Constituye para mí un gran orgullo hacer entrega de esta Bandera, símbolo de la Patria, a la fragata que lleva mi nombre.
En ella se funden a un tiempo el pasado más glorioso y el futuro más esperanzador, porque bajo sus pliegues se acogen lo mejor de las generaciones que ya hicieron historia, junto al impulso vital y optimista de la juventud española, en un constante ideal de servicio a España.
Hace tan sólo dos días he tenido oportunidad de dirigirme a insignes profesores y estudiosos de los Derechos Humanos en la vecina y fraternal isla de Tenerife, para reflexionar sobre la doble relación derecho-deber. A vosotros, además de felicitaros muy sinceramente por ejercer cada día con ilusión el derecho más apasionante de cualquier marino, surcar los mares bajo una estela de libertad, quiero recordaros el deber permanente de entrega y apoyo generoso a nuestra sociedad.
Es desde el cumplimiento más exacto de vuestro deber como marinos, ya sea en paz o en guerra, como mejor debéis honrar esta Bandera de Combate que hoy recibís. Ella ha de ser para vosotros un símbolo de libertad, de justicia y solidaridad que habéis de llevar con orgullo en todas las misiones que os corresponda desempeñar, cumpliendo así los ideales de servicio y sacrificio tan tradicionales en la Armada española.
Con la seguridad de que la fragata “Reina Sofía” cumplirá siempre con honor su misión, y con la emoción que provoca en mí este acto, os hago entrega de vuestra Bandera de Combate.