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Palabras de S. M. el Rey en la entrega de la XXXVI edición de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España y la XV edición del Premio Don Quijote de Periodismo

Casa de América. Madrid , 4.30.2019

Me alegra mucho asistir a esta nueva edición de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España, y del Premio Don Quijote de Periodismo, que, una vez más, se entregan en esta querida Casa de América; una institución que permanentemente mira y siente a Iberoamérica y en la que tantas naciones hermanas con las que compartimos lengua, cultura e historia tienen su hogar cultural común en la capital de España.

Y me alegra por muchas razones: por encontrarme de nuevo con muchos de los presentes, por ese vínculo especial y privilegiado que compartimos los iberoamericanos y todos los hispano y lusoparlantes; y, naturalmente, porque estos galardones, promovidos por la Agencia Efe y la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), reconocen labores informativas concretas en las que el rigor informativo, la excelencia y la vocación de servicio a los ciudadanos son elementos distintivos de la labor profesional periodística; labor tan fundamental en el mundo de nuestros días caracterizado por una globalización que alcanza de manera singular al ámbito de la comunicación y de la información.

Estos Premios ponen de relieve la pujanza del periodismo en español y en portugués en todos los continentes; y en esta ocasión, como en otras ediciones anteriores, se han reconocido trabajos señeros de profesionales de numerosos países ligados por nuestras dos grandes lenguas ibéricas. Trabajos que, como hemos podido ver, han señalado graves crisis políticas y sociales, han abordado heridas dolorosas de la historia, han denunciado fenómenos de corrupción y delictivos, han puesto en evidencia el sufrimiento migratorio y tragedias medioambientales, o han ensalzado expresiones de la mayor solidaridad.

Mi enhorabuena a todos los premiados por su calidad, su sensibilidad y su buen hacer. Deseo sinceramente que este reconocimiento actúe como un verdadero incentivo para seguir impulsando el mejor periodismo en español y en portugués en todos los países donde nuestros idiomas son hablados, contribuyendo así a fortalecer un extraordinario ámbito de entendimiento y comunicación que abarca diferentes regiones del mundo. Y, en este sentido, felicito a las instituciones convocantes, y a los patrocinadores, por esta apuesta tan importante y tan llena de futuro.

Señoras y señores,
La información, el periodismo, nos confronta de manera permanente e intensa con una actualidad compleja y cambiante, y en este contexto, es el buen periodismo el que favorece el desarrollo del espíritu crítico en individuos y sociedades: ese sentido que nos capacita para distinguir y discriminar en la cantidad inabarcable de datos, informaciones y opiniones.

Por eso es tan importante tener presente la función social que desempeñan los periodistas al servicio de los ciudadanos, una labor que debe llevarse a cabo desde la independencia y el conocimiento profundo del contexto en el que en cada momento nos encontramos. Las nuevas generaciones confían en la capacidad y la trascendencia de la comunicación y, así, buscan también identificar contenidos acordes con los mejores valores de la sociedad. Cada vez más, es importante saber escuchar con atención para, después, poder contar con precisión.

"...Es muy importante rescatar el espíritu del mejor periodismo clásico y reforzar aquello que más tiene que ver con lo nuclear de la profesión: la formación humanística, la capacidad crítica, la inteligencia de saber preguntar, la capacidad de ver las cosas de forma diferente...."

En la actualidad, es evidente que la comunicación digital seguirá siendo, con los nuevos y diferentes formatos innovadores que aparecen continuamente, una forma de mantener el flujo constante de información. Y ante ese nuevo paradigma, los medios de comunicación deberán lanzar nuevas estrategias con el objeto de profundizar en las relaciones con los distintos actores sociales, y siempre con el deber de regirse por firmes valores como la veracidad, el rigor, la credibilidad, la profesionalidad y la imparcialidad.

En este contexto, cada día se percibe como más necesaria una mayor “personalización” en las noticias. Las audiencias necesitan y demandan conocer quién produce la información o quién está involucrado en la producción. Al tiempo que es preciso encontrar la simbiosis necesaria entre la actualización tecnológica y la preservación de los valores periodísticos tradicionales, porque es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan la escuela, la universidad y las empresas periodísticas.

No resulta ya suficiente el dominio de las herramientas multimedia; es necesario también continuar enseñando y difundiendo los valores, las estrategias y los principios esenciales del periodismo, reflejo de su credibilidad, que propicien el hábito de lectura y el interés por lo que ocurre a nuestro alrededor.

Y a este propósito podrá contribuir la recuperación de la esencia del buen periodismo, un periodismo que no genere dudas, que ofrezca relatos sólidos, comprobados y que den garantías a los ciudadanos de que lo que se está contando está suficientemente contrastado.

En este sentido, el mejor periodismo debe dedicar igualmente los mayores esfuerzos −y ya lo está haciendo− a luchar contra las noticias falsas, no solo por una elemental cuestión ética sino porque el falseamiento de la realidad distorsiona injustamente la opinión de las personas. Quería valorar los pasos que, en esta dirección, ya se están dando y felicitarnos por ello.

De este modo, como decía, es muy importante rescatar el espíritu del mejor periodismo clásico y reforzar aquello que más tiene que ver con lo nuclear de la profesión: la formación humanística, la capacidad crítica, la inteligencia de saber preguntar, la capacidad de ver las cosas de forma diferente.

Señoras y señores,
Sin duda, un buen ejemplo de todo lo que estamos diciendo son los Premios que hoy nos han convocado. Y, en este sentido, quiero felicitar especialmente a uno de sus convocantes, la Agencia EFE, por su labor como primera agencia del mundo en español y por la efeméride que este año celebra. Pues este 2019 cumple 80 años de historia durante los que se ha convertido en sinónimo de periodismo de calidad, profesional, imparcial y riguroso, acreditado por una red de periodistas mundial, donde más de tres mil profesionales de 60 nacionalidades trabajan en más de 120 países.

Y termino ya. Reitero mi enhorabuena a los Premiados por estos galardones que muestran la excelencia del periodismo hispanohablante y lusófono en todas sus facetas y soportes. Gracias, en nombre de todos, por vuestro trabajo valiente y por el compromiso que demuestra con el ejercicio de una prensa libre que contribuye cada día a la construcción de sociedades más informadas y, por ello, más justas y democráticas.

Muchas gracias.

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