Los actos de Traspaso de Mando Presidencial, a los que tendré el honor de asistir mañana, me brindan felizmente la oportunidad de regresar nuevamente Panamá. Y al hacerlo cumplo con dos deseos y objetivos: por un lado, cumplimentar a todos los panameños en un momento de gran importancia para la vida democrática del país, y hacerlo personalmente ante los Presidentes Varela y Cortizo, transmitiéndoles el apoyo y la amistad profunda del pueblo español, de su gobierno y de la Corona; y por otro, rendir hoy, aquí en este acto, mi homenaje y reconocimiento a la ya próxima celebración, el 15 de agosto, de los 500 años de la fundación de la Ciudad de Panamá, la que fue primera ciudad española sobre el océano Pacífico, por Don Pedro Arias Dávila.
Por tanto, comprenderán que para mi sea un verdadero placer estar esta mañana, en compañía de todos ustedes, en el emplazamiento originario de esta ciudad, junto a la emblemática Torre de la vieja Catedral. Pocas urbes en todo el planeta expresan con mayor fidelidad lo que fue, ya desde su fundación, un eje geográfico de las relaciones intercontinentales y es ahora un auténtico ejemplo de la misma globalización.
La Ciudad de Panamá, desde antiguo, ha sido una ciudad abierta al mundo, primero gracias a las rutas que a través de este istmo conectaban ambos hemisferios y, en la actualidad, con un Canal que representa la principal vía comercial interoceánica. En el transcurso de estos 500 años, Panamá no ha dejado de ser la necesaria interconexión del mundo. Como con toda justicia afirman los panameños, Panamá es, desde su fundación por España, “puente del mundo y corazón del universo”.
Recuerdo con alegría como en octubre de 2012, siendo Príncipes de Asturias la Reina y yo, pudimos acompañarles para conmemorar el 500 aniversario del Descubrimiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, que fue, como dije entonces, el primer europeo en divisar el océano Pacífico y el primero también en fundar una ciudad permanente en tierras continentales americanas, la de Santa María la Antigua del Darién.
Apenas seis años después de la gesta de Balboa, el 15 de agosto, día de Nuestra señora de la Asunción de 1519, el gobernador de Castilla del Oro, Pedro Arias de Ávila, decidió fundar aquí la primera ciudad en el litoral del Pacífico Americano. Un hecho histórico de extraordinario significado, no sólo para la Nación Panameña sino para toda la región de la América Central, la América del Sur y el Caribe, y, en definitiva, para todo el mundo de lengua española.
A raíz de estos hechos, el Istmo se convirtió en un formidable centro de comunicaciones, servicios y comercio a nivel global. Por todo ello, Panamá ha sido desde siempre un vector de civilización y un eje geoestratégico de primera magnitud. Hoy comprobamos con gran satisfacción cómo este histórico emplazamiento entronca decididamente con la modernidad y se ha convertido en un referente en la región, así como en paso indispensable de personas y mercancías a nivel planetario.
"...panameños y españoles no solamente hemos compartido una larga historia común y formamos parte de la gran familia que se expresa en español, sino que también coincidimos en el diagnóstico sobre los retos a los que se enfrentan nuestras sociedades, así como en el objetivo de alcanzar un progreso y desarrollo más justos, solidarios y sostenibles..."
Panamá ha sabido igualmente destacar a lo largo de las décadas por su creciente proyección internacional, acumulando gran atención y convirtiéndose en imagen de la modernidad que va haciéndose visible en el resto del continente. Panamá es hoy un país abierto al mundo, que ha sido capaz de generar crecimiento. También de este proceso ha sido España testigo, participando activamente y a través de su sector privado, en el desarrollo de las principales infraestructuras que hoy definen a la vibrante Ciudad de Panamá.
Una urbe que se ha levantado sobre los sólidos cimientos del emplazamiento de Panamá Viejo, bellamente conservado y recuperado gracias al esforzado trabajo de su Patronato. España se siente, de nuevo, orgullosa de haber podido colaborar en esta tarea. No en vano, el Programa de Patrimonio para el Desarrollo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha contribuido de manera sostenida al Plan Maestro para el Casco Antiguo que ha permitido la revitalización, puesta en valor y gestión sostenible de la arquitectura y urbanismo del Conjunto Monumental Panamá Viejo y del Casco Antiguo, hoy Patrimonio de la Humanidad de UNESCO.
Es precisamente a los pies de la histórica torre de Panamá Viejo, símbolo admirable y genuino de la nación panameña, desde donde podemos afirmar que panameños y españoles no solamente hemos compartido una larga historia común y formamos parte de la gran familia que se expresa en español, sino que también coincidimos en el diagnóstico sobre los retos a los que se enfrentan nuestras sociedades, así como en el objetivo de alcanzar un progreso y desarrollo más justos, solidarios y sostenibles.
España ha estado siempre con Panamá y nuestros vínculos no han cesado de fortalecerse con el paso del tiempo. Como todos sabemos, y han destacado ilustres hispanistas, “sin España no se entiende la historia de América y sin América no puede comprenderse la historia de España”.
En este año 2019, al celebrar el V centenario de su fundación, la Ciudad de Panamá ha sido designada como capital iberoamericana de las culturas. Es, por tanto, una auténtica referencia para toda la Comunidad Iberoamericana de Naciones unidas por lenguas, culturas y valores comunes. Ese gran pasado al que hoy rendimos homenaje nos ha permitido construir, colectivamente, un presente que nos muestra un camino de futuro que recorreremos juntos panameños y españoles.
Y cuando conmemoramos los cinco siglos de la fundación de esta bella ciudad, no podemos dejar de recordar y resaltar que, también ahora ─este mismo mes de septiembre─, se cumplirá igualmente el V centenario del inicio de la expedición de la Corona Española (de Magallanes y Elcano) que logró la primera circunnavegación de la Tierra. Ambos acontecimientos ─fundación de la primera ciudad volcada sobre el océano Pacífico y Primera Vuelta al Mundo─ responden al mismo momento histórico y representan hitos esenciales de nuestra historia de los que hoy podemos sentirnos muy orgullosos.
Señoras y señores,
Así pues, como en ocasiones precedentes, será para España un honor compartir con el pueblo panameño estos momentos significativos de su historia. Nuestro país se sentirá honrado de colaborar en las actividades culturales, académicas, científicas y sociales que se desarrollen durante la celebración de la importante efeméride de la fundación de la Ciudad de Panamá.
Reciban nuestro agradecimiento y nuestra enhorabuena anticipada por este aniversario, con nuestro deseo de que el V Centenario sea un tiempo propicio para el encuentro dichoso y la fraternidad renovada entre panameños y españoles.
Muchas gracias.