza al pueblo peruano, y que vosotros habéis recompensado, contribuyendo con verdadera dedicación a su prosperidad y progreso..."
Y, al mismo tiempo, habéis sabido conservar y enriquecer vuestros vínculos con España, no solo por vuestros permanentes lazos familiares, sino también por la actividad fructífera de instituciones y asociaciones que habéis creado y animáis de manera altruista -especialmente el Centro Español y los diferentes Centros Regionales-. Quiero destacar también vuestra participación comprometida en el Consejo de Residentes y la manera desinteresada con la que ayudáis a nuestros compatriotas menos afortunados.
En tiempos más recientes, España también ha tenido la oportunidad de acoger a decenas de miles de familias peruanas que, con el mismo entusiasmo que vosotros aquí, han contribuido a la recuperación de nuestra economía después de años difíciles. Juntos, españoles y peruanos, hemos trabajado en la defensa de principios y valores, objetivos y prioridades que nos permiten gozar, aquí y allá, de sociedades más incluyentes, justas, prósperas y solidarias. Si los momentos difíciles nos han dejado una lección, es que los españoles tenemos vigor e ímpetu para salir robustecidos ante las adversidades, que el marco de convivencia establecido por nuestra Constitución nos sitúa entre los países más avanzados y en el que la riqueza y diversidad de España trasciende sus fronteras gracias a todos vosotros.
Vaya mi admiración también a cuantos habéis venido al Perú guiados por un compromiso de solidaridad con los sectores más necesitados de ayuda. Desde la sociedad civil, las órdenes religiosas, o las administraciones central, autonómica y municipal, numerosas organizaciones y compatriotas llegados de los más diversos rincones de España dedicáis vuestro esfuerzo desinteresado a los sectores más vulnerables de la población, promoviendo el respeto a los Derechos Humanos y a la dignidad de la mujer, trabajando en la recuperación y reconstrucción de las comunidades que han sufrido el azote del Niño Costero, colaborando en la preservación del valioso patrimonio cultural que distingue y enriquece a esta Nación de tradiciones milenarias, o impulsando la integración laboral de jóvenes con discapacidad física. A todos los que de esta forma honráis las mejores virtudes y valores del ser humano, os saludamos con auténtico respeto y admiración.
Queridos compatriotas, vuestra contribución al desarrollo y modernización de la Nación peruana tiene también una formidable expresión en el ámbito de la economía y de la empresa. Vuestra confianza y compromiso con el Perú ha permitido la creación de centenares de miles de puestos de trabajo y, además de representar una notable contribución a la hacienda pública de este país, se ha convertido en un pilar fundamental del crecimiento sostenido de la economía peruana y una aportación muy significativa a la creciente prosperidad de esta Nación hermana.
Desde vuestros ámbitos respectivos, ya sean el empresarial o el artístico, el religioso o el cultural, el educativo o el de la cooperación, todos estáis haciendo España en el corazón de América.
Muchas gracias.