Quiero comenzar mis palabras felicitando a todos cuantos formáis parte de la Intervención General de la Administración del Estado cuando se conmemoran sus 150 años de historia. Hace 10 años fue un honor presidir y celebrar con vosotros el 140 aniversario, todavía siendo Príncipe de Asturias, y me alegra mucho que una década después pueda volver a hacerlo ─ya como Rey─, en este otro aniversario tan especial.
No cabe duda de que el éxito de una organización se debe, fundamentalmente, a las personas que la componen, así que enhorabuena, porque a la extensa trayectoria y notoriedad de la IGAE habéis contribuido vosotros.
Desde el año 2000, aproximadamente, tengo la oportunidad de conocer a las nuevas promociones de interventores y auditores del Estado. La última que recibí fue la 22º, en 2023, en Zarzuela; y está todavía pendiente la 23º… Para mí siempre es una alegría conocer, poner cara, a quienes, como suelo decir, se incorporan al Estado, y que lo hacen con una manifiesta vocación de servicio a los ciudadanos. Esta es vuestra razón de ser desde vuestros comienzos.
Como decía, es un honor para mí estar en la inauguración de este otro importante aniversario, un acto de indudable carácter histórico, que nos hace recordar lo que ha representado y representa hoy en día la Intervención General en la Hacienda Pública española: un compromiso de servicio público, sin interrupción, independientemente de las diferentes circunstancias y profundas transformaciones políticas, económicas y sociales que han tenido lugar desde 1874 hasta la actualidad.
Instituciones con la trayectoria de la IGAE son fundamentales en la vertebración del Estado, un orgullo para quienes han formado parte de ella y para quienes continúan haciéndolo hoy día. Porque todos, con su esfuerzo y trabajo diario, son los que han hecho —los que habéis hecho— que el rigor, la profesionalidad y el constante impulso en la mejora de la gestión pública sean las señas de identidad de la Intervención General de la Administración del Estado y la hayan situado en el lugar destacado que hoy ocupa en el sector público y en la sociedad española.
No es posible concebir la prestación de servicios públicos en un Estado moderno y social como el nuestro sin un seguimiento puntual de los recursos que los financian.
Conocer cómo se emplean dichos recursos es imprescindible para construir una sociedad responsable, con plena consciencia de que el esfuerzo que se realiza en el sostenimiento de las cargas públicas encuentra una adecuada respuesta, y que dicho esfuerzo se devuelve a la sociedad en términos de infraestructuras, servicios y prestaciones públicas.
La Intervención General de la Administración del Estado. se ha convertido de esta forma en un actor fundamental para dar respuesta a los cada vez mayores requerimientos en materia de transparencia y confianza en la gestión pública que demanda la sociedad española actual.
Pero el estado y evolución de las finanzas públicas no solo interesa a la sociedad. Nuestra incorporación a la UE y a la Unión Monetaria ha traído consigo innumerables ventajas que han potenciado el desarrollo económico y social del país de forma extraordinaria, aunque igualmente ha supuesto la asunción de una serie de compromisos como Estados miembros, precisamente para fortalecer el gran proyecto común europeo.
"...quiero comenzar mis palabras felicitando a todos cuantos formáis parte de la Intervención General de la Administración del Estado cuando se conmemoran sus 150 años de historia. Hace 10 años fue un honor presidir y celebrar con vosotros el 140 aniversario, todavía siendo Príncipe de Asturias, y me alegra mucho que una década después pueda volver a hacerlo ─ya como Rey─, en este otro aniversario tan especial..."
Destaca entre dichos compromisos la necesidad de contar con una política fiscal europea compartida, como un pilar esencial para el mantenimiento de un espacio económico común con una moneda única. No sería posible la coordinación de la política fiscal entre los Estados miembros sin una información rigurosa, fiable, homogénea y comparable entre todos ellos.
Y, en este punto, la aportación de la Intervención General de la Administración del Estado como responsable de la elaboración de las cuentas económicas del sector público es esencial para cubrir esta necesidad, habiendo adquirido a lo largo de los últimos cuarenta años un prestigio muy reconocido por parte de las autoridades europeas. De esta manera, también es uno de los actores que hacen posible que este gran proyecto común pueda seguir adelante y avanzar en términos de coordinación y cooperación.
Señoras y señores,
Si bien la rendición de cuentas públicas es consustancial a cualquier Estado moderno, una gestión pública responsable no estaría nunca completa si no contara también con un sistema que garantice que los fondos públicos se apliquen con la mayor eficiencia y plena sujeción al ordenamiento jurídico.
A lo largo de los 150 años de la Intervención General, la gestión de lo público ha visto cómo se producían importantes trasformaciones derivadas de la evolución del concepto de Estado y las funciones que debía desempeñar. A la vez que el Estado adquiría un papel cada vez más protagonista en la vida diaria de los ciudadanos, mayores eran las exigencias para la gestión pública. De forma paralela, el ejercicio del control interno de la Intervención General de la Administración del Estado., se ha ido adaptando para dar respuesta a esta nueva realidad.
La necesidad cada vez mayor de prestación de servicios públicos, supuso un significativo incremento de los recursos públicos gestionados, así como la proliferación de las más variadas fórmulas de gestión, por lo que las técnicas de control tradicionales debieron adaptarse, enfocándose en los aspectos esenciales de los procedimientos sin perder nunca de vista el objetivo último de garantizar la adecuación de la gestión pública al ordenamiento.
Esta nueva perspectiva del control se completa con la aparición de nuevos procedimientos que aplican las técnicas más modernas de auditoría y análisis de riesgos, presentes ya en el ámbito privado y que fueron incorporándose por parte de la Intervención General de la Administración del Estado al ámbito público, hasta constituir una herramienta fundamental para el control y la auditoría del sector público español.
Si bien es innegable el lugar destacado que ocupa la Intervención General de la Administración del Estado en la Administración pública española, en un mundo globalizado como el actual, es difícil encontrar áreas de actividad pública cuyo funcionamiento pueda entenderse de forma aislada al entorno que nos rodea.
El ámbito de las finanzas públicas y, en particular de la contabilidad pública y el control no son ni mucho menos una excepción. La Intervención General de la Administración del Estado. también ha sabido adaptarse en el entorno internacional. De esta forma, es la autoridad de auditoría de los fondos europeos en España. Pero también fuera del ámbito europeo, participa activamente en misiones y foros de organismos como la ONU, el FMI, el BM, el BID, o la OCDE.
No cabe dudar —y con ello finalizo ya— de que la historia de la IGAE es una historia de éxito de a lo largo de estos 150 años, un logro que la sociedad puede sentir como propio. Y, a pesar de que son muchos los desafíos que se presentan en cualquiera de sus ámbitos de actuación podemos estar seguros de que la dedicación, profesionalidad y rigor que caracteriza el trabajo de los hombres y mujeres de la Intervención General de la Administración del Estado., contribuirán a que ésta siga estando a la vanguardia, impulsando el avance y transformación de la administración financiera para que sea cada vez más eficaz, eficiente y cercana a los ciudadanos.
Muchas felicidades de nuevo. Gracias, por vuestro trabajo. Y os deseo todos los éxitos en las actividades organizadas a lo largo de este 2024.
Muchas gracias.