Buenas tardes a todos, espero que se encuentren bien. Es un gran placer saludarles, y lo hago muy cordialmente, aunque sea a distancia. Vaya por delante el mensaje de pésame y solidaridad.
Muchas gracias por la invitación y por la organización de esta reunión virtual con el Consejo de Empresarios Iberoamericanos, durante la que he podido escuchar a los presidentes de las patronales, miembros del CEIB. Gracias en especial a la CEOE, por sus mensajes interesantes, realistas y esperanzadores, querido Presidente, Antonio Garamendi, y la SEGIB, querida Secretaria General, Rebeca Greenspan, por vuestro esfuerzo y vuestro compromiso.
El lema de esta importante reunión, “Más Iberoamérica. Nuestra Empresa Común”, no es casual. Refleja la apuesta decidida de todos por apoyar más que nunca a esta gran Comunidad, a esta gran Región, en la que los empresarios y sus organizaciones representadas en el CEIB, bajo el paraguas de la Organización Internacional de Empleadores, OIE, estáis desempeñando un papel decisivo. Especialmente en momentos como los que atravesamos debido a la pandemia del Covid-19.
Aprovecho esta ocasión también para felicitar a la OIE en su primer centenario, que cumple precisamente este mes.
Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno son un marco más que idóneo y con una trayectoria muy consolidada para fortalecer las relaciones de carácter institucional entre los países iberoamericanos. Estas reuniones al más alto nivel han adquirido cada vez aún mayor peso, transversalidad y, por tanto, relevancia, con la presencia creciente de los empresarios y sus organizaciones representativas a través de los Encuentros Empresariales Iberoamericanos que en el entorno de las propias cumbres o en ocasiones específicas organizan la SEGIB y el CEIB. Es muy notable todo el trabajo que de ellos emana y el que realizan como seguimiento de los mandatos de la Cumbres. Sois un claro ejemplo del buen funcionamiento de la colaboración público-privada y de sus positivos efectos para la sociedad.
Como sabéis, durante este tiempo he seguido muy de cerca el estado de situación y las medidas que se han tomado desde todos los ámbitos de la sociedad española con el fin de hacer frente a la emergencia sanitaria y, también, a la crisis económica y social que está generando en nuestro país; y que, de maneras ─o con intensidades─ distintas está afectando ya seriamente en tantos lugares del mundo.
"...Necesitamos una Iberoamérica más unida, con mayor ambición; una Iberoamérica mucho más consciente de sus nexos y oportunidades como una de las grandes regiones del futuro, que está cimentada y sostenida por factores tan evidentes como nuestro capital humano -las generaciones más formadas de nuestra historia-, y ventajas como sus recursos naturales; pero, sobre todo, por una cultura compartida y un elemento fundamental que nos une: nuestras grandes lenguas afines, el español y el portugués..."
Y, por supuesto, dados los vínculos afectivos, culturales y económicos que nos unen a Iberoamérica, también tengo el mayor interés en conocer y compartir cómo estáis viviendo y afrontando esta pandemia en la Región, escuchando de primera mano la voz de los empresarios que tanto os habéis visto afectados en esta crisis, y que sois unos de los principales protagonistas de la futura recuperación.
Ya he dicho en más de una ocasión que “por nuestro pasado y presente, nuestras relaciones culturales y económicas son y serán siempre muy fuertes”. Y ahora añado que lo deben ser más aún en situaciones de extremada dificultad como la que vivimos actualmente, debido e esta pandemia mundial.
La evolución de esta crisis sanitaria, la propagación del virus y de la enfermedad que produce no está siendo paralela en el tiempo entre nuestros países. Como hemos comprobado durante estos pasados tres meses, la pandemia se ha extendido y desarrollado antes en Europa y en la propia España, que en el resto de Iberoamérica. Por ello, creo que la experiencia acumulada por nuestras instituciones y profesionales durante los últimos meses os puede ser de utilidad. Como país hermano, nos ponemos a vuestra disposición para colaborar en estos momentos tan complejos y dolorosos.
Señoras y Señores,
Necesitamos una Iberoamérica más unida, con mayor ambición; una Iberoamérica mucho más consciente de sus nexos y oportunidades como una de las grandes regiones del futuro, que está cimentada y sostenida por factores tan evidentes como nuestro capital humano ─las generaciones más formadas de nuestra historia─, y ventajas como sus recursos naturales; pero, sobre todo, por una cultura compartida y un elemento fundamental que nos une: nuestras grandes lenguas afines, el español y el portugués, que vertebran un gran espacio multinacional de 800 millones de personas en una treintena de países de todos los continentes. Y debemos retener con nosotros todo ese talento que es el futuro de las generaciones venideras.
Hoy quiero aprovechar esta oportunidad para enviar también un mensaje lleno de ánimo a los empresarios iberoamericanos, que están viviendo con esfuerzo y entereza las actuales circunstancias. Tradicionalmente habéis contado con el apoyo de la Administración española y su política de Estado, que apuesta firme y sostenidamente por las relaciones económicas y comerciales con América Latina, como lo demuestran los numerosos acuerdos y convenios firmados con los países iberoamericanos, así como la densa red de intercambios, de cooperación técnica y de diálogo institucional que se han conformado en las últimas décadas en el plano bilateral y el regional, especialmente en el marco de la Comunidad Iberoamericana, de su sistema de cumbres y del impulso de la SEGIB.
Por ello, permitidme que al terminar mis palabras destaque la importancia de seguir trabajando por la continuidad de toda esa gran obra y su potenciación, así como por la defensa de una economía abierta, en la que los intercambios permitan a todos los agentes beneficiarse de la especialización internacional y de las cadenas globales de valor. Y de este modo, los empresarios seguiréis realizando una labor fundamental en beneficio del conjunto de la sociedad, creando riqueza y generando puestos de trabajo en todos nuestros países.
Y, finalmente, quiero, una vez más, subrayar nuestro empeño compartido de alcanzar, con el compromiso de todos, un Espacio Iberoamericano más próspero y cohesionado, más innovador, y más sostenible e inclusivo.
Muchas gracias. Cuídense mucho y mantengamos la esperanza de volver a vernos de manera presencial muy pronto, pero mientras tanto felicidades por todo el trabajo y mucho ánimo y gracias por perseverar, superar esta pandemia y crisis y lograr nuestros grandes anhelos para la región y cada una de nuestras Naciones.