Cambiamos de lugar, nos adaptamos a las condiciones que la Covid-19 nos exige, y seguimos adelante. Y lo hacemos sin olvidarnos de los que están sufriendo más directa o cercanamente la enfermedad; ni de los que ven mermados sus planes, o en riesgo sus esfuerzos de muchos años, sus ilusiones o proyectos de vida.
Por eso es tan importante cuidarnos y cuidar a los demás, y preservar al máximo lo que compartimos; no solo la economía, nuestra industria y nuestros servicios, sino también el medio natural o el soporte que permite que podamos vivir, que nos da con qué hacerlo y las condiciones apropiadas para que todo ello sea posible. La pandemia pasará, pero los retos subyacentes, sociales, económicos y medioambientales continuarán.
Para todo ello debemos recabar y aplicar todo el talento y el conocimiento posible que nos da la inteligencia individual y colectiva; como también toda la solidaridad necesaria que nos hace sentirnos una auténtica comunidad.
Y a eso venimos y nos convoca hoy esta nueva edición de los Premios Europeos de Medio Ambiente a la Empresa 2020. Para mí, como sabéis después de tantos años, es un enorme placer acompañaros y un honor presidir este acto.
Además de reconocer y destacar el compromiso del sector empresarial con el cuidado y la protección del medio ambiente, nos muestra con excelentes ejemplos que las empresas españolas avanzan con determinación hacia la transición ecológica y son pieza clave en la llamada recuperación verde. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas marcan de forma clara el rumbo y, así, muchas empresas han asumido un papel decisivo –incluso de liderazgo− en este momento de cambio, al descubrir que la apuesta por la sostenibilidad puede llegar a ser más productiva para su propia actividad, mientras beneficia también a lo común, lo que compartimos.
El contexto actual, con preocupantes efectos que está provocando la COVID-19, plantea la necesidad de un modelo económico más sostenible en el que el progreso y la salud del planeta sean siempre compatibles.
Es bien conocida la progresiva degradación del medio ambiente y de los recursos naturales en muchas partes del mundo, así como la emergencia climática. Somos las primeras generaciones que cuentan con la información necesaria para realizar cambios en esa dirección. Los científicos lo han señalado con claridad y determinación. Y no es suficiente que en unos lugares corrijamos y podamos hacer mucho, si en otros agravamos los daños.
Nuestro mundo es finito y las sociedades -con sus economías- deben adaptarse a los nuevos entornos, buscando fórmulas de consumo y de producción que aseguren un verdadero desarrollo sostenible; que dañe menos, que repare lo posible y que procure elevarse siempre a mayores niveles de civismo y de responsabilidad.
"...Nuestro mundo es finito y las sociedades -con sus economías- deben adaptarse a los nuevos entornos, buscando fórmulas de consumo y de producción que aseguren un verdadero desarrollo sostenible; que dañe menos, que repare lo posible y que procure elevarse siempre a mayores niveles de civismo y de responsabilidad. Un desarrollo que nos haga mejores y que, en definitiva, permita la satisfacción de “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”, tal y como definió la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1987..."
Un desarrollo que nos haga mejores y que, en definitiva, permita la satisfacción de “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”, tal y como definió la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1987.
Y en este contexto, quiero agradecer al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico su implicación y su buen trabajo con estos premios. Unos premios inspiradores y cuyos principios, valores y objetivos son cada vez más reconocidos por el conjunto de la sociedad.
Las empresas -nadie lo duda- desempeñan un papel clave en todas las economías, como lo hacen en la española. Pero además de crear empleo y generar riqueza, de proveernos con mejores productos y servicios, y de ser factor fundamental de innovación y modernización, también tienen un papel dinamizador de buenas prácticas, de valores y en la construcción del espacio público y de convivencia.
Cada vez más firmas de nuestro país están mostrando liderazgo y capacidad de decisión para superar los modelos tradicionales e incorporar a su visión y estrategia objetivos de responsabilidad social y de buen gobierno. Sin duda, los ciudadanos son día a día más conscientes de estos valores, especialmente las jóvenes generaciones. Las empresas estáis a la vanguardia en la identificación de soluciones innovadoras, en la promoción de cambios de comportamiento, en el impulso del cambio en vuestras operaciones directas y en la cadena de valor, y habéis adquirido un compromiso con verdadera sensibilidad y visión de futuro.
Enhorabuena y gracias por ello.
Y las empresas hoy premiadas sois un ejemplo de ello en muchos sentidos: unas, por pura vocación “verde” y otras por la capacidad que demostráis al reenfocar modelos de negocio hacia procesos y métodos de producción más sostenibles. Por eso, quiero daros mi más sincera felicitación a los representantes de todas ellas aquí presentes y, por supuesto, a través vuestro también a todos vuestros equipos y trabajadores. Es muy importante vuestro papel y vuestro ejemplo de compromiso activo con el medio ambiente.
También quiero recordar aquí y agradecer a las numerosas entidades -más de un centenar- que se han presentado a estos Premios Europeos en su sección española. Todos ellos destacan por su comportamiento ambiental. Les animo, como a los premiados, a perseverar en esa vocación y compromiso, y a seguir dando ejemplo.
Estoy seguro de que, gracias al esfuerzo y el compromiso de las empresas de nuestro país con los objetivos ambientales, nuestra sociedad y nuestra economía podrán encarar estos momentos tan difíciles con mayor fuerza.
Os animo también a que, al mismo tiempo que ponéis vuestras energías en superar este inmenso reto histórico frente a la pandemia y la grave crisis que está produciendo, continuéis con este liderazgo que hoy os reconocen estos premios, y sigáis siendo embajadores efectivos del medio ambiente en la sociedad, tanto aquí en España, como en Europa y todo el mundo.
Por todo, quiero transmitiros el afecto y gratitud de la Corona. Os deseo mucho éxito en el certamen europeo que sigue a este de hoy, donde estoy seguro de que vais a tener un nuevo y merecido reconocimiento.
Muchas gracias.