Buenas tardes,
Quiero comenzar mis palabras agradeciendo a José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, su hospitalidad al acogernos hoy aquí en la sede de esta emblemática institución, para celebrar la IV Cumbre de Internacionalización.
Gracias también a los presidentes de CEOE, Antonio Garamendi; de la Asociación Española de Directivos, Juan Carlos Gallego; del Club de Exportadores e Inversores Españoles, Antonio Bonet; y del Foro de Marcas Renombradas Españolas, Ignacio Osborne, vuestro trabajo conjunto, el de las cinco instituciones, en apoyo de la internacionalización de las empresas españolas.
La internacionalización es uno de los factores más relevantes para el crecimiento económico y para la generación de empleo en nuestro país. Lo dicen los que más saben, lo constatan los protagonistas, empresarios que salen al mundo a vender e invertir, y yo lo he visto y comprobado sobre el terreno durante muchos años y en muchos países. Siempre que es posible, en los viajes oficiales al extranjero procuro mantener reuniones o participar en actos donde pueda escuchar y atender los intereses y preocupaciones de las empresas españolas presentes en terceros países. Y aunque lo sepáis, permitidme que os reitere que siempre contaréis con todo mi apoyo.
Salir a trabajar los mercados exteriores nunca es un proceso fácil. Pero, en muchos casos, esta apertura o proyección hacia el exterior debería formar parte del ciclo de vida de la empresa, ya que le permite consolidar su crecimiento, ampliar sus mercados y aprovechar nuevas oportunidades, lo que a su vez redunda en una mayor riqueza y empleo en el país de origen, en España.
Porque, sin duda, dar ese paso al frente precisa coraje y valentía, porque implica un grado mayor de riesgo, algo innato en toda actividad empresarial, pero también mayores oportunidades. En ese proceso, los empresarios asumís esa responsabilidad de forma natural, pero sabéis lo importante que es sentir que contáis también con el apoyo de las Administraciones, con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y el ICEX a la cabeza.
Muchos de vosotros conocéis y habéis utilizado los instrumentos disponibles de la Secretaria de Estado de Comercio, a los que se ha referido la ministra. En este sentido, nuestra Administración ha hecho un esfuerzo de adaptación en este contexto de tanta incertidumbre provocado por la COVID-19 para estar cerca de las empresas y poder atenderlas en estos tiempos difíciles de confinamientos y de restricciones a la movilidad dentro y fuera de nuestras fronteras. Me gustaría destacar especialmente las casi 100 Oficinas Económicas y Comerciales de España distribuidas en todo el mundo, desde donde se trata de encontrar las vías apropiadas para facilitar la internacionalización de cualquier empresa española.
Como se ha señalado durante este acto, la internacionalización va a ser, nuevamente, uno de los grandes motores de recuperación de la economía española tras la crisis, en este caso generada por la pandemia. La búsqueda de nuevos mercados en el exterior fue una de las vías que permitió salir de la crisis de 2008, y confiamos en que, de nuevo, desempeñe un papel fundamental incluso ante las actuales tendencias proteccionistas en algunos mercados.
"...La internacionalización va a ser, nuevamente, uno de los grandes motores de recuperación de la economía española tras la crisis, en este caso generada por la pandemia. La búsqueda de nuevos mercados en el exterior fue una de las vías que permitió salir de la crisis de 2008, y confiamos en que, de nuevo, desempeñe un papel fundamental incluso ante las actuales tendencias proteccionistas en algunos mercados..."
España cuenta con empresas de gran prestigio internacional que han demostrado su buen hacer y su compromiso en el exterior. Tenemos ejemplos muy relevantes en infraestructuras, energía, transportes, telecomunicaciones, banca, seguros, textil o calzado…, y un largo etcétera, y nos sentimos muy orgullosos de su trayectoria y de la imagen que transmiten de nuestro país.
Permitidme deciros que los empresarios españoles estáis a una gran altura en el mundo y que merecéis el mayor apoyo y reconocimiento social e institucional. Como os decía antes, yo veo con frecuencia lo que hacéis ahí fuera: cómo os aprecian y cómo cuesta labrarse ese prestigio ante competencias implacables, sistemas regulatorios complejos y otros retos… Y por supuesto la dimensión es un factor importante pero no exclusivamente; lo son, sobre todo, vuestras capacidades de sacrificio, de lucha, de perseverancia y de afrontar nuevos retos, lo que se traduce al final en el éxito de la empresa internacionalizada.
Estos éxitos, de los que todos nos congratulamos, son además un exponente clave de la imagen e influencia de nuestro país en el exterior, de nuestro peso o contribución al crecimiento y desarrollo mundial. La empresa española contribuye pues, de manera muy relevante, a la Marca España.
Señoras y señores,
Hemos tenido la oportunidad de conocer hoy de primera mano los resultados del informe “Expansión internacional de la empresa española: un nuevo escenario global” elaborado por KPMG, en colaboración con las cinco instituciones que he mencionado al principio y con el apoyo de la Secretaria de Estado de Comercio, a través de ICEX España Exportación e Inversiones.
En ese informe se han destacado una serie de retos que las empresas españolas valoran como esenciales en el proceso de internacionalización en las circunstancias actuales. Ha resultado muy interesante escucharos en la mesa previa sobre cómo hacer frente a esos desafíos.
Queridos empresarios,
En un entorno como el actual, marcado por grandes incertidumbres difíciles de despejar y que, aun así –incluso a pesar de los frenazos por la pandemia−, continúa cambiando a mucha velocidad, debemos mantener nuestra presencia comercial e inversora en el exterior.
Están siendo tiempos muy complicados −sin duda−, pero la buena y estrecha relación público-privada que, de hecho, existe permitirá poner en marcha y reforzar las medidas necesarias para preservar el tejido exportador español y darle mayor capacidad de adaptación, de forma que se consolide, de nuevo, como pilar de crecimiento y generación de empleo de calidad.
También será un factor determinante de nuestra estrategia ante la recuperación −y para mantener o mejorar nuestras posibilidades de competir y de estar en vanguardia del desarrollo y del bienestar−, que hagamos lo posible para que nuestra apertura y las condiciones de nuestro mercado atraigan inversiones productivas y sensibles a los principales vectores de crecimiento futuro que España y el conjunto de la UE necesitan o buscan: la innovación y digitalización, la sostenibilidad ambiental y la inclusividad y cohesión social.
Estoy convencido de que las empresas españolas continuarán estando a la altura, como lo han hecho siempre, y de todos depende –Administraciones, Empresas y el conjunto de la sociedad− que, como país, España esté a la altura de los retos mundiales que hay planteados y del éxito y prestigio que todos anhelamos. Os animo a que sigáis apostando por la internacionalización de nuestra economía.
Muchas gracias.