Muy buenas tardes a todos. Siempre es una satisfacción grande venir a esta querida Casa de América y compartir con todos los presentes una celebración, en este caso, en la que se premia −y en la que rendimos homenaje− a profesionales del periodismo en la Comunidad Iberoamericana de Naciones y en los países con los que España mantiene vínculos históricos y relaciones culturales y de cooperación; profesionales que brillan hoy especialmente por los trabajos que aquí se destacan.
Es una fecha muy especial, como ya se ha mencionado: El 40 aniversario de estos Premios Internacionales Rey de España de Periodismo; que desde la 1ª edición −y cada año− nos revelan la excelencia de un oficio, el periodismo de calidad, trabajado con detenimiento, de largo recorrido, y en las dos lenguas ibéricas y de gran proyección global como son el español y el portugués; lenguas que suman aproximadamente 850 millones de hablantes en el planeta.
Asistimos, pues, a una importante cita con el periodismo de una parte muy considerable del mundo. Y son infinidad las historias y los hechos (entre premiados, finalistas y candidatos) que se han desvelado, divulgado o defendido en favor de las personas, de las sociedades…, en definitiva, también de las democracias, a lo largo de esta trayectoria de 40 años. Y hablando de democracia, permitidme recordar hoy una fecha histórica para España: las elecciones del 15 de junio de 1977; las primeras elecciones democráticas celebradas durante ese periodo fundacional que fue la Transición Política, y que están en la base y origen de nuestra Constitución.
La consolidación de estos premios es prueba, también, de la importancia del periodismo de excelencia en el mundo de hoy, para saber y conocer más y mejor lo que ocurre, lo que nos ocurre colectivamente y para tomar decisiones personales y participar en la mejora colectiva de nuestras sociedades y hacerlas mejores. Esta cita es pues una buena muestra, sin duda, de un proyecto y una tradición bien asentados gracias al empuje y a la visión de las instituciones organizadoras.
Celebramos hoy la excepcionalidad de 6 trabajos que han destacado por su labor de investigación, por la maestría en el manejo de los datos, por la creatividad y la oportunidad del relato, por ser historia viva, reciente, que aborda asuntos de actualidad y de calado, como son la defensa del medio ambiente, la salud de las personas, la integración social, la libertad personal y los Derechos Humanos, todos enormes desafíos para el mundo.
Es, por ello, un honor presidir la distinción a estos periodistas, aquí presentes, procedentes de Colombia, México y España, cuyos trabajos han sido seleccionados entre 133 candidaturas de 17 países; trabajos que impactan por la habilidad para captar una imagen en el momento preciso, para narrar la melancolía de los recuerdos o que reflexionan sobre la defensa de los derechos del individuo. Enhorabuena a todos los galardonados y a sus equipos y colaboradores, los principales protagonistas de la jornada. Gracias también a los miembros del jurado por su complicada labor.
"...la consolidación de estos premios es prueba, también, de la importancia del periodismo de excelencia en el mundo de hoy, para saber y conocer más y mejor lo que ocurre, lo que nos ocurre colectivamente y para tomar decisiones personales y participar en la mejora colectiva de nuestras sociedades y hacerlas mejores. Esta cita es pues una buena muestra, sin duda, de un proyecto y una tradición bien asentados gracias al empuje y a la visión de las instituciones organizadoras..."
Señoras y señores,
En este mundo nuestro, tan interconectado, complejo y acelerado, asistimos constantemente a revoluciones tecnológicas que, sin duda, constituyen importantes avances para el conjunto de la sociedad pero que también vienen a desafiar muy a menudo los valores y creencias consolidados.
En la era de la información, la desinformación es algo que preocupa de manera creciente y llega a influir excesivamente en los debates, los diagnósticos, la comprensión de los hechos y la toma de decisiones. Es necesario disponer de un espacio seguro y confiable para obtener información verificada, una fuente que pueda actuar como amortiguación contra tantas falsedades que se aprovechan de las redes sociales y otras plataformas digitales.
Vivimos igualmente momentos de experimentación y descubrimiento, por ejemplo, con la utilización de innovaciones tecnológicas de aplicación y uso en la vida diaria y en las redacciones. La respuesta a esta nueva realidad debe ser constructiva, teniendo en cuenta los riesgos, pero también la gran oportunidad de abordar algunos de los problemas que, por ejemplo, enfrenta el periodismo: llegar a audiencias más amplias, lograr una mayor participación y, lógicamente, contar con una financiación necesaria para poder mantener plantillas con periodistas bien formados y competentes.
El periodismo independiente es imprescindible, se refleja cada día y ha quedado demostrado de manera extraordinaria tras la sucesión de las últimas crisis y sus consecuencias, como la pandemia o la guerra por la agresión e invasión de Rusia a Ucrania.
El interés de las personas en las noticias depende en gran parte del buen ejercicio de la profesión periodística, un desafío fundamental en estos momentos del alza de la evasión selectiva de noticias: hay que conectar con personas que tienen acceso a una cantidad de contenidos “online” sin precedentes, concienciar a los más jóvenes para evitar o reducir su acceso fragmentado a las noticias, algo que les hace perder, así, el contexto clave.
La confianza lleva un tiempo transitando un camino descendente en algunos países y se necesitan sociedades más y mejor informadas. De ello depende la salud de la democracia y la esperanza de un mañana mejor.
Y en este sentido quiero aludir y señalar a los periodistas hoy galardonados, como ejemplo de profesionalidad y buenas narrativas, que nos ayudan a conectar, a entender y a reflexionar.
Muchas felicidades a todos ellos por este reconocimiento tan merecido. Y, por supuesto, enhorabuena a los organizadores, por este 40 aniversario, cifra que demuestra que las cosas se están haciendo bien.
Muchas gracias por ello; gracias a todos por la presencia aquí en Casa de América y, por favor, no dejen de contar, analizar, explicar y aclarar lo que ocurre. Es un gran, loable y necesario servicio a la sociedad.